Castro Colorado y las claves para entender el mundo astur
El investigador astorgano, Juan Carlos Campos ofreció este martes, dentro del programa de las Fiestas de Astures y Romanos, la conferencia titulada 'Los grabados del Castro Colorado. ¿Una aproximación al universo astur?', con la que la asociación ha pretendido propiciar un mayor acercamiento a lo que fuimos, porque fuimos unos y otros, pobladores de los castros y romanos. De esta manera, Campos se ha adentrado en una parte de la historia de estas tierras, difícil de escudriñar.
![[Img #17167]](upload/img/periodico/img_17167.jpg)
Juan Carlos Campos es un aficionado que ha encontrado él solito una serie de petroglifos y grabados que permanecían desconocidos para los arqueólogos oficiales. ¿Cómo puede ocurrir esto?
Pues la realidad es bastante sencilla, los arqueólogos y los especialistas en estos temas dependen un poco de la administración y de Patrimonio, tienen que tener dotación económica y permisos y hace falta un poco de voluntad, de querer y valorar estas cosas que aun estando ahí, si no se ponen los medios, no van a aparecer solas.
Es decir, si no cuentan con esos permisos y esas dotaciones, por su cuenta no lo van a hacer.
Por su cuenta no lo hacen, la verdad es que el mundo académico está bastante encorsetado; una persona si encuentra algo lo primero que tiene que hacer es comunicarlo, pedir permisos para estudiarlo, y si no se los dan no puede publicar nada ni hacer nada, yo tengo la ventaja de ser aficionado, no estoy sujeto a esas exigencias burocráticas, tan solo al sentido común. Yo lo hago por afición y porque me gusta mucho y cuando he encontrado algo, lo primero que hago es comunicarlo a Patrimonio, porque es lo que hay que hacer y después aportar muchos datos cuando la cosa lo exige, pero en otros casos cuando el hallazgo pudiera ser dañado o hurtado, tratar de no dar demasiados para impedir su localización; pero me gusta que la gente conozca. Todo ello lo hago por disfrute personal, sin que nadie me pague nada y gracias a eso, porque si estuviese esperando la orden de Patrimonio, los fondos de Patrimonio y el permiso de Patrimonio, pues no haría nada.
En unos casos se trataba de petroglifos y ahora en el castro de Cuevas de la Sequeda, del Ayuntamiento de Valderrey, son grabados. ¿Dónde radica la diferencia?
En ambos casos son figuras grabadas en las rocas, pero los petroglifos son figuras grabadas en época prehistórica, posiblemente en la edad del Bronce o en la del Cobre o en anteriores, pero llega un momento en que la prehistoria se acaba, entonces hay grabados de época protohistórica que pertenecen a una época en la que si bien su cultura no es escrita, las culturas históricas limítrofes ya escriben sobre ellos. Ni es prehistoria ni es historia, entonces se la denomina protohistoria. Los grabados que aparecen en esas épocas protohistóricas ya reciben la denominación de grabados en lugar de petroglifos.
El castro Colorado o Encarnado está situado en una zona de influencia de lo que fue Asturica Augusta y corrió una suerte paralela a la de la antigua ciudad romana, parece que fue habitado hasta el siglo IV y presenta grabados de diferentes épocas con tres fases de ejecución, los más antiguos serían las figuras antropomorfas orantes, que serían de época prerromana. ¿Podría explicar cómo se construye un mural tan abigarrado?
Las superposiciones de figuras nos permiten hacer la posible cronología de los grabados. Por un lado tenemos el estilo, por ejemplo si hay una cruz es a partir de una determinada época, aunque pudiera haber cruces prehistóricas con otro significado. Sin embargo si una cruz está grabada por encima de unos antropomorfos, se supone que esos antropomorfos tendrán que datarse como de una fecha anterior a esas cruces; si son medievales, lo anterior sería la protohistoria o la prehistoria, y en esa época quienes habitaban el Castro Colorado eran los pueblos prerromanos que aunque luego fueran romanizados, no dejarían de ser la misma gente.
