Prefacio
JOSÉ MARÍA JÁÑEZ FRANCO /
Un fantasma recorre Astorga. Y todas las fuerzas de la vieja Astorga se han unido en santa cruzada para eliminar a ese fantasma: los nacional-católicos, los corruptos, los caciques, los que se ponen el traje de demócratas y progresistas, los dueños de la ciudad y sus perros de presa: los partidos populistas y del régimen; los continuadores del estatus económico y social surgido del 36 y que en la Transición impidieron que nuestra ciudad rompiera con él más que de una forma superficial.
Este nuevo movimiento ya ha intentado ser lastrado con las más viles maniobras, ocultando su existencia o tergiversando su programa real. Pero ahora ya es imposible mirar para otro lado, Astorga está pariendo un corazón y su necesidad de vivir es cada vez mayor. El miedo está cambiando de bando y la esperanza empieza a latir cada vez más fuerte.
De este hecho resulta una doble enseñanza:
Que se constata la existencia de un nuevo sujeto político de nuevo tipo que es ya reconocido como una fuerza real por todas las fuerzas tradicionales del pasado implantadas en Astorga.
Que ya es hora de que quienes pertenecemos a esa nueva corriente, expongamos a las claras a la ciudadanía de Astorga y las comarcas los conceptos, los fines y las tendencias de este sujeto político de nuevo tipo; para que quienes lo silencian y lo quieren difamar, opongan a la leyenda del fantasma sus propias ideas, emanadas de la participación directa y como síntesis de las luchas sociales y ciudadanas.
Con este fin escribiré en este medio de comunicación, con el de ir elaborando un manifiesto vivo, que aglutine la reflexión y la acción política de los sectores más dinámicos de la sociedad astorgana.
Se trata de dar voz a un movimiento eminentemente joven. Por eso, quien mejor lo entiende es la juventud, esa a la que este sistema y esta ciudad se empeñan en excluir; por eso Internet y más en concreto este periódico, es el medio más adecuado para darle voz. Porque los medios locales tradicionales jamás han querido teñirse ni de rojo, ni de verde, ni de violeta. Con 'Astorga red-acción' tenemos la posibilidad de exponer esta visión de Astorga en un medio de difusión social, lo que es algo inédito en la historia de nuestra ciudad. Es la primera vez que se podrán tratar temas de actualidad desde parámetros opuestos a la tradicional visión de Astorga como mera ciudad de curas y militares. En este caso, el parámetro es otro: el progreso social, tratar de colocar a Astorga en el Siglo XXI, aun a pesar de ser consciente de que apenas le han dejado pasar de puntillas por el XX.
La lucha es por la dignidad y el trabajo, por hacer que la crisis la paguen sus culpables, por recuperar la política como arte de servir y de mandar obedeciendo, por destinar los recursos al empleo y a garantizar la prestación de servicios públicos de calidad, por la democracia participativa y directa. Se tratan de directrices políticas universales, básicas y de consenso entre la mayoría social de la ciudad y que sin embargo hoy se violan de forma sistemática. En parte porque hasta hoy han tenido un nulo eco en los medios de comunicación locales, centrados en la agenda conservadora, clerical y sometidos a los intereses particulares de los lobbies de la ciudad.
Desgranar todas estas cuestiones de forma precisa y con un tono sosegado será la labor a la que irán dedicados los sucesivos artículos a los que da cobijo este soplo de aire fresco y democracia: Astorga red-acción. Y ello para poner sobre la agenda política los temas que preocupan realmente a la mayoría social: el empleo, los tejemanejes con los servicios públicos como el agua, la basura o el urbanismo; la corrupción y el no nos representan, los sueldos políticos desproporcionados y absurdos; la degradación de la calidad de vida y del medio ambiente; en fin, las preocupaciones de la juventud y de los sectores de la sociedad vivos en general.
En definitiva, esta columna ofrece un altavoz para oír a los que hasta ahora no teníamos voz. Porque hasta ahora teníamos amos y bozal, pero perdido el miedo decidimos ser libres.
Por eso he elegido empezar con este tono de panfleto, porque a la política y a nuestra ciudad les sobra mentira y le sobran chorizos; y a la ciudadanía le ha faltado valor. Es vital poner a la ciudadanía a hacer política y dejar en el paro a la clase política actual. Darle la vuelta a la situación actual. Acabar con el régimen. Para que la ciudadanía recobre su valor, para que la política recobre su dignidad: para que Astorga pueda colocarse en el lugar que le corresponde. Para acabar por donde empecé este prefacio diciendo: astorganos y astorganas, uníos.
