El entorno familiar del Maragato Cordero (XV)
Se ha dicho de los maragatos que lo primero era la familia y luego el peculio, pero no necesariamente en este orden como descubrimos por una carta de Cordero a su yerno Luis Franco.
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El 29 de julio Victoria, la hija segunda de Cordero escribe una carta a su hermana mayor María Antonia. Está en Boisán, pero se ha dado un garbeo por Santiago de Millas. Es interesante que nos hable del propósito de prospección de minerales que realiza Andrés, su marido, que quiere fundar otra ferrería y por otra parte lleva lo de las minas de Sabero. Todo ello sale a lo largo de la tarde, lo mismo que la muerte del tío Antonio Cordero, cura. La vuelta de Francia de Luisito y de Clotilde es otro de los temas. Resumimos la carta escrita desde Boisán donde está toda la familia: “Al día siguiente de nuestra llegada, se le presentó a la niña Adela en la cara y parte de la cabeza una erisipela inflamatoria que la ha tenido muy malita, pero gracias a Dios ya la tengo enteramente buena”. Se ha disgustado más porque los niños no han estado nunca enfermos. “Hace dos días que Andrés salió con Motilio a ver minerales; los que han visto hasta ahora no les salen abundantes, por lo que tendrá que desistir de hacer la herrería que pensaba, y hasta dentro de unos días no vendrá, y enseguida que llegue marchará a Sabero a dar una vuelta, pues ya no lo hará tan pronto porque siempre pasará aquí todo el mes que viene. En Santiago de Millas supe de ti por el primo Santiago, y lo mismo por tía, que tú continuabas cada vez mejor y que Luis había ido a buscar a Francia a Clotilde y Luisito” Y firma a continuación Victoria, “tú hermana”. La carta resellada en correos el mismo día 29, en Astorga llega a Madrid el uno de agosto. Ahora María vive en la prolongación de la calle de la Greda, 32, 4º.
En el mes de diciembre Luisíto va a ser examinado por el Señor Bellón, quien será el que extienda el certificado de validez española de sus estudios en Francia. Bellón es francés y no volverá hasta octubre.
Junto con Luisito escribe el padre a Clotilde. Pasa el verano en Santiago de Millas. Ya ha comenzado el otoño y parece que no espabila mucho a escribirle una carta, cosa que es considerada síntoma de desconsideración por parte de esta familia. Luis Franco le hace por ello unos paréntesis irónicos: “Te has olvidado, así lo creo (…) Tú papa que te quiere (y no perezosa) (…) Nada me dices respecto del empleo del día, pues supongo que en Santiago de Millas no te estarás mano sobre mano, que lo emplearás en leer, copiar algo del francés, coser etc. etc”. “A Bernardino dile que son las ferias y que hay muchos juguetes y que estando en esa no los verá, que Luisito a pesar de que se aplica poco, anda conmigo un día lo mismo a las ferias que a ver entrar la Reina, que ya vos dije que había venido, y tu abuelito Santiago también”. Le da expresiones de la abuela Mariquita y de los de la Casa del Ángel.
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Por el mes de enero de 1859 recibe Clotilde carta de la superiora de Marsella, Lazare. Aprovecha las circunstancias de la muerte de la hermana Teresa, una de las profesoras de Clotilde para saber cosa de la madrileña. Algún tiempo antes, en papel muy de señorita de colegio romántica, también en francés, le felicita los días una amiga suya de Lyón, Marie Gonzague. Las amistades de María Antonia eran extensas y exquisitas. Tenemos el ejemplo de una amiga que un día de pronto se hizo monja. Parece que el novio continuaba circundándola y le hacía algunas visistas a través de personas. Ella se lo sacude por medio de una carta que le escribe a María Antonia, por septiembre de 1859: “Mi amadísima amiga Doña María Antonia, por su muy apreciable del 12 veo con el mayor gusto que le han probado bien los Baños, como así lo mismo la misma agua mineral y por lo tanto debe usted de permanecer en esa algún tiempo (se refiere a Santiago de Millas), para ver si conseguimos que venga curada radicalmente”.
