Los Donantes de Sangre recuerdan en un acto emotivo al escultor astorgano Marino Amaya
![[Img #15183]](upload/img/periodico/img_15183.jpg)
La Hermandad de Donantes de Sangre de León cumplió este jueves su compromiso de ofrecer un sencillo pero sentido homenaje de gratitud y recuerdo al recientemente fallecido escultor astorgano Marino Amaya, cuya impresionante obra se exhibe en más de 50 países.
Además de los miembros directivos de la Hermandad asistieron la concejala Montserrat Gutiérrez en representación del Ayuntamiento de León y el hijo de Marino Amaya, el también relevante escultor Salvador Amaya quien escuchó emocionado las palabras de recuerdo y afecto que los donantes leones brindaron a su padre.
El presidente, Martín Manceñido, resaltó la obra que Amaya dedicó a los Donantes de Sangre, que desde 1997 se encuentra en el barrio de La Chantría, muy cerca del Parque de San Francisco. Lamentó observar que un artista de este nivel, leonés, no haya sido reconocido como se merece por nuestra sociedad. “Si hubiera nacido en otro lugar no sería así pero los leoneses somos como somos”, indicó Manceñido.
Según el máximo responsable de los Donantes, "no es de recibo que un escultor con obra en más de 50 países, que la Fundación Rockefeller en Nueva York o los museos del Vaticano, se hubieran disputado su obra y en su tierra haya permanecido casi inédito".
Entre las esculturas publicas destacan las Inmaculadas de Astorga y León o la estatua de Leopoldo Panero que se puede contemplar en la casa astorgana del poeta.
Su hijo Salvador Amaya manifestó su gratitud y la de su familia por este entrañable homenaje de los donantes leoneses, que siempre llevarán en sus corazones.
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La Hermandad de Donantes de Sangre de León cumplió este jueves su compromiso de ofrecer un sencillo pero sentido homenaje de gratitud y recuerdo al recientemente fallecido escultor astorgano Marino Amaya, cuya impresionante obra se exhibe en más de 50 países.
Además de los miembros directivos de la Hermandad asistieron la concejala Montserrat Gutiérrez en representación del Ayuntamiento de León y el hijo de Marino Amaya, el también relevante escultor Salvador Amaya quien escuchó emocionado las palabras de recuerdo y afecto que los donantes leones brindaron a su padre.
El presidente, Martín Manceñido, resaltó la obra que Amaya dedicó a los Donantes de Sangre, que desde 1997 se encuentra en el barrio de La Chantría, muy cerca del Parque de San Francisco. Lamentó observar que un artista de este nivel, leonés, no haya sido reconocido como se merece por nuestra sociedad. “Si hubiera nacido en otro lugar no sería así pero los leoneses somos como somos”, indicó Manceñido.
Según el máximo responsable de los Donantes, "no es de recibo que un escultor con obra en más de 50 países, que la Fundación Rockefeller en Nueva York o los museos del Vaticano, se hubieran disputado su obra y en su tierra haya permanecido casi inédito".
Entre las esculturas publicas destacan las Inmaculadas de Astorga y León o la estatua de Leopoldo Panero que se puede contemplar en la casa astorgana del poeta.
Su hijo Salvador Amaya manifestó su gratitud y la de su familia por este entrañable homenaje de los donantes leoneses, que siempre llevarán en sus corazones.