![[Img #17169]](upload/img/periodico/img_17169.jpg)
Usted en su conferencia cuando describía la acumulación de siete figuras antropomorfas en actitud orante, con una cruz con peana triangular a la derecha de los tres antropomorfos centrales, decía que esa cruz no formaría parte de esa representación, que es un añadido tardío. ¿Podría repetirnos las razones que tiene para llegar a esa conclusión?
Para mí la cruz no es de la época de los grabados, porque tiene una pátina y un estilo de ejecución distinta. Los antropomorfos para representar la cabeza y las manos utilizan unas figuras circulares, unas pequeñas cazoletas trabajadas con profundidad y sin embargo las cruces tienen también pequeños círculos en los brazos, pero con un picoteado mucho más superficial y una pátina distinta; además la cruz no está en la misma vertical de las figuras, algunas figuras son más grandes que la cruz. Que una cosa aparezca junto a otra, no siempre quiere decir que sean de la misma época, es como si en los petroglifos del Teleno que ahora sabemos que son de época calcolítica, un pastor de hay le dibujara una cruz o pusiéramos allí nuestro nombre, pues si alguien fuese a interpretar solo lo que ve diría que esos petroglifos los habría hecho Juan Carlos Campos porque allí lo pone, y sin embargo ese nombre de Juan Carlos habría sido inscrito en el laberinto 4000 años más tarde. Pues esto sucede con los antropomorfos y la cruz. Hay otros antropomorfos a lo largo del Castro Colorado que no tienen relación alguna con cruces, incluso hay cruces por todos los lados sin relación de ningún tipo con antropomorfos. Solo se da esta pequeña coincidencia y si mentalmente la hacemos desaparecer, la escena cobra otro significado que el que aparece a simple vista. La figura principal cobra entonces especial importancia, situada en el vértice superior de una escena triangular cuya base la forman el resto de las figuras, que a su vez parecen dirigir sus aclamaciones, sus danzas o la estuvieran adorando como a un dios. El antropomorfo superior es un poco más grande que los otros, con las extremidades más largas y más gráciles. Los brazos a media altura, como en actitud de recibir.
Entre los antropomorfos de Castro Colorado algunos, salvo una pareja, se presentan aislados, pero los otros forman una escena, una representación de algo, son las siete figuras antropomórficas en actitud orante ¿Podría hacernos su descripción?
La escena conforma un triángulo, en cuyo vértice, en la parte más alta se encuentra la figura principal, mucho más estilizada, con los brazos extendidos a la altura de los hombros como en disposición de recibir, con un tamaño que casi dobla a las figuras del plano inferior. Las figuras de abajo, en la base del triángulo de la escena, de menor tamaño, con un falo representado que les da una apariencia arcaica, están todos con los brazos levantados hacia esa figura principal.
Se dan escenas prácticamente iguales en contextos parecidos, en poblados castrenses de la edad del hierro, con una figura principal arriba y un grupo más abajo, lo que viene a corroborar esta escena como propia de una época concreta. La interpretación de la escena sigue abierta, bien pudiera ser una danza, una acción funeraria, pues en ocasiones aparecen personajes en posición horizontal, también pudieran ser un grupo de personas aclamando a un dios o a un líder.
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Para terminar, sobre el universo astur en esta zona están empezando a aparecer cosas, principalmente debido a la labor de entusiastas como usted, pero parece que quedasen muchas otras por descubrir.
Efectivamente. ¿Qué sabemos de cómo era el mundo astur? Tenemos cuatro notas de los historiadores romanos que contaron la historia a su gusto y entonces dicen que estos pueblos eran tan bárbaros, que vestían de negro, que se limpiaban la boca con orines, que vivían en cuevas, que no bebían vino. Con ello pretendían magnificar su victoria. Haciendo de su enemigo un salvaje incivilizado, fiero y muy combativo ganaba en mérito su victoria. Descripciones todas ellas que se alejan mucho de la realidad. Por eso como otras cosas no vamos a tener, son estas cosas que sabemos o creemos que fueron hechas por ellos las que nos acercan a su universo. En este caso aún no sabemos muy bien interpretar los grabados de los astures, pero no cabe duda de que están relacionados con su manera de entender la realidad, con su universo y manera de ver las cosas.
