Poesía a poesía 'Entrayendo a la luz'
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En vísperas de la luna llena de agosto, el Museo de La Comunal de Val de San Lorenzo acogió en la noche del sábado una velada poética bajo el sugerente título de 'Entrayendo la luz'.
El acto comenzó con un vino español para iniciar conversaciones, romper el hielo entre los conocidos y los hasta entonces desconocidos. Los protagonistas de esta velada más que entrañable, que atrajo a numeroso público forastero, fueron los poetas José Luis Álvarez Baena e Inocencia Montes que se encargaron de conducir público a través del mundo de la mujer.
Dos decorados muy distintos. El primero de ellos, el viejo telar de mano de lanzadera que a sus espaldas acoge una obra del propio Álvarez Baena, que fue el encargado de introducir a los espectadores a través del tiempo, en la vida cotidiana de los antepasados llevando a cabo el proceso textil pero todo ello a base del trabajo manual y el esfuerzo.
Posteriormente, otro escenario aguardaba a la concurrencia, el estrado donde habitualmente se llevan a cabo las actividades culturales. En esta ocasión, decorado con obras del propio José Luis y varios candelabros que al apagarse las luces del museo irradiaban un calor y una luz especial. Ambos poetas, uno a cada extremo del escenario sentados ante una mesa habilitada que fuera en su día soporte de máquina de coser, fueron desgranando poesía a poesía, diálogo entre ellos que fue calando entre el público presente.
Una velada especial que el público pidió que volviera a hacerse con más frecuencia. Los autores de la cita literaria se metieron en el corazón de todos los allí presentes.
En vísperas de la luna llena de agosto, el Museo de La Comunal de Val de San Lorenzo acogió en la noche del sábado una velada poética bajo el sugerente título de 'Entrayendo la luz'.
El acto comenzó con un vino español para iniciar conversaciones, romper el hielo entre los conocidos y los hasta entonces desconocidos. Los protagonistas de esta velada más que entrañable, que atrajo a numeroso público forastero, fueron los poetas José Luis Álvarez Baena e Inocencia Montes que se encargaron de conducir público a través del mundo de la mujer.
Dos decorados muy distintos. El primero de ellos, el viejo telar de mano de lanzadera que a sus espaldas acoge una obra del propio Álvarez Baena, que fue el encargado de introducir a los espectadores a través del tiempo, en la vida cotidiana de los antepasados llevando a cabo el proceso textil pero todo ello a base del trabajo manual y el esfuerzo.
Posteriormente, otro escenario aguardaba a la concurrencia, el estrado donde habitualmente se llevan a cabo las actividades culturales. En esta ocasión, decorado con obras del propio José Luis y varios candelabros que al apagarse las luces del museo irradiaban un calor y una luz especial. Ambos poetas, uno a cada extremo del escenario sentados ante una mesa habilitada que fuera en su día soporte de máquina de coser, fueron desgranando poesía a poesía, diálogo entre ellos que fue calando entre el público presente.
Una velada especial que el público pidió que volviera a hacerse con más frecuencia. Los autores de la cita literaria se metieron en el corazón de todos los allí presentes.
