M.A. Reinares
Jueves, 20 de Agosto de 2015

La BRIF afronta un nuevo encierro con "los objetivos bien claros y sabiendo que estamos ante una larga lucha"

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Cincuenta trabajadores de la Brigada de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) se han encerrado en la base de Tabuyo del Monte, en una nueva acción encuadrada en la huelga indefinida que mantienen desde el 27 de julio. Sobre las 12 de la noche comenzaban la asamblea en la que hicieron balance de los 24 días de paro que han servido para que colectivo se sienta, sobre todo, más unido que nunca ante unas movilizaciones que ninguno pone en duda porque las condiciones laborales de las que parten, a duras penas les permiten vivir con dignidad.

 

El gimnasio de la base ha servido a lo largo de la noche de comedor y de punto de encuentro donde han celebrado la asamblea en la que han hecho balance sobre la marcha de las movilizaciones. Los 50 trabajadores -prácticamente el cien por cien de la plantilla- han compartido comida y conversaciones en el tercer encierro que protagonizan desde hace un año. La situación desde aquel 28 de agosto de 2014, en el que se encerraban por primera vez en la base de Tabuyo, ha avanzado hasta el punto de que Tragsa, la empresa que gestiona el operativo antiincendios del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha pasado de no reconocer como interlocutor a la ATBRIF, la asociación que aglutina a los 600 trabajadores de todas las BRIF de España, a tener que sentarse en la mesa de negociación de donde no se moverán los representantes de los brigadistas hasta no haber conseguido que les sean reconocidas la categoría de bomberos forestales, unas mejoras salariales acordes al riesgo con que desempeñan su trabajo y la segunda actividad para no ser despedidos cuando llegan a una edad en la que no pueden actuar directamente en el apagado de los fuegos.

 

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Quienes han protagonizado el encierro de este 19 de agosto son trabajadores indignados con una empresa que hace un año planteaba un ERE, que fue declarado nulo por la Audiencia Nacional, alegando problemas económicos cuando entre los directivos se reparten bonus de 4 millones de euros, una cifra astronómica para brigadistas como Fernando Castro, 45 años y dos hijos, cuyo sueldo no llega a los mil euros, oscila entre los 980 o 960, dependiendo de los meses. Fernando Castro es fijo discontinuo desde 2011, otro logro conseguido por el colectivo BRIF porque anteriormente a ese año los brigadistas eran eventuales que trabajaban en campañas de tres meses. Este profesional ha secundado todas las movilizaciones porque es muy consciente de que "las condiciones son lamentables, solamente por el hecho de subirte a los helicópteros ya te estás jugando la vida pero el fuego es peor todavía. Por eso nos parece, incluso, irrespetuoso que se nos trate así, porque son unas condiciones de lo más mínimo que existe".

 

La conversación con este madrileño afincado actualmente en Astorga transcurre en la cocina de la base donde el trasiego a la hora de la cena es incesante. La noche va a ser larga así que sobre la mesa del gimnasio han colocado casi una veintena de pizzas caseras cuyos restos se afanan en retirar para que dé comienzo la asamblea. Minutos antes de la reunión, Fernando Castro asegura que en las negociaciones con Tragsa, la empresa "alude a la situación del país, a como está mucha gente, pero no se trata de mirar a quien está por debajo de nosotros sino de ver lo que nos corresponde, lo que nos merecemos por un trabajo que implica peligrosidad, toxicidad, turnicidad, estar físicamente bien y algo que no ocurre en otros cuerpos, a nosotros nos hacen una prueba física y médica excluyente todos los años, si no la pasamos no ofrecen volver a pasarla en 15 días" y si finalmente no la superan los trabajadores "nos vamos de excendencia forzosa sin cobrar paro y después al año vuelven a hacernos la prueba, si tampoco la pasas, nos vamos directamente a la calle".

 

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Por eso para el colectivo es muy importante lograr que se reconozca la segunda actividad, un aspecto que en la última mesa negociadora ha avanzado. Según el portavoz de los brigadistas, Juan Carlos Vidal, Tragsa está dispuesta a "darnos cada año más puestos de trabajo" alternativos a la actuación directa en los incendios, "20, 30, 40 y 50 para los próximos cuatro años".

 

La asamblea ha comenzado dando cuenta del estado en el que se encuentran las cajas de resistencia y de movilizaciones, en las que se va recaudando dinero para hacer frente a las situaciones económicas familiares después de 24 dias de huelga y a los gastos que generan los desplazamientos a las reuniones y manifestaciones, porque uno de los objetivos del paro es mantenerse siempre en el objetivo de la opinión pública con llamadas de atención. En la asamblea se planifican las próximas movilizaciones, entre ellas, la asistencia masiva al documental 'La vida en llamas' que se estrenará el 4 de septiembre y que rinde homenaje a los bomberos forestales, narrando las circunstancias vitales de estos brigadistas, algunos renuncian a formar una familia y todos se debaten a diario con sus propias dudas debido a los riesgos que corren.

 

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Pablo González, representante de la ATBRIF, concluye tajante ante sus compañeros: "no vamos a vernos doblegados y seguiremos manteniendo nuestros objetivos bien claros, aunque sabemos que esto nos supondrá una larga lucha. Somos bomberos forestales y lucharemos por dicha categoría. La segunda actividad es una pieza clave necesaria para tomar este trabajo como un medio de vida y llevar el dinero a nuestras casas y a nuestras familias, jubilándonos con dignidad como bomberos forestales".

 

Más información:

Número de cuenta de la caja de resistencia: 0049 2467 49 2914860317

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