Esteban Carro Celada
Viernes, 02 de Octubre de 2015

El entorno familiar del Maragato Cordero ( XIII )

Donde se cuentan las aficiones poéticas de la familia Alonso Cordero con una muestra de algunas de sus composiciones y de la amistad con el grande y coronado poeta Manuel Quintana y de otros pormenores referidos a la vida estudiantil de la cada vez más numerosa descendencia

[Img #18471]

 

Santiago Franco Alonso, el colegial inglés, el despierto intelectual de la familia se estaba convirtiendo en el poeta oficial. No extraña que dedique un poema a su prima Victoria Alonso Cordero, la segunda hija de Cordero: 

 

Canción dedicada a Dª Victoria Alonso


Hay una flor en el prado
que está muerta, estando viva.
Esta es la flor sensitiva
y es la flor de mí querer. Cuando el alba pura y leve,
tras una noche serena
de aljófares mil la llena
la vuelve a rejuvenecer.


--------------------------------
Es como la edad primera
con sus sueños e ilusiones
que pasan como visiones
como fosfórico ardor.
de una flor la lozanía, 
de una joven la hermosura
tanto vive, tanto dura,
como existencia de flor.


------------------------------------------
Así de mis dulces sueños
las realidades pasaron,
y tan solo me dejaron
recuerdos para el dolor.
Solitario y sin consuelo
mi pecho en valde se agita
como tórtola a quien quita
sus hijos el cazador.


---------------------------------
Buscando su prole amante
veloz va de torre en torre
revolando vuelve y corre
con un incansable afán
y tal vez donde otro tiempo
se arrullaban tan felices
de sus plumas los matices
ensangrentados están.


-------------------------------
Mas si las flores, las aves
tienen tan triste existencia
no comprenden la evidencia
del terrible porvenir;
pero yo triste y muy lejos
del solo amor que me inflama, del placer la dulce llama
jamás llegaré a sentir.

 

Parece que este Franco Alonso, ya primo de Victoria y que trabaja con Luis y después con Gabriel el tío de todos, era quien estaba previsto para amor de Victoria. Pero se interpuso un criado de la casa.

 

Martínez el de Boisán era uno de los criados del Maragato Cordero. Santiago evidentemente era el más brillante de todos los hermanos Franco, pero estaba lejos, metido en política, en negocios, en estudios. Hablaba no sé cuantos idiomas. Y Victoria se casó con Andrés mucho menos brillante, pero que lo tenía a su lado. Este poema que hemos transcrito se refiere sin duda alguna a ese momento del desengaño amoroso ya irreversible. No se lo escribe a la señorita Victoria, sino a Doña Victoria. Es decir es la elegía de un amor ya imposible. Y bien que lo sintió el maragato. Quizás todas las complicaciones de esa boda vengan de atrás, del perdón de aquellas juerguitas cuando Cordero estaba en el exilio de Lisboa.

 

[Img #18472]

 

De los nietos de Cordero aparecen algunos detalles conservados amorosamente por la madre. Son ejercicios caligráficos con motivo del santo: “Te escribo esta cartita para darte las gracias por el bastidor que te pedí y que me compró tío Luis. Es muy bonito y me ha gustado mucho. El jueves vino mi abuelita para despedirse de mí porque se iba al sitio de Aranjuez y me trajo dulces que me gustan mucho”.

 

El 24 de marzo a Clotilde le escribe su amiga Encarnación. Estamos en 1853 y se juntan todas las amigas con motivo de los días. Ven a la una en punto, le dice, con el permiso de mamá. Y la convidan. Clotilde ya es una muchacha pizpireta y arrellanadita de carnes.


Luis Franco escribe a su esposa una cartita de Josefa Balbín. La hija de Cordero está en Santiago de Millas con el ama Paquita. Balbín desde Madrid hace todos los recados que le pide: el abriguito con guarnición bordada para Eloísa, la sillita, unas medias y zapatos intercambiables por si no son del gusto de la mamá. Arregla los vestidos de la Clotilde a la que va a ver al colegio madrileño de monjas. Le han traído un par de botas negras.


