Viajando con nuestras mascotas
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Llegadas estas fechas muchos son los que aprovechando las vacaciones hacen una escapada 'al pueblo' para visitar a los familiares o bien planifican un viaje para conocer nuevos lugares. En cualquiera de ambos casos nuestras mascotas plantean involuntariamente retos. Existen múltiples posibilidades para solventarlos, en el artículo de hoy daremos algunas informaciones que esperemos ayuden a ello.
En primer lugar, y dado que será necesario en cualquier medio de transporte, es necesario tener la documentación de nuestra mascota en regla. Según la legislación el animal ha de estar identificado, es decir, tener implantado un microchip, e ir acompañado del pasaporte europeo para mascotas (la cartilla azul de la fotografía). Por decirlo de alguna manera, es el D.N.I de nuestras mascotas y sin ella estarían indocumentadas. A nivel sanitario si cruzan cualquiera de las fronteras autonómicas de nuestro país han de estar vacunadas de rabia en ese mismo año, al igual que cualquiera de las fronteras de la UE. No cumplir estos dos requerimientos es un hecho susceptible de sanción.
Si se viaja a otros países es recomendable visitar al veterinario un mes o al menos quince días antes, el nos informará de las exigencias que plantea cada país para poder viajar con nuestras mascotas. Además, también es recomendable desde el punto de vista sanitario, dado que vayamos a donde vayamos existen enfermedades endémicas (incluso dentro de España, como la leishmaniosis en el Levante o la leptospirosis en Asturias) de las cuales podemos proteger a nuestras mascotas con una serie de precauciones o incluso con una vacuna, lo que nos ahorrará muchos disgustos.
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Viajando en coche
No hay una normativa de tráfico específica al respecto, solamente en el Reglamento General de Circulación figura lo siguiente: el conductor del vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente en la conducción. Añadiendo que, deberá cuidar especialmente de mantener la adecuada colocación de los objetos o animales transportados.
Así que lo más aconsejable es que nuestra mascota no vaya suelta en el vehículo, dado que los agentes de tráfico pueden interpretarlo como un peligro y multarnos por ello. Tenemos varias posibilidades de sistemas de sujeción para nuestras mascotas, a la hora de elegir los más seguros debemos decantarnos por los que han demostrado su eficacia mediante ensayos de choque o que están homologados mediante normas europeas, por ejemplo, ECE R17 o DIN 75410-2.
Arneses: recomendados para perros, que sujetan a las mascotas mediante el cinturón de seguridad o los dispositivos Isofix. A este respecto, hay que tener en cuenta la longitud del cinturón de seguridad del asiento. No se recomiendan los correajes que se enganchan al collar del perro, ya que no retienen al animal y supone un riesgo para los pasajeros.
Rejilla divisoria: Para vehículos con portón trasero o familiares, que permiten habilitar espacio en el maletero, recomendada para animales de gran tamaño. Hay que tener en cuenta la estabilidad tanto de los respaldos de los asientos como del montaje de la rejilla, de modo que se optará por aquellas que van montadas desde el techo del vehículo al suelo del maletero y que cumplen las normas DIN 75410-2.
Transportín: Es uno de los métodos más seguros. En caso de disponerlo en el maletero (para perros de gran tamaño) se colocará lo más cerca posible del respaldo y en posición transversal respecto a la dirección de la marcha. Para perros de pequeño tamaño y gatos, los transportines se deben colocar dentro del habitáculo, concretamente sobre el suelo detrás de los asientos delanteros. Nunca se debe colocar un transportín sobre el asiento sujeto por un cinturón de seguridad, ya que las pruebas realizadas ponen de manifiesto que la caja se rompe y la mascota sale despedida a través de la pared del transportín.
Una recomendación en los viajes largos es parar al menos cada dos horas y dar de beber al animal y dejarle unos diez minutos para que estire las piernas y orine si lo necesita.
Viajando en tren
Su transporte está permitido siempre que no se opongan el resto de los viajeros. Según informan desde Renfe, el viajero que los lleve a su cargo se hace responsable de las molestias y daños que pueda ocasionar el animal. Deben ir con la documentación y en las condiciones higiénico-sanitarias y de seguridad previstas en la legislación vigente (ya explicadas anteriormente). El transporte se limitará a pequeños animales de compañía, entendiendo como tales, perros, gatos, hurones y aves (no de corral), cuyo peso máximo no exceda de 10 Kg. Se admitirá como máximo un sólo animal por viajero, siempre dentro de una jaula, o elemento transportín u otro tipo de contenedor cerrado, cuyas dimensiones máximas no superen 60 x 35 x 35 cm, y que cuenten de algún dispositivo que permita contener y retirar los residuos. En plazas acostadas sólo será posible el transporte en departamentos/cabinas completas (modalidad familiar).
