Rescatando al músico Evaristo Fernández Blanco
'Evaristo Fernández Blanco un músico rescatado' es el título del número 33 de ASTORICA. Bajo el cuidado de María Cáceres Piñuel, se abordan aspectos vitales y profesionales del compositor y pianista astorgano.
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Recibo con agradable sorpresa el número 33 de la revista ASTORICA que edita el Centro de Estudios Astorganos Marcelo Macías, dedicado en esta ocasión a la figura del pianista y compositor leonés Evaristo Fernández Blanco (Astorga, 1902 – Madrid, 1993). Como violinista amante de la música española y como director del Festival de Música Española de León desde el año 2003, es un orgullo para mí saber que la ciudad que le vio nacer, le rinde un magnífico homenaje mediante la publicación de esta revista. Varios musicólogos y profesores de distintas Universidades españolas y europeas, así como mi admirado director de orquesta José Luis Temes (Premio Nacional de Música), autor de la grabación integral de su música sinfónica con la Orquesta Filarmónica de Málaga, escriben interesantes artículos en los que tratan diferentes aspectos de la vida y obra musical de Evaristo.
Las notas al doble CD grabado por el maestro Temes con la Orquesta Filarmónica de Málaga, publicado por el sello discográfico 'Verso', sirven de magnífica introducción y ayudan a conocer de cerca la importancia de la figura de nuestro querido músico astorgano Fernández Blanco. Además de repasar su trayectoria vital y compositiva, Temes presenta, con un verbo culto pero a la vez asequible y ameno, las características principales de su catálogo de obras sinfónicas, que se conservan ahora ya para la posteridad como primera grabación mundial.
Por su parte, María Cáceres-Piñuel, profesora en la Universidad de Berna, analiza las relaciones sociales e ideológicas que mantuvo nuestro querido compositor, su implicación política durante la Segunda República y la depuración y el destierro que padeció tras la Guerra Civil. También realiza un análisis de la influencia que estas relaciones sociales y profesionales tuvieron en la difusión de su obra. Así mismo, repasa las distintas actuaciones llevadas a cabo para la recuperación de la obra de Evaristo: desde 1978, año en el que la Orquesta de RTVE, dirigida por el leonés Odón Alonso, interpreta Dos danzas leonesas en el Teatro Real, hasta 2010, fecha en la que se publica la mencionada grabación del maestro José Luis Temes. Por el camino detalla el importante estreno en 1983 de la Obertura Dramática, oculta por Fernández Blanco durante 43 años debido a sus referencias musicales republicanas. En esta partitura el autor describe de manera magistral, el horror de la guerra y el frustrado sueño de libertad, y es, en mi opinión, una de las mejores obras sinfónicas españolas de todos los tiempos. A partir del estreno de esta obra, creció el interés por Evaristo. Así, en 1986 el Ayuntamiento de Astorga le rindió homenaje mediante un concierto y la edición de su Cuarteto cromático. Ya en 2002, con motivo del centenario del nacimiento, el Ayuntamiento de Astorga publicó el libro De Schönberg a Celia Gámez: una conversación con Evaristo Fernández Blanco, de José Antonio Carro Celada; y el Festival de Música Española le rinde homenaje en su décimo quinta edición, programando su música en varios conciertos y publicando el primer disco dedicado a algunas de sus obras para piano (interpretadas por Belén Ordóñez) y para voz y piano (cantadas por la soprano Yolanda Montoussé acompañada por el pianista Damián Hernández, DCL-2002). Al año siguiente, el Festival graba sus dos cuartetos de cuerda, en un disco interpretado por el Cuarteto Divertimento (DCL-2003). En 2006, el Festival de Música Española crea un Concurso de Composición que lleva su nombre y que ha celebrado cinco ediciones hasta el momento. En 2007, Daniel Gutiérrez Sanz, músico y director del Auditorio de León en aquel momento, publica el catálogo de obras del compositor, con la colaboración del Ayuntamiento de Astorga.
Continúa la revista con un artículo de María Palacios, profesora en la Universidad de Salamanca, en el que relata la relación historiográfica entre nuestro compositor y los principales discursos sobre modernismo musical asociados con el Grupo de los Ocho de Madrid durante las décadas de 1920 y 1930. También destaca su relación con Unión Radio y su estancia en Alemania, analizando su afinidad a las corrientes creadoras del momento.