Juan Carlos Campos es un aficionado que ha encontrado él solito una serie de petroglifos y grabados que permanecían desconocidos para los arqueólogos oficiales. ¿Cómo puede ocurrir esto?
Pues la realidad es bastante sencilla, los arqueólogos y los especialistas en estos temas dependen un poco de la administración y de Patrimonio, tienen que tener dotación económica y permisos y hace falta un poco de voluntad, de querer y valorar estas cosas que aun estando ahí, si no se ponen los medios, no van a aparecer solas.
Es decir, si no cuentan con esos permisos y esas dotaciones, por su cuenta no lo van a hacer.
Por su cuenta no lo hacen, la verdad es que el mundo académico está bastante encorsetado; una persona si encuentra algo lo primero que tiene que hacer es comunicarlo, pedir permisos para estudiarlo, y si no se los dan no puede publicar nada ni hacer nada, yo tengo la ventaja de ser aficionado, no estoy sujeto a esas exigencias burocráticas, tan solo al sentido común. Yo lo hago por afición y porque me gusta mucho y cuando he encontrado algo, lo primero que hago es comunicarlo a Patrimonio, porque es lo que hay que hacer y después aportar muchos datos cuando la cosa lo exige, pero en otros casos cuando el hallazgo pudiera ser dañado o hurtado, tratar de no dar demasiados para impedir su localización; pero me gusta que la gente conozca. Todo ello lo hago por disfrute personal, sin que nadie me pague nada y gracias a eso, porque si estuviese esperando la orden de Patrimonio, los fondos de Patrimonio y el permiso de Patrimonio, pues no haría nada.
En unos casos se trataba de petroglifos y ahora en el castro de Cuevas de la Sequeda, del Ayuntamiento de Valderrey, son grabados. ¿Dónde radica la diferencia?
En ambos casos son figuras grabadas en las rocas, pero los petroglifos son figuras grabadas en época prehistórica, posiblemente en la edad del Bronce o en la del Cobre o en anteriores, pero llega un momento en que la prehistoria se acaba, entonces hay grabados de época protohistórica que pertenecen a una época en la que si bien su cultura no es escrita, las culturas históricas limítrofes ya escriben sobre ellos. Ni es prehistoria ni es historia, entonces se la denomina protohistoria. Los grabados que aparecen en esas épocas protohistóricas ya reciben la denominación de grabados en lugar de petroglifos.
El castro Colorado o Encarnado está situado en una zona de influencia de lo que fue Asturica Augusta y corrió una suerte paralela a la de la antigua ciudad romana, parece que fue habitado hasta el siglo IV y presenta grabados de diferentes épocas con tres fases de ejecución, los más antiguos serían las figuras antropomorfas orantes, que serían de época prerromana. ¿Podría explicar cómo se construye un mural tan abigarrado?
Las superposiciones de figuras nos permiten hacer la posible cronología de los grabados. Por un lado tenemos el estilo, por ejemplo si hay una cruz es a partir de una determinada época, aunque pudiera haber cruces prehistóricas con otro significado. Sin embargo si una cruz está grabada por encima de unos antropomorfos, se supone que esos antropomorfos tendrán que datarse como de una fecha anterior a esas cruces; si son medievales, lo anterior sería la protohistoria o la prehistoria, y en esa época quienes habitaban el Castro Colorado eran los pueblos prerromanos que aunque luego fueran romanizados, no dejarían de ser la misma gente.
Usted en su conferencia cuando describía la acumulación de siete figuras antropomorfas en actitud orante, con una cruz con peana triangular a la derecha de los tres antropomorfos centrales, decía que esa cruz no formaría parte de esa representación, que es un añadido tardío. ¿Podría repetirnos las razones que tiene para llegar a esa conclusión?