“Nada me dice Usted de su tío Don Clemente Alonso Cordero; deseo saber cómo le prueba su residencia en León; tendrá usted la bondad de hacerle presentes mis afectos y decirle que no se olvide de mí en sus oraciones y sacrificios. Eloísa sigue buena y aplicadita. Tendrá usted la bondad de decir a Jarrín que agradezco infinito la visita que me ha hecho mi hermana en su nombre y usted me hará el favor de pagársela haciéndole otra de mi parte. Dígale usted cómo ya he sabido que no ha perdido la afición a la lotería, que yo le aconsejo a la del cielo donde la ganancia es infalible, y sin poner dinero, sino un poquito de trabajo de nuestra parte:: y para esto no tiene más que ir por unos días a León y hacer unos 'ejercicios', pues habiéndole dado Dios tan poca inclinación a los negocios y a figurar en el mundo, que es lo que más domina en los hombres, me parece que le quiere para alguna cosa más que para estar en un rincón. Me dirá a esto como en otro tiempo me decía, sermonera ; dígale usted que ya ve lo que me aprovecharon los sermones, que tengo la dicha de ser Esposa de Jesucristo; que me dispense la confianza de darle consejos, pues recordando que mi madre le quería como hijo no puedo menos que hablarle como hermano. Dele usted mis más cariñosos afectos y las gracias por las mantecadas de Astorga que me manda todos los años; y dígale que esta larga relación vale por todas las cartas que le había de haber escrito desde que soy religiosa. Hará usted presentes mis afectos a don Luis y a mi querida Clotilde, sin olvidarme de los niños y a Usted sabe que la ama en la unión de los sagrados corazones de Jesús y de María, su más affma amiga, Sor María Victoria Llave, de la visitación de santa María”.
La monja es amiga de la casa y también en su convento está educándose Eloísa. Nada ha de extrañar la postdata subsiguiente: “Eloísa me encarga dé a usted sus más cariñosos afectos, como asimismo a su papá y hermanitos y a su amado abuelito y un abrazo a ambas abuelitas, que les diga usted que las tiene en su corazón y que se aplica por darles gusto”.
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Y ahora de pronto ya en la década del 60, es decir en los días finales de enero de 1860; una carta de negocios entre padre e hijo. Es decir un cobro que trata de hacer Santiago Alonso Cordero sobre su yerno Luis Franco Alonso, su consocio y marido de su hija mayor además de sobrino: “Tengo reclamado de tu hermano Santiago, el cumplimiento de la obligación que contigo firmó por la cual se comprometió a abonarme 340.000 reales de vellón, importe de los dos pagarés que con mi firma te descuentan el señor Canterre y el Banco de San Fernando pues ya sabes que los recogí y pagué, por ver que está mi firma, puesto que tú no lo hiciste y solo pagaste el del primero, dándote yo al efecto mil duros para recoger”.
“Dice tu hermano que tiene dado el poder para arreglar definitivamente con tu madre y contigo la testamentaría de tu difunto padre, y que por causa tuya está detenido este asunto; que hecha que sea esa operación, si tú no me concedes fincas de las que te corresponden hasta hacerme completo pago, según expresa la obligación referida, entonces él verá de hacerlo, pues que así lo expresa aquella respecto de él”.
“Hoy me dice que Don Manuel Vicente García, su apoderado, le pide copia de la obligación que los dos me firmasteis, para en su visita, proceder del modo más conveniente a la terminación de la testamentaría, pues ya es tiempo de que yo reciba en parte lo que tan generosamente he pagado por ti, ya sea en fincas, ya en otra cosa, a lo cual creo no deberías oponerte”.
“Hame dicho tu hermano que al hablarte de este asunto en el cual está muy interesado, como sabes, contestaste muy formal que el pagaré del banco lo tenía presentado en el juzgado con otros y por lo tanto que no podía yo reclamar el importe de él por dos medios o por dos vías.”
“Si esto has dicho de buena fe, pase; pero si en otro sentido, desde luego te digo que no merezca semejante contestación porque yo puedo hacer la reclamación fuera de allí, en donde fuera conveniente, sin que por eso imagine siquiera recibir su importe dos veces o como tú dices por dos conceptos, pues el sacar los pagarés de la escribanía para presentarlos en otra parte para reclamar su importe es muy sencillo y no debe de ser protesta el que allí estén presentados como tú dices, para que yo te exija su pago ahora, según la obligación mencionada. Estaré pues en mi lugar si hago que se cumpla la obligación que tu hermano y tú me firmasteis, toda vez que recibes fincas de la testamentaría de tu difunto padre y él también”.
![[Img #18670]](upload/img/periodico/img_18670.jpg)
“Todo esto voy a decir hoy a Don Manuel Vicente García para que, aún cuando no le mando la copia que pides, por tenerla a recaudo y no a la mano, active sus trabajos y tenga presente la responsabilidad que Santiago Franco Alonso contrajo al firmar la obligación de 340.000 reales que obra en mi poder”. “De todos modos es preciso me digas cuál es tu intención sobre este asunto, del cual es preciso salir luego, porque no ha de durar siempre” Firma: Santiago Alonso Cordero.