Pero Clotilde en poco tiempo, lo mismo que Luisito se han convertido en ‘mademoiselle’ y ‘mesieur’, Clotilde Franco Alonso está en el pensionado de Notre Dame, en la calle Savaurins, 8 de Marsella. Como Santiago Franco estudió en Londres, como Santiago Pío está estudiando con Joaquinito en el colegio politécnico, Clotilde estudiará en Francia. Y pasa así desde Pontejos, las cartas se sellan desde Marsella en Toulouse y en Bourdeaux. Cinco días las cartas desde Marsella a Pontejos.

 

[Img #18473]

 

En el consulado de España hay un amigo de el Maragato, es Julián de Alba. Con él charla y come cuando la familia Cordero visita Marsella. Y van frecuentemente a visitar a Clotilde y a Luis. Y estos si no tienen dinero acuden indefectiblemente a este amigo de la familia.


Cuando vuelva de tarde en tarde de vacaciones, le escribirá en francés su profesora, la hermana B. Raynaud. También su tía la pequeña Amalia está aprendiendo el francés y lo practica en una carta dirigida a la sobrina, de mayor edad que ella. Existe una carta que ha debido de ser dictada por el mismo Maragato y que alguno de sus amigos le ha ayudado a verterla a un francés irreprochable y sin errores ortográficos. Amalia prepara cosas para la fiesta de papá Cordero. Mejor dicho, ya se las ha entregado antes, ya que cuando escribe ha pasado una semana desde que fue Santiago. A través de Clotilde manda recuerdos para su sobrino Luisito también en Marsella en otro internado. La hijita de Cordero no hace mucho que ha salido del colegio. Ha llegado a casa el domingo pasado. Es decir prácticamente con el comienzo de agosto.


A principios de julio contesta la madre a la hija Clotilde una serie de detalles familiares sobre el grupo de nietos mayores de Cordero: “Bernardito sigue mejor de la tos; hemos estado mes y medio en el Retiro, en una casita que hay al pie de la de las fieras; ha estado muy malito, pero gracias al Todopoderoso se halla bien, está muy gracioso y muy espabilado, recorre toda la casa solito en la pollera: la Isabel ya no le da el pecho desde el ocho de mayo. La Eloísa ha entrado en el convento de las Salesas el uno de junio. Me ha prometido que en cuanto escriba bien te dirigirá una cartita, pero tú debes de escribirla a ella para obligarla a que te conteste”. Luego la madre le cuenta y enumera la gente que pregunta por ella: La Dominga, la Pepa y doña Victoria, Pepita la de Rodríguez, Doña Mariquita y la Rosita y Pepita Ordás que anda con su papá por los baños de Ponticosa y que según los facultativos no vivirá.

 

 

[Img #18475]

 

 

Ya conocemos lo literaria que era la casa del Maragato especialmente por la línea de María Antonia. Nada ha de extrañar que en esta carta escriba a su hija y le dé recuerdos de “Don Manuel J. Quintana y toda su familia siempre preguntan por ti y te dan sus afectos”. El poeta liberal que había cantado los ideales del progreso del siglo XIX tan queridos a Cordero era una notabilidad y un año antes había sido coronado por la reina Isabel II y tan solo quedaba otro año para su muerte ya cercana. La carta que le escribió la pequeña tía Amalia no ha sido contestada y por ello está un poco resentida. Luego hablan del colegio marsellés: “Mucho me alegra que estés tan contenta en el colegio, y que tengas una directora tan amable; la abrazas en mi nombre y te figuras que lo haces a tu mamá, pues en ese caso se halla hoy día y aunque no tengo el honor de conocerla, la quiero por la pintura que me haces de dicha señora; no la des ningún disgusto, hija mía, y aplícate mucho como me prometes para tener el consuelo de tenerte pronto a mi lado, pues no sabes lo que sufro al verme separada de todos vosotros. Yo no tengo más consuelo que pedir a Dios para que nos deje reunir y pasar los días de santos de unos y otros con toda felicidad”. La madre el día de Santa Clotilde ha oído tres misas Corazón de Jesús, de María y P. Concepción y Virgen de la misericordia. Pide por su tío enfermo, debe ser Santiago Franco.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.