La musicóloga Julia Mª Martínez-Lombó Testa, autora de la tesis doctoral sobre Evaristo Fernández Blanco, colabora en esta revista con un artículo centrado en los cuartetos de cuerda de nuestro compositor astorgano y relacionándolos con el resto de su obra. Así, nos descubre a un Evaristo alejado de la construcción formal y armonía clásica, que tan pronto intercala elementos del folklore, como música de café, jazz, algunos rasgos impresionistas y otros nacionalistas, lo que da una idea de la compleja clasificación que rodea a su corpus compositivo.
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Uno de los artículos más novedosos para mí es el que propone Julio Arce, profesor de la Universidad Complutense de Madrid. En él, analiza la participación de Evaristo como pianista y compositor en la emisora madrileña Unión Radio, en el período previo al estallido de la Guerra Civil. También describe la importante labor de difusión de la música que tuvo esta emisora, llegando a ocupar en algunos momentos hasta tres cuartas partes del tiempo total de las emisiones, además de apostar por la renovación cultural, dando cabida a jóvenes compositores, como Evaristo Fernández Blanco, y manteniendo una plantilla de músicos para tocar en directo.
Germán Gan Quesada, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, realiza un análisis de la trayectoria vital y creadora de Fernández Blanco durante el trienio 1936-1939, años en los que su música fue programada con regularidad por parte de grupos de cámara y de la Orquesta Nacional de Conciertos. También en esa época el Consejo Central de la Música editó y publicó dos de sus partituras: Movimiento perpetuo y Trío en Do.
Por último, la profesora de la Universidad de Glasgow, Eva Moreda Rodríguez, examina los dos principales significados que la prensa española y los propios intérpretes asignaron a la recuperación de la obra de Evaristo durante los años 80: la evocación de la modernidad de la Segunda República y la regeneración democrática de España.
En resumen, con la publicación de este compendio de artículos dedicados al compositor astorgano, la música española y en particular la leonesa está de enhorabuena, pues ayuda a mantener viva la llama de la memoria y pone el foco en uno de nuestros músicos injustamente olvidados. Como dice José Luis Temes: el patrimonio de un pueblo no son sólo las piedras, también los sonidos.
León, 22 de Mayo de 2015
Recibo con agradable sorpresa el número 33 de la revista ASTORICA que edita el Centro de Estudios Astorganos Marcelo Macías, dedicado en esta ocasión a la figura del pianista y compositor leonés Evaristo Fernández Blanco (Astorga, 1902 – Madrid, 1993). Como violinista amante de la música española y como director del Festival de Música Española de León desde el año 2003, es un orgullo para mí saber que la ciudad que le vio nacer, le rinde un magnífico homenaje mediante la publicación de esta revista. Varios musicólogos y profesores de distintas Universidades españolas y europeas, así como mi admirado director de orquesta José Luis Temes (Premio Nacional de Música), autor de la grabación integral de su música sinfónica con la Orquesta Filarmónica de Málaga, escriben interesantes artículos en los que tratan diferentes aspectos de la vida y obra musical de Evaristo.
Las notas al doble CD grabado por el maestro Temes con la Orquesta Filarmónica de Málaga, publicado por el sello discográfico 'Verso', sirven de magnífica introducción y ayudan a conocer de cerca la importancia de la figura de nuestro querido músico astorgano Fernández Blanco. Además de repasar su trayectoria vital y compositiva, Temes presenta, con un verbo culto pero a la vez asequible y ameno, las características principales de su catálogo de obras sinfónicas, que se conservan ahora ya para la posteridad como primera grabación mundial.
