La ironía y el humor de Gabriel Rodríguez García
'Maestro, extráigame la piedra' (Eolas ediciones, 2015), primer libro de Gabriel Rodríguez García (León, 1977), es un conjunto de veintidós relatos que ha sido galardonado recientemente con el 52º Premio de la Fundación Monteleón.
Gabriel Rodríguez García
Maestro, extráigame la piedra
León: Eolas. 2014.
192 pp.
![[Img #15504]](upload/img/periodico/img_15504.jpg)
Lo mínimo que puede pedirse a un libro de relatos es que tenga frescura y originalidad y ‘Maestro, extráigame la piedra’ (Eolas ediciones, 2014), de Gabriel Rodríguez García (León, 1977), posee ambas cualidades en altas dosis, algo que se intuye ya desde el frontispicio que lo presenta. En dicho texto se aclara que el título del libro procede de la inscripción incluida en una tabla de El Bosco en la que un tal Lubber Das (personaje satírico de la literatura holandesa y encarnación de la estupidez) pide que se le extraiga de la cabeza la piedra de la locura, pues, según una falsa creencia de la época para engaño de incautos, era esa supuesta piedra la que ocasionaba la demencia.
Tanto el propio título como la aclaración de ese breve texto introductorio resultan, al cabo, toda una declaración de intenciones, pues, del mismo modo que en la tabla del pintor flamenco, los veintidós relatos que integran el conjunto presentan una clara intención satírica y burlesca. Por todo el libro el sentido del humor, la ironía (rozando, en ocasiones, el sarcasmo), la metaliteratura y un cierto distanciamiento con lo narrado suponen un guiño constante al lector, sobre todo al más avisado que puede fácilmente reconocer algunos de los personajes o escenarios arquetípicos de las historias incluidas e, incluso, ver en ellos ciertos rasgos e influencias, confesadas por el propio autor, de los grandes clásicos de la literatura satírica, como aquel buen soldado Švej del checo Jaroslav Hašek o de otros autores como el polaco Slavomir Mro?ek o el escocés Saki.
Pero no nos engañemos, pese a todo esto, el conjunto tiene personalidad y autonomía propias, que están presentes en la variedad de temas tratados (que incluyen los clásicos del amor, la muerte, la soledad, pero también otros como la codicia, el choque con la realidad, el fanatismo, el egoísmo…), así como en los múltiples escenarios, épocas y personajes aludidos, entre los que encontramos, desde buscadores de oro del Far West, hasta astronautas de una estación espacial soviética, pasando por princesas de cuento, oficinistas, guerreros de tribus salvajes, políticos, aspirantes a escritor, artistas, revolucionarios…
Actúa como elemento unificador de toda esta variedad el hecho de que todos los personajes tienen en común el aceptar con cierto cinismo, al final del relato, las posibilidades que les va ofreciendo el destino. Es lo que sucede, por ejemplo, con Molly, protagonista ‘Jack, Molly, etc.’; o con Mettlebeck, el frustrado seductor del cuento homónimo; o con el personaje que pretende arreglar el muro de una escuela en ‘Las buenas intenciones’; o con el misántropo protagonista de ‘Vida social’, etc. Y, aunque la fórmula podría extenderse a prácticamente todos los textos, el conjunto resulta de una gran frescura y originalidad por la visión deformada (y, a veces, ridiculizadora) del mundo, presentada a través del estilo irónico, fresco y directo, aunque profundamente literario, de su autor, que combina hábilmente la primera y la tercera persona en función de las necesidades del relato de que se trate.
![[Img #15503]](upload/img/periodico/img_15503.jpg)
No es de extrañar, pues, que el libro, cuya elaboración ocupó nueve años a Gabriel Rodríguez García, haya arrebatado por unanimidad el 52º Premio de la Fundación Monteleón a los otros 251 trabajos participantes procedentes de 22 países de todo el mundo, sumándose así al palmarés de este certamen que cuenta con nombres de la talla de Gustavo Martín Garzo o Elena Santiago.
(*) Gabriel Rodríguez García (León, 1977) es Licenciado en Bioquímica y profesor de enseñanza secundaria. Fue alumno del Taller de Escritura de Madrid y de la Escuela de Escritores. Sus relatos han resultado ganadores o finalistas en varios certámenes como el Villa de Colindres, Hucha de Oro, Arte Joven de La Latina o Antonio Villalba de Cartas de Amor. Ha colaborado con diversas revistas culturales como Luke, Agitadoras, Nautas o En Taquilla.
