Victorina Alonso, más Astorga, más futuro
A Victorina, la alcaldesa de Astorga, la conocí hace 28 años de manera casual mientras yo hacía autoestop a las afueras de Quintana del Castillo, mi pueblo. Aquel día, yo tenía que coger un tren con destino a Pamplona, ciudad en la que resido, porque al día siguiente me examinaba y carecía de medio de transporte para llegar a la estación del tren. No circulaba ni un alma y faltaban 25 minutos para que saliese el ferrocarril. De pronto, se paró un coche y una chica me dijo: “¿Adónde vas?” “Voy a Astorga” –le dije.
Durante el trayecto, yo le decía “corre, corre, que no llego”. Me llevó hasta la puerta de la estación. Con el paso del tiempo me enteré de que ella acababa de atender de urgencia a una paisana del pueblo. No sabía que mi chófer ocasional era médica. Sí, Victorina, médica, una persona querida, honesta y generosa cuya labor estribaba en curar y salvar vidas. Cuando ella lea este artículo seguramente ni se acordará de aquel sucedido; pero, casi seguro, yo hoy soy politólogo porque me montó en su coche. La historia es muy larga.
Desde entonces, nunca más la he vuelto a ver, pero sí he seguido los acontecimientos políticos de Astorga. Como cepedano y politólogo me preocupa qué ocurre en la ciudad maragata. Mi patria chica. Tan es así que, al enterarme de que el ex alcalde Perandones y su minúsculo grupo de trepas y arribistas putean a diario a Victorina, he decidido darle al teclado para recordarle al ex falangista Perandones que sí, que muchas gracias por los servicios prestados bajo las siglas del PSOE; pero ¡ojo!: los conversos, a la cola. Y Juan José Alonso Perandones, por decir algo suave, tu tiempo ha pasado. El Ayuntamiento de Astorga requería un lavado con estropajo y mucha lejía en pos de la transparencia y de los nuevos tiempos que vivimos. Victorina es el futuro, basado en la igualdad, la identidad astorgana y leonesa y, sobre todo, en los valores éticos sin revanchismos.
Si no te gusta el PSOE de Victorina, solidaria y socialista, la cual volverá a ganar las elecciones en Astorga (palabra de politólogo) y además apoyada por la ejecutiva regional de León, lárgate. Eso sí, respeta a tus compañeros de partido o vuelve a tus ideales políticos primigenios: hoy día, te sobran opciones políticas neoperonistas, sí, de las que amagan con la izquierda, pero rematan con la derecha. O te puedes ir con los del PP, cuyo portavoz municipal no acudió a la Procesión de Semana Santa faltando el respeto a los creyentes, con el único fin de fastidiar a la alcaldesa. Aunque, a quien despreció, fue a los astorganos. Seguro que lo entiendes.
Victorina y su equipo municipal habrán cometido fallos durante la última legislatura. Nadie es perfecto. Sin embargo, los aciertos superan con creces y con nota. Por ejemplo: ha creado una 'plataforma anticrisis' para que los astorganos sin recursos no pasen hambre. Ha conseguido mantener la tasa de desempleo, que no es poco, tras la cruel reforma laboral y los salvajes recortes sociales del PP, los cuales, y conviene decirlo bien alto, han empobrecido a cientos de vecinos. Y también, merece recordarlo, han reducido el déficit de la ciudad. ¿Más? Pues sí: se han volcado con la cultura, el principal capital de Astorga, dado que, sino se innovase en la atracción del turismo, podíamos echarnos a temblar. Por eso mismo, han acertado creando la nueva sede del Museo Romano y restaurado el Teatro Gullón. Y espero que no paren. El turismo es el futuro para la creación de empleo, sin menoscabo de intentar atraer otro tipo de inversiones, a poder ser, basadas en I+D+i. Nada resulta imposible para convertir a Astorga en una “ciudad inteligente. Es el futuro.
Los que me conocen bien saben que soy poco dado a las alabanzas y al peloteo. Ahora bien, la candidatura que presenta Victorina es un lujo que nada tiene que envidiar a las planchas electorales que presentan algunos partidos políticos en muchos parlamentos. A la alcaldesa le acompañan expertos en medicina, economía, medio ambiente, comunicación y nuevas tecnologías. ¡Qué envidia de lista electoral! ¡Y qué envidia de gente trabajadora, honesta y preocupada por el mejoramiento de Astorga!
En fin: Ánimo, Victorina. Sigue sanando vidas y sigue dándole alegría a la ciudad. Eres el futuro para que Astorga sonría.