Para mí la cruz no es de la época de los grabados, porque tiene una pátina y un estilo de ejecución distinta. Los antropomorfos para representar la cabeza y las manos utilizan unas figuras circulares, unas pequeñas cazoletas trabajadas con profundidad y sin embargo las cruces tienen también pequeños círculos en los brazos, pero con un picoteado mucho más superficial y una pátina distinta; además la cruz no está en la misma vertical de las figuras, algunas figuras son más grandes que la cruz. Que una cosa aparezca junto a otra, no siempre quiere decir que sean de la misma época, es como si en los petroglifos del Teleno que ahora sabemos que son de época calcolítica, un pastor de hay le dibujara una cruz o pusiéramos allí nuestro nombre, pues si alguien fuese a interpretar solo lo que ve diría que esos petroglifos los habría hecho Juan Carlos Campos porque allí lo pone, y sin embargo ese nombre de Juan Carlos habría sido inscrito en el laberinto 4000 años más tarde. Pues esto sucede con los antropomorfos y la cruz. Hay otros antropomorfos a lo largo del Castro Colorado que no tienen relación alguna con cruces, incluso hay cruces por todos los lados sin relación de ningún tipo con antropomorfos. Solo se da esta pequeña coincidencia y si mentalmente la hacemos desaparecer, la escena cobra otro significado que el que aparece a simple vista. La figura principal cobra entonces especial importancia, situada en el vértice superior de una escena triangular cuya base la forman el resto de las figuras, que a su vez parecen dirigir sus aclamaciones, sus danzas o la estuvieran adorando como a un dios. El antropomorfo superior es un poco más grande que los otros, con las extremidades más largas y más gráciles. Los brazos a media altura, como en actitud de recibir.
Entre los antropomorfos de Castro Colorado algunos, salvo una pareja, se presentan aislados, pero los otros forman una escena, una representación de algo, son las siete figuras antropomórficas en actitud orante ¿Podría hacernos su descripción?
La escena conforma un triángulo, en cuyo vértice, en la parte más alta se encuentra la figura principal, mucho más estilizada, con los brazos extendidos a la altura de los hombros como en disposición de recibir, con un tamaño que casi dobla a las figuras del plano inferior. Las figuras de abajo, en la base del triángulo de la escena, de menor tamaño, con un falo representado que les da una apariencia arcaica, están todos con los brazos levantados hacia esa figura principal.
Se dan escenas prácticamente iguales en contextos parecidos, en poblados castrenses de la edad del hierro, con una figura principal arriba y un grupo más abajo, lo que viene a corroborar esta escena como propia de una época concreta. La interpretación de la escena sigue abierta, bien pudiera ser una danza, una acción funeraria, pues en ocasiones aparecen personajes en posición horizontal, también pudieran ser un grupo de personas aclamando a un dios o a un líder.
Para terminar, sobre el universo astur en esta zona están empezando a aparecer cosas, principalmente debido a la labor de entusiastas como usted, pero parece que quedasen muchas otras por descubrir.
Efectivamente. ¿Qué sabemos de cómo era el mundo astur? Tenemos cuatro notas de los historiadores romanos que contaron la historia a su gusto y entonces dicen que estos pueblos eran tan bárbaros, que vestían de negro, que se limpiaban la boca con orines, que vivían en cuevas, que no bebían vino. Con ello pretendían magnificar su victoria. Haciendo de su enemigo un salvaje incivilizado, fiero y muy combativo ganaba en mérito su victoria. Descripciones todas ellas que se alejan mucho de la realidad. Por eso como otras cosas no vamos a tener, son estas cosas que sabemos o creemos que fueron hechas por ellos las que nos acercan a su universo. En este caso aún no sabemos muy bien interpretar los grabados de los astures, pero no cabe duda de que están relacionados con su manera de entender la realidad, con su universo y manera de ver las cosas.