Cuando las barbas de tu vecino veas pelar…
JOAQUÍN CARRO /
Los resultados electorales en Italia, reflejan una situación preocupante, porque tanto Grillo como Berlusconi, han conseguido mejorar las encuestas y sumar, entre ambos, más del 50% de los votos, y todo ello gracias a un discurso antieuropeísta. Todos tenemos que reflexionar sobre esta cuestión.
En España hemos tenido un sistema de representación política que ha durado treinta y cinco años, desde la transición hasta nuestros días, y que calificamos como bipartidismo imperfecto, dos grandes partidos a nivel nacional, que a veces ganaban por mayoría absoluta, y otras veces tenían que buscar apoyos parlamentarios, normalmente, con los partidos nacionalistas, pero con un esquema de estabilidad que nos ha durado hasta ahora. Y entre estos dos grandes partidos sumaban (+-) el 85 o 90 por ciento de la representación en Congreso y Senado.
Otro ejemplo paradigmático tenemos con Cataluña, donde los dos grandes partidos, CIU y el PSC, siempre han tenido el 80% del Parlament y se han repartido todo el poder, tanto el autonómico, como el local e incluso nacional.
Pero todo esto está transformándose y cambiando muy rápidamente, en las últimas elecciones catalanas, vimos como la suma de estos dos grandes partidos, pasó de 90 a 70 escaños y hoy día, según las encuestas, esta suma no llegaría a los 60, sobre un total de 135 diputados, con siete fuerzas políticas que consiguieron representación en la Cámara, y lo que es más preocupante, con la irrupción de un partido antisistema, lo que nos lleva a un esquema para gobernar, que no sabemos donde puede llegar.
En España, hace cerca de año y medio, tuvimos una mayoría absoluta, nada que objetar, plena legitimidad para gobernar, pero si hacemos caso igualmente a las encuestas, vemos una pérdida muy fuerte de apoyo hacia el partido que ganó dichas elecciones, y que esa perdida de apoyo, no es recogida por el principal partido en la oposición, que teóricamente debería ser la alternativa.
Por lo tanto, podemos estar ante un cambio importante en nuestro sistema habitual de representación política. Esto en principio, no tiene por que ser malo, los pactos y los acuerdos, en sí mismos, y en defensa de los intereses ciudadanos, son beneficiosos, lo que puede ser malo, es según lo que venga, que podría conducirnos una situación ingobernable, como le pasa a italianos o griegos.
Volviendo a Italia, donde hace quince años, intentaron recomponer el sistema político. Luego vino Berlusconi, con su populismo antidemocrático. Un personaje éste, que se inició en el Partido Socialista de Bettino Craxi, pasando por el Tangentopoli, después por Manos Limpias, siempre con su discurso demagogo. Comenzó a combatir la corrupción institucional en Italia y creó el movimiento Forza Italia. Pero poco después fue acusado, en varias ocasiones, de conexiones con la mafia calabresa y a resultas de esto, varios de sus colaboradores, como Cesare Previti, fueron condenados en firme por la justicia. Y por eso ahora tienen la situación que tienen.
Considero que todos deberíamos pensar, muy seriamente, qué es lo que está sucediendo, porque el riesgo peor, ante una crisis económica tan grande como la que estamos padeciendo, una crisis política y una crisis institucional, es que caigamos en manos de la demagogia o de los populismos.
Así que pon las tuyas a remojar…
JOAQUÍN CARRO /
Los resultados electorales en Italia, reflejan una situación preocupante, porque tanto Grillo como Berlusconi, han conseguido mejorar las encuestas y sumar, entre ambos, más del 50% de los votos, y todo ello gracias a un discurso antieuropeísta. Todos tenemos que reflexionar sobre esta cuestión.
En España hemos tenido un sistema de representación política que ha durado treinta y cinco años, desde la transición hasta nuestros días, y que calificamos como bipartidismo imperfecto, dos grandes partidos a nivel nacional, que a veces ganaban por mayoría absoluta, y otras veces tenían que buscar apoyos parlamentarios, normalmente, con los partidos nacionalistas, pero con un esquema de estabilidad que nos ha durado hasta ahora. Y entre estos dos grandes partidos sumaban (+-) el 85 o 90 por ciento de la representación en Congreso y Senado.
Otro ejemplo paradigmático tenemos con Cataluña, donde los dos grandes partidos, CIU y el PSC, siempre han tenido el 80% del Parlament y se han repartido todo el poder, tanto el autonómico, como el local e incluso nacional.
Pero todo esto está transformándose y cambiando muy rápidamente, en las últimas elecciones catalanas, vimos como la suma de estos dos grandes partidos, pasó de 90 a 70 escaños y hoy día, según las encuestas, esta suma no llegaría a los 60, sobre un total de 135 diputados, con siete fuerzas políticas que consiguieron representación en la Cámara, y lo que es más preocupante, con la irrupción de un partido antisistema, lo que nos lleva a un esquema para gobernar, que no sabemos donde puede llegar.
En España, hace cerca de año y medio, tuvimos una mayoría absoluta, nada que objetar, plena legitimidad para gobernar, pero si hacemos caso igualmente a las encuestas, vemos una pérdida muy fuerte de apoyo hacia el partido que ganó dichas elecciones, y que esa perdida de apoyo, no es recogida por el principal partido en la oposición, que teóricamente debería ser la alternativa.
Por lo tanto, podemos estar ante un cambio importante en nuestro sistema habitual de representación política. Esto en principio, no tiene por que ser malo, los pactos y los acuerdos, en sí mismos, y en defensa de los intereses ciudadanos, son beneficiosos, lo que puede ser malo, es según lo que venga, que podría conducirnos una situación ingobernable, como le pasa a italianos o griegos.
Volviendo a Italia, donde hace quince años, intentaron recomponer el sistema político. Luego vino Berlusconi, con su populismo antidemocrático. Un personaje éste, que se inició en el Partido Socialista de Bettino Craxi, pasando por el Tangentopoli, después por Manos Limpias, siempre con su discurso demagogo. Comenzó a combatir la corrupción institucional en Italia y creó el movimiento Forza Italia. Pero poco después fue acusado, en varias ocasiones, de conexiones con la mafia calabresa y a resultas de esto, varios de sus colaboradores, como Cesare Previti, fueron condenados en firme por la justicia. Y por eso ahora tienen la situación que tienen.
Considero que todos deberíamos pensar, muy seriamente, qué es lo que está sucediendo, porque el riesgo peor, ante una crisis económica tan grande como la que estamos padeciendo, una crisis política y una crisis institucional, es que caigamos en manos de la demagogia o de los populismos.
Así que pon las tuyas a remojar…