Abel Aparicio
Viernes, 19 de Junio de 2015

La ruta de las leyendas de La Cepeda (II)

En esta segunda parte de 'La Cepeda, senderismo de leyenda', nos situamos en Escuredo. Aquí encontraremos tres puntos a destacar, dos con su leyenda y uno con su triste realidad, a saber, Cueva la Braña, Fuente de la Mora y una tumba simbólica en homenaje a Manuel Pérez.

 

Esta ruta es algo más corta que la anterior, de unos seis kilómetros y doscientos metros (pinchad AQUÍ), con un desnivel ínfimo. El recorrido es muy sencillo, ya que casi su totalidad transcurre por el camino que une Escuredo con Villaviciosa de la Ribera, localidad en la que podemos encontrar unas médulas, menos famosas que las bercianas, pero que tienen su importancia.

 

La primera leyenda que nos topamos es la relacionada con las moras o mouras, muy extendida tanto en Omaña, Ribera del Órbigo y en La Cepeda. Cueva la Braña, pertenece a una explotación romana y, como suele suceder, se atribuye a estas cuevas la existencia en ellas de mouros y mouras. Eloy Fernández Álvarez, natural de Escuredo -Escoréu en asturllionés- me enseñó las entradas a dos cuevas, ambas ya tapadas por el peligro que corrían de derrumbe, aunque algo de lo que un día fueron aún se puede apreciar. La leyenda que me contó Eloy, es muy similar a la recogida por Nicolás Bartolomé Pérez en su libro Mitoloxía popular del Reinu de Llión (Cultural Norte, 2013). Eloy, recordaba como él y otros muchos habitantes de Escuredo, de rapaces, se adentraban unos treinta metros en una de ellas:

 

La ??ienda más frecuente en muitos ??ugares de la xeografía del viechu reinu ??ionés yía la d’una moura que requier qu’una campesina a??eite al sou nenu. Cerca de La Garandilla está’l castru de los Vallados ya d’ai??í salían las mouras polos caminos a pidir a las mucheres del país que mamentaran a los sous nenos, anque xeneralmente nun querían. Una vez una mucher sí que quixo ya la moura pagóu’l serviciu con unos carbones, pero indicando que nun los mirara hasta chegar a casa; la mucher, sin embargu, miróulos antias ya tiróulos. Yá en casa víu una moneda d’ouru entre las pliegas del manti??ín, decatándose de que yera unu de los carbones que-??y diera la moura. Volvíu escapada a buscar los outros carbones que tirara antias, pero ya nun alcontróu nengún (Morán Bardón 1949: 16)

 

[Img #16697]

 

Mientras seguíamos caminando, Eloy me señalaba pisadas de corzos, jabalís y una zapatera. A unos pocos metros está la conocida como Fuente de la Mora, aquí Nicolás, en el mismo libro que apuntaba anteriormente, nos da varios ejemplos, entre los que aparece esta fuente cepedana:

 

La toponimia menor resulta mui reveladora de la estensión del mitu, nunos casos con narraciones populares qu’esplican los topónimos, anque n’outros nun se conserva ou conoz nenguna tradición mítica referida al ??ugar en cuestión. Abondan las fuentes relacionadas conas mouras de las que tenemos exemplos en Forniella (Fuente da Mora), en Barxas, Lillu, en Cepeda (Fuente de la Mora), ou en Los Oteros (Fuente la Mora). Son frecuentes las cuevas ou caviernas con mouras, como en Los Oteros, Palacios del Sil ou Ponferrada (Cueva la Mora), Paradela de Muces (Castillo da Cova da Moura), Filiel (Casa de la Moura), Chana de Somoza (Caldera de Moura); asina como los pozos que vemos en Babia (Pozu la Mora), ou Senabria (Pozo da Moura). Las alturas ya penas tamién aparecen vinculadas a esti mitu en ??una (El Sierru la Mora), Debesa de Villarrondo (Peña da Moura), La Llomba ya’l Va??e Gordu (Peña la Mora), Cabarcos (La Roca de la Mora), Olleros d’Alba (Peña del Moro ya Peña de la Mora). Pero tamién hai outros ??ugares relacionaos conas mouras como en Sousas de ??aciana (Castro de la Mora), ou en Senabria (Pala (da) Moura). 

 

[Img #16698]

 

Ya de la vuelta, Eloy me enseñó una tumba simbólica, en homenaje a Manuel Pérez, natural de Las Omañas y fusilado en Escuredo por la Guardia Civil de Riello el 5 de febrero de 1938, a los 24 años de edad y con cuatro hijos. Los documentos sobre éste y otros muchos casos están en poder de AERLE, que tras recibir una gran cantidad de dinero público, siguen guardados bajo su llave y nos obligan a buscar la información por otros medios, todo un ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas. Sobre la represión en esta parte de La Cepeda, ya escribí un artículo que arrojó un poco de luz en el silencio.

 

[Img #16699]

 FOTO tumba simbólica

Mientras volvíamos de vuelta a Escuredo, Eloy, un hijo de la mina, ya que durante treinta y cinco años trabajó en las cercanas minas de La Magdalena, Valdesamario y Espina de Tremor en León y en la más lejana de Cervera de Pisuerga (Palencia). Un gran número de palabras y frases en lengua leonesa -non, tien, fierro, uveyas, ouro, mouro, nun sal (no sale)- pronunciaba este vecino de Escuredo mientras me hablaba del rebaño concejil, de los osos que antaño se veían por La Cepeda alta, de los pocos habitantes que actualmente habitan el pueblo (once vecinos) y de lo bien que se vive en esta comarca leonesa.

 

[Img #16696]

 

Como en el artículo anterior, insisto en que el turismo es un punto que las instituciones cepedanas deberían aprovechar para dinamizar la comarca, entre otros muchos. De las personas que forman La Cepeda y de sus dirigentes depende este aprovechamiento. Ahora nos toca a nosotros, como bien me dijo en su día un cepedano ilustre, “cepedanear”.

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