El transporte es gratuito cuando el viajero que los lleve a su cargo tenga un billete en clases Preferente sentada, Club, cama Preferente, cama Gran Clase y Butaca Gran Confort. Para el resto de clases se establece un precio correspondiente al 25% del asiento de clase Turista según el trayecto y tipo de tren correspondientes.
Respecto a los trenes Cercanías las normas son más laxas, ya que siendo perro no es necesario que el animal vaya dentro de una jaula, aunque sí con correa y bozal. Tampoco se emitirá billete ni se abonará cantidad alguna por su transporte. Un caso excepcional es el de los perros lazarillos que podrán viajar en todos los trenes de forma gratuita.
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Viajando en autobús
Está prohibido el transporte de animales en el habitáculo, así que deberán ir en la bodega de carga (a excepción de los perros guía). Se suele admitir un máximo de una mascota por servicio y se limitará como en el caso de los trenes a animales de compañía de menos de 10kg de peso. Deberá ir en un trasportín homologado, rígido e impermeable (para retener posibles residuos). Se debe estar 15 minutos antes del embarque, que tocará realizarlo al viajero, al igual que el desembarque. Normalmente el coste está en torno al 50% del precio del billete de su propietario. Las condiciones varían levemente de unas compañías a otras, aunque en su mayoría se ciñen a estas indicaciones.
Viajando en avión
Cada compañía tiene unas consideraciones distintas del transporte de animales, por lo cual lo más recomendable es leer detenidamente la información correspondiente con detenimiento antes de sacarse el billete y tener contratiempos en el mismo aeropuerto. No obstante existen unas condiciones más o menos generales.
Como siempre los perros lazarillos tienen un punto de privilegio, pueden viajar en cabina, siempre que el animal se halle correctamente atado y su propietario responda de los perjuicios que pueda causar al resto del pasaje.
El peso máximo permitido del animal, incluyendo el recipiente o jaula en el que será transportado, será de 8 Kg. El recipiente podrá tener como máximo 45 cm. de largo, 35 cm. de ancho y 25 cm. de profundidad, siempre que la suma de estas tres dimensiones no exceda de 105 cm. Además es recomendable que no sea rígido y tenga el fondo impermeable. En ningún caso podrá salir del recipiente en el interior de la cabina, siendo responsabilidad del pasajero su cuidado. Mucho cuidado a la hora de la reserva, ya que dependiendo del modelo de avión y compañía hay un número máximo de animales y cuando se cierre el pasaje pueden avisarnos de que nuestro animal no ha sido aceptado.
En caso de que exceda el tamaño mencionado deberá ir en la bodega de carga (siempre que la compañía contemple esta posibilidad, algunas no transportan animales en ella). Los recipientes deberán ser resistentes y seguros, cómodos para la talla del animal, que permitan la ventilación, con el fondo impermeable y con un cierre que garantice que no se abrirá en ningún momento.
Respecto al destino podemos recomendar dos buscadores web: www.aceptanperros.com y www.seadmitenmascotas.com en las cuales podréis localizar hoteles donde alojaros con vuestras mascotas.
Un punto a tener en cuenta es que el acceso a las playas de perros está limitado en temporada de baño y podemos ser multados por ello, no obstante existen algunas playas en las que está permitido el acceso de animales. En esta web podéis ampliar la información: http://www.homeaway.es/info/ideas-para-vacaciones/guias-consejos-alojamientos/Vacaciones-con-perro/playas-perros
Una gran alternativa cuando nuestra escapada es breve (menos de una semana), y aún más cuando se trata de nuestros gatos, es no desplazarlos con nosotros y dejarlos en el hogar bajo el cuidado de algún familiar o allegado que los visite una o dos veces al día para alimentarlos y darles un rato de compañía. Los gatos son animales eminentemente territoriales y un viaje prolongado sumado a un ambiente extraño les generará un profundo estrés, que en muchas ocasiones no compensa en lo más mínimo dada la duración de nuestra estancia fuera. Respecto a los perros también debemos valorar la opción de la residencia canina o los servicios de acogida temporal en familias.
Dada la coyuntura no se puede pasar por alto la condenable práctica del abandono. La mascota es un miembro más de nuestras familias, dejándola a su suerte en una carretera estamos destruyéndola desde dentro, dando un ejemplo lamentable a nuestros hijos y al tiempo generando accidentes a terceros. Es mezquino condenar a un ser vivo desahuciándolo del que es su hogar, empujándolo al sufrimiento e incluso la muerte; el cariz moral del que toma esta aborrecible determinación lo desautoriza para cualquier justificación. Esperemos que este artículo ponga un granito de arena en la montaña de la conciencia social del respeto animal.