Disponemos de la carta que manda Luis a su padre político Santiago, ocho días más tarde: “Mi querido padre…
El 29 de julio Victoria, la hija segunda de Cordero escribe una carta a su hermana mayor María Antonia. Está en Boisán, pero se ha dado un garbeo por Santiago de Millas. Es interesante que nos hable del propósito de prospección de minerales que realiza Andrés, su marido, que quiere fundar otra ferrería y por otra parte lleva lo de las minas de Sabero. Todo ello sale a lo largo de la tarde, lo mismo que la muerte del tío Antonio Cordero, cura. La vuelta de Francia de Luisito y de Clotilde es otro de los temas. Resumimos la carta escrita desde Boisán donde está toda la familia: “Al día siguiente de nuestra llegada, se le presentó a la niña Adela en la cara y parte de la cabeza una erisipela inflamatoria que la ha tenido muy malita, pero gracias a Dios ya la tengo enteramente buena”. Se ha disgustado más porque los niños no han estado nunca enfermos. “Hace dos días que Andrés salió con Motilio a ver minerales; los que han visto hasta ahora no les salen abundantes, por lo que tendrá que desistir de hacer la herrería que pensaba, y hasta dentro de unos días no vendrá, y enseguida que llegue marchará a Sabero a dar una vuelta, pues ya no lo hará tan pronto porque siempre pasará aquí todo el mes que viene. En Santiago de Millas supe de ti por el primo Santiago, y lo mismo por tía, que tú continuabas cada vez mejor y que Luis había ido a buscar a Francia a Clotilde y Luisito” Y firma a continuación Victoria, “tú hermana”. La carta resellada en correos el mismo día 29, en Astorga llega a Madrid el uno de agosto. Ahora María vive en la prolongación de la calle de la Greda, 32, 4º.
En el mes de diciembre Luisíto va a ser examinado por el Señor Bellón, quien será el que extienda el certificado de validez española de sus estudios en Francia. Bellón es francés y no volverá hasta octubre.
Junto con Luisito escribe el padre a Clotilde. Pasa el verano en Santiago de Millas. Ya ha comenzado el otoño y parece que no espabila mucho a escribirle una carta, cosa que es considerada síntoma de desconsideración por parte de esta familia. Luis Franco le hace por ello unos paréntesis irónicos: “Te has olvidado, así lo creo (…) Tú papa que te quiere (y no perezosa) (…) Nada me dices respecto del empleo del día, pues supongo que en Santiago de Millas no te estarás mano sobre mano, que lo emplearás en leer, copiar algo del francés, coser etc. etc”. “A Bernardino dile que son las ferias y que hay muchos juguetes y que estando en esa no los verá, que Luisito a pesar de que se aplica poco, anda conmigo un día lo mismo a las ferias que a ver entrar la Reina, que ya vos dije que había venido, y tu abuelito Santiago también”. Le da expresiones de la abuela Mariquita y de los de la Casa del Ángel.
Por el mes de enero de 1859 recibe Clotilde carta de la superiora de Marsella, Lazare. Aprovecha las circunstancias de la muerte de la hermana Teresa, una de las profesoras de Clotilde para saber cosa de la madrileña. Algún tiempo antes, en papel muy de señorita de colegio romántica, también en francés, le felicita los días una amiga suya de Lyón, Marie Gonzague. Las amistades de María Antonia eran extensas y exquisitas. Tenemos el ejemplo de una amiga que un día de pronto se hizo monja. Parece que el novio continuaba circundándola y le hacía algunas visistas a través de personas. Ella se lo sacude por medio de una carta que le escribe a María Antonia, por septiembre de 1859: “Mi amadísima amiga Doña María Antonia, por su muy apreciable del 12 veo con el mayor gusto que le han probado bien los Baños, como así lo mismo la misma agua mineral y por lo tanto debe usted de permanecer en esa algún tiempo (se refiere a Santiago de Millas), para ver si conseguimos que venga curada radicalmente”.