A Victorina, la alcaldesa de Astorga, la conocí hace 28 años de manera casual mientras yo hacía autoestop a las afueras de Quintana del Castillo, mi pueblo. Aquel día, yo tenía que coger un tren con destino a Pamplona, ciudad en la que resido, porque al día siguiente me examinaba y carecía de medio de transporte para llegar a la estación del tren. No circulaba ni un alma y faltaban 25 minutos para que saliese el ferrocarril. De pronto, se paró un coche y una chica me dijo: “¿Adónde vas?” “Voy a Astorga” –le dije.
Durante el trayecto, yo le decía “corre, corre, que no llego”. Me llevó hasta la puerta de la estación. Con el paso del tiempo me enteré de que ella acababa de atender de urgencia a una paisana del pueblo. No sabía que mi chófer ocasional era médica. Sí, Victorina, médica, una persona querida, honesta y generosa cuya labor estribaba en curar y salvar vidas. Cuando ella lea este artículo seguramente ni se acordará de aquel sucedido; pero, casi seguro, yo hoy soy politólogo porque me montó en su coche. La historia es muy larga.
Desde entonces, nunca más la he vuelto a ver, pero sí he seguido los acontecimientos políticos de Astorga. Como cepedano y politólogo me preocupa qué ocurre en la ciudad maragata. Mi patria chica. Tan es así que, al enterarme de que el ex alcalde Perandones y su minúsculo grupo de trepas y arribistas putean a diario a Victorina, he decidido darle al teclado para recordarle al ex falangista Perandones que sí, que muchas gracias por los servicios prestados bajo las siglas del PSOE; pero ¡ojo!: los conversos, a la cola. Y Juan José Alonso Perandones, por decir algo suave, tu tiempo ha pasado. El Ayuntamiento de Astorga requería un lavado con estropajo y mucha lejía en pos de la transparencia y de los nuevos tiempos que vivimos. Victorina es el futuro, basado en la igualdad, la identidad astorgana y leonesa y, sobre todo, en los valores éticos sin revanchismos.
Si no te gusta el PSOE de Victorina, solidaria y socialista, la cual volverá a ganar las elecciones en Astorga (palabra de politólogo) y además apoyada por la ejecutiva regional de León, lárgate. Eso sí, respeta a tus compañeros de partido o vuelve a tus ideales políticos primigenios: hoy día, te sobran opciones políticas neoperonistas, sí, de las que amagan con la izquierda, pero rematan con la derecha. O te puedes ir con los del PP, cuyo portavoz municipal no acudió a la Procesión de Semana Santa faltando el respeto a los creyentes, con el único fin de fastidiar a la alcaldesa. Aunque, a quien despreció, fue a los astorganos. Seguro que lo entiendes.
Victorina y su equipo municipal habrán cometido fallos durante la última legislatura. Nadie es perfecto. Sin embargo, los aciertos superan con creces y con nota. Por ejemplo: ha creado una 'plataforma anticrisis' para que los astorganos sin recursos no pasen hambre. Ha conseguido mantener la tasa de desempleo, que no es poco, tras la cruel reforma laboral y los salvajes recortes sociales del PP, los cuales, y conviene decirlo bien alto, han empobrecido a cientos de vecinos. Y también, merece recordarlo, han reducido el déficit de la ciudad. ¿Más? Pues sí: se han volcado con la cultura, el principal capital de Astorga, dado que, sino se innovase en la atracción del turismo, podíamos echarnos a temblar. Por eso mismo, han acertado creando la nueva sede del Museo Romano y restaurado el Teatro Gullón. Y espero que no paren. El turismo es el futuro para la creación de empleo, sin menoscabo de intentar atraer otro tipo de inversiones, a poder ser, basadas en I+D+i. Nada resulta imposible para convertir a Astorga en una “ciudad inteligente. Es el futuro.
Los que me conocen bien saben que soy poco dado a las alabanzas y al peloteo. Ahora bien, la candidatura que presenta Victorina es un lujo que nada tiene que envidiar a las planchas electorales que presentan algunos partidos políticos en muchos parlamentos. A la alcaldesa le acompañan expertos en medicina, economía, medio ambiente, comunicación y nuevas tecnologías. ¡Qué envidia de lista electoral! ¡Y qué envidia de gente trabajadora, honesta y preocupada por el mejoramiento de Astorga!
En fin: Ánimo, Victorina. Sigue sanando vidas y sigue dándole alegría a la ciudad. Eres el futuro para que Astorga sonría.