JOSÉ MARÍA JÁÑEZ FRANCO /
Un fantasma recorre Astorga. Y todas las fuerzas de la vieja Astorga se han unido en santa cruzada para eliminar a ese fantasma: los nacional-católicos, los corruptos, los caciques, los que se ponen el traje de demócratas y progresistas, los dueños de la ciudad y sus perros de presa: los partidos populistas y del régimen; los continuadores del estatus económico y social surgido del 36 y que en la Transición impidieron que nuestra ciudad rompiera con él más que de una forma superficial.
Este nuevo movimiento ya ha intentado ser lastrado con las más viles maniobras, ocultando su existencia o tergiversando su programa real. Pero ahora ya es imposible mirar para otro lado, Astorga está pariendo un corazón y su necesidad de vivir es cada vez mayor. El miedo está cambiando de bando y la esperanza empieza a latir cada vez más fuerte.
De este hecho resulta una doble enseñanza:
Que se constata la existencia de un nuevo sujeto político de nuevo tipo que es ya reconocido como una fuerza real por todas las fuerzas tradicionales del pasado implantadas en Astorga.
Que ya es hora de que quienes pertenecemos a esa nueva corriente, expongamos a las claras a la ciudadanía de Astorga y las comarcas los conceptos, los fines y las tendencias de este sujeto político de nuevo tipo; para que quienes lo silencian y lo quieren difamar, opongan a la leyenda del fantasma sus propias ideas, emanadas de la participación directa y como síntesis de las luchas sociales y ciudadanas.
Con este fin escribiré en este medio de comunicación, con el de ir elaborando un manifiesto vivo, que aglutine la reflexión y la acción política de los sectores más dinámicos de la sociedad astorgana.
Se trata de dar voz a un movimiento eminentemente joven. Por eso, quien mejor lo entiende es la juventud, esa a la que este sistema y esta ciudad se empeñan en excluir; por eso Internet y más en concreto este periódico, es el medio más adecuado para darle voz. Porque los medios locales tradicionales jamás han querido teñirse ni de rojo, ni de verde, ni de violeta. Con 'Astorga red-acción' tenemos la posibilidad de exponer esta visión de Astorga en un medio de difusión social, lo que es algo inédito en la historia de nuestra ciudad. Es la primera vez que se podrán tratar temas de actualidad desde parámetros opuestos a la tradicional visión de Astorga como mera ciudad de curas y militares. En este caso, el parámetro es otro: el progreso social, tratar de colocar a Astorga en el Siglo XXI, aun a pesar de ser consciente de que apenas le han dejado pasar de puntillas por el XX.
La lucha es por la dignidad y el trabajo, por hacer que la crisis la paguen sus culpables, por recuperar la política como arte de servir y de mandar obedeciendo, por destinar los recursos al empleo y a garantizar la prestación de servicios públicos de calidad, por la democracia participativa y directa. Se tratan de directrices políticas universales, básicas y de consenso entre la mayoría social de la ciudad y que sin embargo hoy se violan de forma sistemática. En parte porque hasta hoy han tenido un nulo eco en los medios de comunicación locales, centrados en la agenda conservadora, clerical y sometidos a los intereses particulares de los lobbies de la ciudad.
Desgranar todas estas cuestiones de forma precisa y con un tono sosegado será la labor a la que irán dedicados los sucesivos artículos a los que da cobijo este soplo de aire fresco y democracia: Astorga red-acción. Y ello para poner sobre la agenda política los temas que preocupan realmente a la mayoría social: el empleo, los tejemanejes con los servicios públicos como el agua, la basura o el urbanismo; la corrupción y el no nos representan, los sueldos políticos desproporcionados y absurdos; la degradación de la calidad de vida y del medio ambiente; en fin, las preocupaciones de la juventud y de los sectores de la sociedad vivos en general.
En definitiva, esta columna ofrece un altavoz para oír a los que hasta ahora no teníamos voz. Porque hasta ahora teníamos amos y bozal, pero perdido el miedo decidimos ser libres.
Por eso he elegido empezar con este tono de panfleto, porque a la política y a nuestra ciudad les sobra mentira y le sobran chorizos; y a la ciudadanía le ha faltado valor. Es vital poner a la ciudadanía a hacer política y dejar en el paro a la clase política actual. Darle la vuelta a la situación actual. Acabar con el régimen. Para que la ciudadanía recobre su valor, para que la política recobre su dignidad: para que Astorga pueda colocarse en el lugar que le corresponde. Para acabar por donde empecé este prefacio diciendo: astorganos y astorganas, uníos.