Por su parte, María Cáceres-Piñuel, profesora en la Universidad de Berna, analiza las relaciones sociales e ideológicas que mantuvo nuestro querido compositor, su implicación política durante la Segunda República y la depuración y el destierro que padeció tras la Guerra Civil. También realiza un análisis de la influencia que estas relaciones sociales y profesionales tuvieron en la difusión de su obra. Así mismo, repasa las distintas actuaciones llevadas a cabo para la recuperación de la obra de Evaristo: desde 1978, año en el que la Orquesta de RTVE, dirigida por el leonés Odón Alonso, interpreta Dos danzas leonesas en el Teatro Real, hasta 2010, fecha en la que se publica la mencionada grabación del maestro José Luis Temes. Por el camino detalla el importante estreno en 1983 de la Obertura Dramática, oculta por Fernández Blanco durante 43 años debido a sus referencias musicales republicanas. En esta partitura el autor describe de manera magistral, el horror de la guerra y el frustrado sueño de libertad, y es, en mi opinión, una de las mejores obras sinfónicas españolas de todos los tiempos. A partir del estreno de esta obra, creció el interés por Evaristo. Así, en 1986 el Ayuntamiento de Astorga le rindió homenaje mediante un concierto y la edición de su Cuarteto cromático. Ya en 2002, con motivo del centenario del nacimiento, el Ayuntamiento de Astorga publicó el libro De Schönberg a Celia Gámez: una conversación con Evaristo Fernández Blanco, de José Antonio Carro Celada; y el Festival de Música Española le rinde homenaje en su décimo quinta edición, programando su música en varios conciertos y publicando el primer disco dedicado a algunas de sus obras para piano (interpretadas por Belén Ordóñez) y para voz y piano (cantadas por la soprano Yolanda Montoussé acompañada por el pianista Damián Hernández, DCL-2002). Al año siguiente, el Festival graba sus dos cuartetos de cuerda, en un disco interpretado por el Cuarteto Divertimento (DCL-2003). En 2006, el Festival de Música Española crea un Concurso de Composición que lleva su nombre y que ha celebrado cinco ediciones hasta el momento. En 2007, Daniel Gutiérrez Sanz, músico y director del Auditorio de León en aquel momento, publica el catálogo de obras del compositor, con la colaboración del Ayuntamiento de Astorga.
Continúa la revista con un artículo de María Palacios, profesora en la Universidad de Salamanca, en el que relata la relación historiográfica entre nuestro compositor y los principales discursos sobre modernismo musical asociados con el Grupo de los Ocho de Madrid durante las décadas de 1920 y 1930. También destaca su relación con Unión Radio y su estancia en Alemania, analizando su afinidad a las corrientes creadoras del momento.
La musicóloga Julia Mª Martínez-Lombó Testa, autora de la tesis doctoral sobre Evaristo Fernández Blanco, colabora en esta revista con un artículo centrado en los cuartetos de cuerda de nuestro compositor astorgano y relacionándolos con el resto de su obra. Así, nos descubre a un Evaristo alejado de la construcción formal y armonía clásica, que tan pronto intercala elementos del folklore, como música de café, jazz, algunos rasgos impresionistas y otros nacionalistas, lo que da una idea de la compleja clasificación que rodea a su corpus compositivo.
Uno de los artículos más novedosos para mí es el que propone Julio Arce, profesor de la Universidad Complutense de Madrid. En él, analiza la participación de Evaristo como pianista y compositor en la emisora madrileña Unión Radio, en el período previo al estallido de la Guerra Civil. También describe la importante labor de difusión de la música que tuvo esta emisora, llegando a ocupar en algunos momentos hasta tres cuartas partes del tiempo total de las emisiones, además de apostar por la renovación cultural, dando cabida a jóvenes compositores, como Evaristo Fernández Blanco, y manteniendo una plantilla de músicos para tocar en directo.
Germán Gan Quesada, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, realiza un análisis de la trayectoria vital y creadora de Fernández Blanco durante el trienio 1936-1939, años en los que su música fue programada con regularidad por parte de grupos de cámara y de la Orquesta Nacional de Conciertos. También en esa época el Consejo Central de la Música editó y publicó dos de sus partituras: Movimiento perpetuo y Trío en Do.
Por último, la profesora de la Universidad de Glasgow, Eva Moreda Rodríguez, examina los dos principales significados que la prensa española y los propios intérpretes asignaron a la recuperación de la obra de Evaristo durante los años 80: la evocación de la modernidad de la Segunda República y la regeneración democrática de España.
En resumen, con la publicación de este compendio de artículos dedicados al compositor astorgano, la música española y en particular la leonesa está de enhorabuena, pues ayuda a mantener viva la llama de la memoria y pone el foco en uno de nuestros músicos injustamente olvidados. Como dice José Luis Temes: el patrimonio de un pueblo no son sólo las piedras, también los sonidos.
León, 22 de Mayo de 2015