Gabriel Rodríguez García
Maestro, extráigame la piedra
León: Eolas. 2014.
192 pp.
Lo mínimo que puede pedirse a un libro de relatos es que tenga frescura y originalidad y ‘Maestro, extráigame la piedra’ (Eolas ediciones, 2014), de Gabriel Rodríguez García (León, 1977), posee ambas cualidades en altas dosis, algo que se intuye ya desde el frontispicio que lo presenta. En dicho texto se aclara que el título del libro procede de la inscripción incluida en una tabla de El Bosco en la que un tal Lubber Das (personaje satírico de la literatura holandesa y encarnación de la estupidez) pide que se le extraiga de la cabeza la piedra de la locura, pues, según una falsa creencia de la época para engaño de incautos, era esa supuesta piedra la que ocasionaba la demencia.
Tanto el propio título como la aclaración de ese breve texto introductorio resultan, al cabo, toda una declaración de intenciones, pues, del mismo modo que en la tabla del pintor flamenco, los veintidós relatos que integran el conjunto presentan una clara intención satírica y burlesca. Por todo el libro el sentido del humor, la ironía (rozando, en ocasiones, el sarcasmo), la metaliteratura y un cierto distanciamiento con lo narrado suponen un guiño constante al lector, sobre todo al más avisado que puede fácilmente reconocer algunos de los personajes o escenarios arquetípicos de las historias incluidas e, incluso, ver en ellos ciertos rasgos e influencias, confesadas por el propio autor, de los grandes clásicos de la literatura satírica, como aquel buen soldado Švej del checo Jaroslav Hašek o de otros autores como el polaco Slavomir Mro?ek o el escocés Saki.
Pero no nos engañemos, pese a todo esto, el conjunto tiene personalidad y autonomía propias, que están presentes en la variedad de temas tratados (que incluyen los clásicos del amor, la muerte, la soledad, pero también otros como la codicia, el choque con la realidad, el fanatismo, el egoísmo…), así como en los múltiples escenarios, épocas y personajes aludidos, entre los que encontramos, desde buscadores de oro del Far West, hasta astronautas de una estación espacial soviética, pasando por princesas de cuento, oficinistas, guerreros de tribus salvajes, políticos, aspirantes a escritor, artistas, revolucionarios…
Actúa como elemento unificador de toda esta variedad el hecho de que todos los personajes tienen en común el aceptar con cierto cinismo, al final del relato, las posibilidades que les va ofreciendo el destino. Es lo que sucede, por ejemplo, con Molly, protagonista ‘Jack, Molly, etc.’; o con Mettlebeck, el frustrado seductor del cuento homónimo; o con el personaje que pretende arreglar el muro de una escuela en ‘Las buenas intenciones’; o con el misántropo protagonista de ‘Vida social’, etc. Y, aunque la fórmula podría extenderse a prácticamente todos los textos, el conjunto resulta de una gran frescura y originalidad por la visión deformada (y, a veces, ridiculizadora) del mundo, presentada a través del estilo irónico, fresco y directo, aunque profundamente literario, de su autor, que combina hábilmente la primera y la tercera persona en función de las necesidades del relato de que se trate.
No es de extrañar, pues, que el libro, cuya elaboración ocupó nueve años a Gabriel Rodríguez García, haya arrebatado por unanimidad el 52º Premio de la Fundación Monteleón a los otros 251 trabajos participantes procedentes de 22 países de todo el mundo, sumándose así al palmarés de este certamen que cuenta con nombres de la talla de Gustavo Martín Garzo o Elena Santiago.
(*) Gabriel Rodríguez García (León, 1977) es Licenciado en Bioquímica y profesor de enseñanza secundaria. Fue alumno del Taller de Escritura de Madrid y de la Escuela de Escritores. Sus relatos han resultado ganadores o finalistas en varios certámenes como el Villa de Colindres, Hucha de Oro, Arte Joven de La Latina o Antonio Villalba de Cartas de Amor. Ha colaborado con diversas revistas culturales como Luke, Agitadoras, Nautas o En Taquilla.