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Llegadas estas fechas muchos son los que aprovechando las vacaciones hacen una escapada 'al pueblo' para visitar a los familiares o bien planifican un viaje para conocer nuevos lugares. En cualquiera de ambos casos nuestras mascotas plantean involuntariamente retos. Existen múltiples posibilidades para solventarlos, en el artículo de hoy daremos algunas informaciones que esperemos ayuden a ello.
En primer lugar, y dado que será necesario en cualquier medio de transporte, es necesario tener la documentación de nuestra mascota en regla. Según la legislación el animal ha de estar identificado, es decir, tener implantado un microchip, e ir acompañado del pasaporte europeo para mascotas (la cartilla azul de la fotografía). Por decirlo de alguna manera, es el D.N.I de nuestras mascotas y sin ella estarían indocumentadas. A nivel sanitario si cruzan cualquiera de las fronteras autonómicas de nuestro país han de estar vacunadas de rabia en ese mismo año, al igual que cualquiera de las fronteras de la UE. No cumplir estos dos requerimientos es un hecho susceptible de sanción.
Si se viaja a otros países es recomendable visitar al veterinario un mes o al menos quince días antes, el nos informará de las exigencias que plantea cada país para poder viajar con nuestras mascotas. Además, también es recomendable desde el punto de vista sanitario, dado que vayamos a donde vayamos existen enfermedades endémicas (incluso dentro de España, como la leishmaniosis en el Levante o la leptospirosis en Asturias) de las cuales podemos proteger a nuestras mascotas con una serie de precauciones o incluso con una vacuna, lo que nos ahorrará muchos disgustos.
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Viajando en coche
No hay una normativa de tráfico específica al respecto, solamente en el Reglamento General de Circulación figura lo siguiente: el conductor del vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente en la conducción. Añadiendo que, deberá cuidar especialmente de mantener la adecuada colocación de los objetos o animales transportados.
Así que lo más aconsejable es que nuestra mascota no vaya suelta en el vehículo, dado que los agentes de tráfico pueden interpretarlo como un peligro y multarnos por ello. Tenemos varias posibilidades de sistemas de sujeción para nuestras mascotas, a la hora de elegir los más seguros debemos decantarnos por los que han demostrado su eficacia mediante ensayos de choque o que están homologados mediante normas europeas, por ejemplo, ECE R17 o DIN 75410-2.
Arneses: recomendados para perros, que sujetan a las mascotas mediante el cinturón de seguridad o los dispositivos Isofix. A este respecto, hay que tener en cuenta la longitud del cinturón de seguridad del asiento. No se recomiendan los correajes que se enganchan al collar del perro, ya que no retienen al animal y supone un riesgo para los pasajeros.
Rejilla divisoria: Para vehículos con portón trasero o familiares, que permiten habilitar espacio en el maletero, recomendada para animales de gran tamaño. Hay que tener en cuenta la estabilidad tanto de los respaldos de los asientos como del montaje de la rejilla, de modo que se optará por aquellas que van montadas desde el techo del vehículo al suelo del maletero y que cumplen las normas DIN 75410-2.
Transportín: Es uno de los métodos más seguros. En caso de disponerlo en el maletero (para perros de gran tamaño) se colocará lo más cerca posible del respaldo y en posición transversal respecto a la dirección de la marcha. Para perros de pequeño tamaño y gatos, los transportines se deben colocar dentro del habitáculo, concretamente sobre el suelo detrás de los asientos delanteros. Nunca se debe colocar un transportín sobre el asiento sujeto por un cinturón de seguridad, ya que las pruebas realizadas ponen de manifiesto que la caja se rompe y la mascota sale despedida a través de la pared del transportín.
Una recomendación en los viajes largos es parar al menos cada dos horas y dar de beber al animal y dejarle unos diez minutos para que estire las piernas y orine si lo necesita.
Viajando en tren
Su transporte está permitido siempre que no se opongan el resto de los viajeros. Según informan desde Renfe, el viajero que los lleve a su cargo se hace responsable de las molestias y daños que pueda ocasionar el animal. Deben ir con la documentación y en las condiciones higiénico-sanitarias y de seguridad previstas en la legislación vigente (ya explicadas anteriormente). El transporte se limitará a pequeños animales de compañía, entendiendo como tales, perros, gatos, hurones y aves (no de corral), cuyo peso máximo no exceda de 10 Kg. Se admitirá como máximo un sólo animal por viajero, siempre dentro de una jaula, o elemento transportín u otro tipo de contenedor cerrado, cuyas dimensiones máximas no superen 60 x 35 x 35 cm, y que cuenten de algún dispositivo que permita contener y retirar los residuos. En plazas acostadas sólo será posible el transporte en departamentos/cabinas completas (modalidad familiar).
