"La fauna suave de los entornos de Astorga" en la obra pictórica de Alonso Ares
El Palacio Gaudí de Astorga acoge desde este lunes la exposición ‘El arte del vino’, producida por 'El Mundo de Castilla y León', que presenta una treintena de obras del poeta Adolfo Alonso Ares (Astorga, 1956) pintada con vino de las 12 denominaciones de origen de Castilla y León. Es una serie protagonizada por figuras mitológicas en las que el color del vino es el gran protagonista y cada una de las composiciones aparece acompañada de un verso a modo de leyenda.
![[Img #15252]](upload/img/periodico/img_15252.jpg)
“Todo lo que yo pinto tiene su origen en la poesía”, asegura Adolfo Alonso Ares en esta breve entrevista. Lo que pinta y la poesía parecen tener un origen anterior en la infancia: “Mi poesía es una recreación de fantasías que llegan de la memoria de la infancia, y entonces un bestiario es el sueño de un niño que ahora se plasma en un trazo y en una palabra”.
¿Por qué son gallos y gallinas y alguna otra pajarería?
Porque eran los animales con los que yo convivía cuando iba a Valdespino de Somoza a casa de mi tía María, cantaban entonces los gayos. Mi abuelo Adolfo tenía pájaros en la muralla y yo convivía con ese mundo sencillo, con esa fauna suave de los entornos de Astorga, muy cercana al hombre. Teníamos al pie de la muralla una huerta con vacas y caballos y yo convivía mucho con ese mundo rural; pero también convivía con la gente que soñaba, y yo siendo como fui soñador, imaginaba animales que no existían y procuraba plasmarlos a través de la poesía.
¿Qué añade el vino a la expresión pictórica de la pajarería?
El vino forma parte del paisaje en donde yo he habitado y me fascina por el color cambiante de las vides que se desnudan en invierno, y son rojas y púrpuras en otoño, y frescas y verde intenso en verano y en primavera, y entonces me fascina ese cambio de color que es como pintar…
![[Img #15253]](upload/img/periodico/img_15253.jpg)
Pero eso es una traslación poética. El vino no posee esa coloración que puede verse en las vides. ¿Cómo se lanza a pintar con él, acaso en una sobremesa sobre el lienzo de una servilleta? ¿Cuál es la diferencia que aporta como material pictórico?
El vino porque es un poco sangre de la tierra, una participación de la tierra, porque lo elaboran los hombres… El vino refleja y rememora el color del vino, el color al fin y al cabo no tiene tanta importancia, los colores no tienen ninguna importancia; tiene importancia la intensidad con la que uno piensa lo que quiere manifestar. Porque yo creo que la vida es sobre todo un sentimiento, y yo lo que hago es sobre todo un sentimiento, es un verso más, es un poema.
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“Todo lo que yo pinto tiene su origen en la poesía”, asegura Adolfo Alonso Ares en esta breve entrevista. Lo que pinta y la poesía parecen tener un origen anterior en la infancia: “Mi poesía es una recreación de fantasías que llegan de la memoria de la infancia, y entonces un bestiario es el sueño de un niño que ahora se plasma en un trazo y en una palabra”.
¿Por qué son gallos y gallinas y alguna otra pajarería?
Porque eran los animales con los que yo convivía cuando iba a Valdespino de Somoza a casa de mi tía María, cantaban entonces los gayos. Mi abuelo Adolfo tenía pájaros en la muralla y yo convivía con ese mundo sencillo, con esa fauna suave de los entornos de Astorga, muy cercana al hombre. Teníamos al pie de la muralla una huerta con vacas y caballos y yo convivía mucho con ese mundo rural; pero también convivía con la gente que soñaba, y yo siendo como fui soñador, imaginaba animales que no existían y procuraba plasmarlos a través de la poesía.
¿Qué añade el vino a la expresión pictórica de la pajarería?
El vino forma parte del paisaje en donde yo he habitado y me fascina por el color cambiante de las vides que se desnudan en invierno, y son rojas y púrpuras en otoño, y frescas y verde intenso en verano y en primavera, y entonces me fascina ese cambio de color que es como pintar…
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Pero eso es una traslación poética. El vino no posee esa coloración que puede verse en las vides. ¿Cómo se lanza a pintar con él, acaso en una sobremesa sobre el lienzo de una servilleta? ¿Cuál es la diferencia que aporta como material pictórico?
El vino porque es un poco sangre de la tierra, una participación de la tierra, porque lo elaboran los hombres… El vino refleja y rememora el color del vino, el color al fin y al cabo no tiene tanta importancia, los colores no tienen ninguna importancia; tiene importancia la intensidad con la que uno piensa lo que quiere manifestar. Porque yo creo que la vida es sobre todo un sentimiento, y yo lo que hago es sobre todo un sentimiento, es un verso más, es un poema.






