Hasta siempre César Río

Recuerdo la primera vez que te vi, me dijiste que era perfecto que no tuviera experiencia porque así podías enseñarme a tu gusto. Debimos hacerlo bien porque ocho años estuve vinculada a tus negocios y hasta el último momento a tu vida.

Me enseñaste sobre música, aprendí de ti sobre la vida, recuerdo tu frase de "hay mucha gente que pasa por la universidad, pero la universidad no pasa por ella", compartimos confidencias, muchas, y aunque no eras amigo de las típicas celebraciones no recuerdo un momento amargo de mi vida en el que de alguna forma no aparecieras para apoyarme.

Generoso y agradecido, me vas a permitir que comparta uno de nuestros momentos, solo uno. Cuando el pasado enero te concedieron el premio a la empresa tradicional, me mandaste un watshap con el video de tu discurso y me decías que el premio era un poco mío, te dije "pero si soy yo quien tiene que felicitarte" y me respondiste que eras tú quien tenía que agradecerme...

Sabes qué Jefe -porque si así te seguí llamando después de 15 años, así seguirá siendo- las personas excepcionales de mi vida tienen la manía de irse de golpe, sin avisar, y tú no podías haberlo hecho de otro modo.