El transporte es gratuito cuando el viajero que los lleve a su cargo tenga un billete en clases Preferente sentada, Club, cama Preferente, cama Gran Clase y Butaca Gran Confort. Para el resto de clases se establece un precio correspondiente al 25% del asiento de clase Turista según el trayecto y tipo de tren correspondientes.
Respecto a los trenes Cercanías las normas son más laxas, ya que siendo perro no es necesario que el animal vaya dentro de una jaula, aunque sí con correa y bozal. Tampoco se emitirá billete ni se abonará cantidad alguna por su transporte. Un caso excepcional es el de los perros lazarillos que podrán viajar en todos los trenes de forma gratuita.
![[Img #17533]](upload/img/periodico/img_17533.jpg)
Viajando en autobús
Está prohibido el transporte de animales en el habitáculo, así que deberán ir en la bodega de carga (a excepción de los perros guía). Se suele admitir un máximo de una mascota por servicio y se limitará como en el caso de los trenes a animales de compañía de menos de 10kg de peso. Deberá ir en un trasportín homologado, rígido e impermeable (para retener posibles residuos). Se debe estar 15 minutos antes del embarque, que tocará realizarlo al viajero, al igual que el desembarque. Normalmente el coste está en torno al 50% del precio del billete de su propietario. Las condiciones varían levemente de unas compañías a otras, aunque en su mayoría se ciñen a estas indicaciones.
Viajando en avión
Cada compañía tiene unas consideraciones distintas del transporte de animales, por lo cual lo más recomendable es leer detenidamente la información correspondiente con detenimiento antes de sacarse el billete y tener contratiempos en el mismo aeropuerto. No obstante existen unas condiciones más o menos generales.
Como siempre los perros lazarillos tienen un punto de privilegio, pueden viajar en cabina, siempre que el animal se halle correctamente atado y su propietario responda de los perjuicios que pueda causar al resto del pasaje.
El peso máximo permitido del animal, incluyendo el recipiente o jaula en el que será transportado, será de 8 Kg. El recipiente podrá tener como máximo 45 cm. de largo, 35 cm. de ancho y 25 cm. de profundidad, siempre que la suma de estas tres dimensiones no exceda de 105 cm. Además es recomendable que no sea rígido y tenga el fondo impermeable. En ningún caso podrá salir del recipiente en el interior de la cabina, siendo responsabilidad del pasajero su cuidado. Mucho cuidado a la hora de la reserva, ya que dependiendo del modelo de avión y compañía hay un número máximo de animales y cuando se cierre el pasaje pueden avisarnos de que nuestro animal no ha sido aceptado.
En caso de que exceda el tamaño mencionado deberá ir en la bodega de carga (siempre que la compañía contemple esta posibilidad, algunas no transportan animales en ella). Los recipientes deberán ser resistentes y seguros, cómodos para la talla del animal, que permitan la ventilación, con el fondo impermeable y con un cierre que garantice que no se abrirá en ningún momento.
Respecto al destino podemos recomendar dos buscadores web: www.aceptanperros.com y www.seadmitenmascotas.com en las cuales podréis localizar hoteles donde alojaros con vuestras mascotas.
Un punto a tener en cuenta es que el acceso a las playas de perros está limitado en temporada de baño y podemos ser multados por ello, no obstante existen algunas playas en las que está permitido el acceso de animales. En esta web podéis ampliar la información: http://www.homeaway.es/info/ideas-para-vacaciones/guias-consejos-alojamientos/Vacaciones-con-perro/playas-perros
Una gran alternativa cuando nuestra escapada es breve (menos de una semana), y aún más cuando se trata de nuestros gatos, es no desplazarlos con nosotros y dejarlos en el hogar bajo el cuidado de algún familiar o allegado que los visite una o dos veces al día para alimentarlos y darles un rato de compañía. Los gatos son animales eminentemente territoriales y un viaje prolongado sumado a un ambiente extraño les generará un profundo estrés, que en muchas ocasiones no compensa en lo más mínimo dada la duración de nuestra estancia fuera. Respecto a los perros también debemos valorar la opción de la residencia canina o los servicios de acogida temporal en familias.
Dada la coyuntura no se puede pasar por alto la condenable práctica del abandono. La mascota es un miembro más de nuestras familias, dejándola a su suerte en una carretera estamos destruyéndola desde dentro, dando un ejemplo lamentable a nuestros hijos y al tiempo generando accidentes a terceros. Es mezquino condenar a un ser vivo desahuciándolo del que es su hogar, empujándolo al sufrimiento e incluso la muerte; el cariz moral del que toma esta aborrecible determinación lo desautoriza para cualquier justificación. Esperemos que este artículo ponga un granito de arena en la montaña de la conciencia social del respeto animal.




