Quien siembra vientos recoge tempestades
Que la nueva legislatura que comenzaba ya hace unos meses en el Ayuntamiento de Astorga iba a ser, cuanto menos, entretenida era de esperar. Pero la irracionalidad con la que se pueden palpar los hechos que en ella internamente concurren es algo notablemente asombroso.
Partiendo de la base de que el pleno en un Ayuntamiento, que celebra sus sesiones periódicamente y sirve para tratar asuntos generales y de régimen interno de la correspondiente corporación, es el máximo órgano de representación política de los ciudadanos y donde estos pueden acudir libremente y fundar su propia opinión al respecto; yo quiero compartir la mía, como asistente a la última sesión celebrada el jueves 24 de septiembre.
Prácticamente nada más llegar me encontré con una clara división, manifiesta tanto en el ambiente como en la respectiva colocación de los ediles que allí concurrían. El puesto que cada cual ocupaba era determinante para llegar incluso a conocer su postura. Por un lado se podía observar una poderosa (ya que así lo han querido los electores) derecha, hambrienta de conseguir todo aquello que desea a cualquier precio, junto a un títere Partido Autonomista Leonés – Unidad Leonesista (el PAL-UL) que poco deja ver más allá de su propio beneficio, sin que caer bajo los mandados de la contradicción o el interés le suponga apuro alguno. Ambos, frente a una izquierda débil por separado, pero que suma una valiosa fuerza en conjunto, apostando por los intereses de las personas en general, sin hacer entre ellas distinción alguna.
Me recordó un poco, a decir verdad, a cualquier juicio verbal de los que tan acostumbrada estoy a ver y estudiar. Perdonen si, por ser mi campo, me exceda en este tipo de comparaciones. Salvando las distancias, por supuesto, se apreciaba sin apenas esfuerzo cómo la defensa se enfrentaba a la acusación y viceversa. Eso sí, en el centro de la mesa, se encontraba el supuesto magistrado (nada más lejos de la realidad), que poco decía y parecía que algo escuchaba, pero que estaba, y nunca mejor dicho, ‘puesto por el Ayuntamiento’ bajo la rúbrica de Sr. Alcalde.
Pude ver todo tipo de actitudes, desde el pasotismo hasta la falta de respeto pasando por la indignación.
Y eso que no he mencionado las aptitudes.
La incoherencia que sacude al actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Astorga es abrumadora, siendo tan evidente que hasta un invidente lo vería. Es tan incongruente el apoyo incondicional (y hasta de fanatismo lo calificaría) del PAL-UL hacia el Partido Popular como ese “ahora no pacto pero luego no descarto pasar a formar parte del equipo de gobierno” que a muchos nos dejó perplejos. Se puede estar a favor o en contra de cualquier propuesta del gobierno municipal, no digo que no. Cada grupo político libremente puede elegir su posición y ninguno de ellos ha de ser coaccionado ni obligado a tomar una determinada decisión. Pero de ahí a venderse de esta manera…
Me pregunto yo qué pensarán los ciudadanos a los que este partido represente. Eso sí, esta falta de coherencia y honestidad no viene solo y exclusivamente patrocinada por el PAL sino que es, como no podía ser de otra manera, apoyada por el PP, precio que me atrevo a decir que estos últimos tienen que pagar para contar con un miembro más que les de la llave para abrir la puerta de la mayoría absoluta que tanto anhelan, y conseguir así campar a sus anchas por el amplio campo de derechos, servicios y asistencias que habían estado teniendo hasta ahora los astorganos.
Que la nueva legislatura que comenzaba ya hace unos meses en el Ayuntamiento de Astorga iba a ser, cuanto menos, entretenida era de esperar. Pero la irracionalidad con la que se pueden palpar los hechos que en ella internamente concurren es algo notablemente asombroso.
Partiendo de la base de que el pleno en un Ayuntamiento, que celebra sus sesiones periódicamente y sirve para tratar asuntos generales y de régimen interno de la correspondiente corporación, es el máximo órgano de representación política de los ciudadanos y donde estos pueden acudir libremente y fundar su propia opinión al respecto; yo quiero compartir la mía, como asistente a la última sesión celebrada el jueves 24 de septiembre.
Prácticamente nada más llegar me encontré con una clara división, manifiesta tanto en el ambiente como en la respectiva colocación de los ediles que allí concurrían. El puesto que cada cual ocupaba era determinante para llegar incluso a conocer su postura. Por un lado se podía observar una poderosa (ya que así lo han querido los electores) derecha, hambrienta de conseguir todo aquello que desea a cualquier precio, junto a un títere Partido Autonomista Leonés – Unidad Leonesista (el PAL-UL) que poco deja ver más allá de su propio beneficio, sin que caer bajo los mandados de la contradicción o el interés le suponga apuro alguno. Ambos, frente a una izquierda débil por separado, pero que suma una valiosa fuerza en conjunto, apostando por los intereses de las personas en general, sin hacer entre ellas distinción alguna.
Me recordó un poco, a decir verdad, a cualquier juicio verbal de los que tan acostumbrada estoy a ver y estudiar. Perdonen si, por ser mi campo, me exceda en este tipo de comparaciones. Salvando las distancias, por supuesto, se apreciaba sin apenas esfuerzo cómo la defensa se enfrentaba a la acusación y viceversa. Eso sí, en el centro de la mesa, se encontraba el supuesto magistrado (nada más lejos de la realidad), que poco decía y parecía que algo escuchaba, pero que estaba, y nunca mejor dicho, ‘puesto por el Ayuntamiento’ bajo la rúbrica de Sr. Alcalde.
Pude ver todo tipo de actitudes, desde el pasotismo hasta la falta de respeto pasando por la indignación.
Y eso que no he mencionado las aptitudes.
La incoherencia que sacude al actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Astorga es abrumadora, siendo tan evidente que hasta un invidente lo vería. Es tan incongruente el apoyo incondicional (y hasta de fanatismo lo calificaría) del PAL-UL hacia el Partido Popular como ese “ahora no pacto pero luego no descarto pasar a formar parte del equipo de gobierno” que a muchos nos dejó perplejos. Se puede estar a favor o en contra de cualquier propuesta del gobierno municipal, no digo que no. Cada grupo político libremente puede elegir su posición y ninguno de ellos ha de ser coaccionado ni obligado a tomar una determinada decisión. Pero de ahí a venderse de esta manera…
Me pregunto yo qué pensarán los ciudadanos a los que este partido represente. Eso sí, esta falta de coherencia y honestidad no viene solo y exclusivamente patrocinada por el PAL sino que es, como no podía ser de otra manera, apoyada por el PP, precio que me atrevo a decir que estos últimos tienen que pagar para contar con un miembro más que les de la llave para abrir la puerta de la mayoría absoluta que tanto anhelan, y conseguir así campar a sus anchas por el amplio campo de derechos, servicios y asistencias que habían estado teniendo hasta ahora los astorganos.