“Nada me dice Usted de su tío Don Clemente Alonso Cordero; deseo saber cómo le prueba su residencia en León; tendrá usted la bondad de hacerle presentes mis afectos y decirle que no se olvide de mí en sus oraciones y sacrificios. Eloísa sigue buena y aplicadita. Tendrá usted la bondad de decir a Jarrín que agradezco infinito la visita que me ha hecho mi hermana en su nombre y usted me hará el favor de pagársela haciéndole otra de mi parte. Dígale usted cómo ya he sabido que no ha perdido la afición a la lotería, que yo le aconsejo a la del cielo donde la ganancia es infalible, y sin poner dinero, sino un poquito de trabajo de nuestra parte:: y para esto no tiene más que ir por unos días a León y hacer unos 'ejercicios', pues habiéndole dado Dios tan poca inclinación a los negocios y a figurar en el mundo, que es lo que más domina en los hombres, me parece que le quiere para alguna cosa más que para estar en un rincón. Me dirá a esto como en otro tiempo me decía, sermonera ; dígale usted que ya ve lo que me aprovecharon los sermones, que tengo la dicha de ser Esposa de Jesucristo; que me dispense la confianza de darle consejos, pues recordando que mi madre le quería como hijo no puedo menos que hablarle como hermano. Dele usted mis más cariñosos afectos y las gracias por las mantecadas de Astorga que me manda todos los años; y dígale que esta larga relación vale por todas las cartas que le había de haber escrito desde que soy religiosa. Hará usted presentes mis afectos a don Luis y a mi querida Clotilde, sin olvidarme de los niños y a Usted sabe que la ama en la unión de los sagrados corazones de Jesús y de María, su más affma amiga, Sor María Victoria Llave, de la visitación de santa María”.
La monja es amiga de la casa y también en su convento está educándose Eloísa. Nada ha de extrañar la postdata subsiguiente: “Eloísa me encarga dé a usted sus más cariñosos afectos, como asimismo a su papá y hermanitos y a su amado abuelito y un abrazo a ambas abuelitas, que les diga usted que las tiene en su corazón y que se aplica por darles gusto”.
Y ahora de pronto ya en la década del 60, es decir en los días finales de enero de 1860; una carta de negocios entre padre e hijo. Es decir un cobro que trata de hacer Santiago Alonso Cordero sobre su yerno Luis Franco Alonso, su consocio y marido de su hija mayor además de sobrino: “Tengo reclamado de tu hermano Santiago, el cumplimiento de la obligación que contigo firmó por la cual se comprometió a abonarme 340.000 reales de vellón, importe de los dos pagarés que con mi firma te descuentan el señor Canterre y el Banco de San Fernando pues ya sabes que los recogí y pagué, por ver que está mi firma, puesto que tú no lo hiciste y solo pagaste el del primero, dándote yo al efecto mil duros para recoger”.
“Dice tu hermano que tiene dado el poder para arreglar definitivamente con tu madre y contigo la testamentaría de tu difunto padre, y que por causa tuya está detenido este asunto; que hecha que sea esa operación, si tú no me concedes fincas de las que te corresponden hasta hacerme completo pago, según expresa la obligación referida, entonces él verá de hacerlo, pues que así lo expresa aquella respecto de él”.
“Hoy me dice que Don Manuel Vicente García, su apoderado, le pide copia de la obligación que los dos me firmasteis, para en su visita, proceder del modo más conveniente a la terminación de la testamentaría, pues ya es tiempo de que yo reciba en parte lo que tan generosamente he pagado por ti, ya sea en fincas, ya en otra cosa, a lo cual creo no deberías oponerte”.
“Hame dicho tu hermano que al hablarte de este asunto en el cual está muy interesado, como sabes, contestaste muy formal que el pagaré del banco lo tenía presentado en el juzgado con otros y por lo tanto que no podía yo reclamar el importe de él por dos medios o por dos vías.”
“Si esto has dicho de buena fe, pase; pero si en otro sentido, desde luego te digo que no merezca semejante contestación porque yo puedo hacer la reclamación fuera de allí, en donde fuera conveniente, sin que por eso imagine siquiera recibir su importe dos veces o como tú dices por dos conceptos, pues el sacar los pagarés de la escribanía para presentarlos en otra parte para reclamar su importe es muy sencillo y no debe de ser protesta el que allí estén presentados como tú dices, para que yo te exija su pago ahora, según la obligación mencionada. Estaré pues en mi lugar si hago que se cumpla la obligación que tu hermano y tú me firmasteis, toda vez que recibes fincas de la testamentaría de tu difunto padre y él también”.
“Todo esto voy a decir hoy a Don Manuel Vicente García para que, aún cuando no le mando la copia que pides, por tenerla a recaudo y no a la mano, active sus trabajos y tenga presente la responsabilidad que Santiago Franco Alonso contrajo al firmar la obligación de 340.000 reales que obra en mi poder”. “De todos modos es preciso me digas cuál es tu intención sobre este asunto, del cual es preciso salir luego, porque no ha de durar siempre” Firma: Santiago Alonso Cordero.
Disponemos de la carta que manda Luis a su padre político Santiago, ocho días más tarde: “Mi querido padre…