Y en estas... el inspector Peyuca llegó a Astorga
Al estilo del Inspector Gadget, el detective torpe y despistado de Metroville, el concejal Pablo Peyuca quiere investigar cuentas…. de la anterior legislatura.
La ciudad y todos los habitantes del municipio pueden estar contentos: el nuevo Gadget se ha instalado aquí y ha comenzado su trabajo pidiendo información de las cuentas de la anterior alcaldesa en materia de representación; unas cuentas que han estado en exposición pública y han sido aprobadas por el Pleno (del que formaba parte este concejal), y por el Consejo de Cuentas y que el sr. Peyuca ha podido estudiar con detenimiento revisando todas y cada una de las facturas, pues las del año pasado, por ejemplo, estuvieron expuestas al público desde el 11 de octubre hasta el 8 de noviembre, ambos inclusive.
Atenazado por el pacto que le liga al grupo municipal de la derecha, el sr. Pablo Peyuca ya no denuncia problemas de baches ni baldosas, por eso ha cambiado su dedicación. No controla el gobierno municipal ni los salarios de la Ccorporación actual… sino, como investigador a sueldo, parodia al cómico inspector, buscando liebres en el Cantábrico o merluzas en el desierto.
Pero aquí no hay nada que descubrir sr. portavoz del Pal-ul. Todo está claro respecto a la anterior legislatura y a su alcaldesa y, además, estará a disposición de todos los que quieran revisarlas, pues esas cuentas se harán públicas.
Y no critique lo que cobraron los concejales socialistas en la anterior corporación -muchísimo menos que los nuevos salarios que se ha puesto el equipo de gobierno actual nada más llegar-. Su comentario no roza la indecencia. Es indecente.
Quién sí estuvo cobrando, siendo oposición y luchando contra Astorga, fue el sr. Pablo Peyuca que se embolsó la friolera de 41.664 euros de todos los astorganos y que ahora pretende cobrar aún más por no hacer nada. Bueno sí, difamar, malmeter, insinuar, sembrar sospechas. Porque “difamar”, sr. concejal, es “insultar a una persona de palabra, ofendiendo su fama y su honor, especialmente en público o en un medio público”, y también es desacreditar diciendo cosas contra su buena opinión y fama.
Astorga ha sido una de las ciudades de España con las cuentas más transparentes y saneadas, y eso parece molestar al sr. Peyuca que, en su propósito de querer dejar de ser oposición, está dispuesto a lo que sea, incluso a manchar la honorabilidad de los demás, sin escrúpulos, ni ética, ni conciencia. Y sin miedo a hacer el ridículo más espantoso.
El dinero asignado a la partida de representación, sr. Concejal, no era antes para la alcaldesa ni lo es ahora para el actual alcalde sr. García, sino para atender gastos de representación, en los que se han de incluir atenciones por eventos y otras actividades.
No debe sembrar la maledicencia cuando ni siquiera se ha molestado en mirar la documentación que ha tenido a su disposición, sr. concejal del PAL-ul. Se le dijo hace ya varios meses, cuando hizo una denuncia similar, que Astorga no se merece a quien la deshonra... y quien deshonre su nombre y su imagen no merece ser representante de los astorganos.
La ciudad y todos los habitantes del municipio pueden estar contentos: el nuevo Gadget se ha instalado aquí y ha comenzado su trabajo pidiendo información de las cuentas de la anterior alcaldesa en materia de representación; unas cuentas que han estado en exposición pública y han sido aprobadas por el Pleno (del que formaba parte este concejal), y por el Consejo de Cuentas y que el sr. Peyuca ha podido estudiar con detenimiento revisando todas y cada una de las facturas, pues las del año pasado, por ejemplo, estuvieron expuestas al público desde el 11 de octubre hasta el 8 de noviembre, ambos inclusive.
Atenazado por el pacto que le liga al grupo municipal de la derecha, el sr. Pablo Peyuca ya no denuncia problemas de baches ni baldosas, por eso ha cambiado su dedicación. No controla el gobierno municipal ni los salarios de la Ccorporación actual… sino, como investigador a sueldo, parodia al cómico inspector, buscando liebres en el Cantábrico o merluzas en el desierto.
Pero aquí no hay nada que descubrir sr. portavoz del Pal-ul. Todo está claro respecto a la anterior legislatura y a su alcaldesa y, además, estará a disposición de todos los que quieran revisarlas, pues esas cuentas se harán públicas.
Y no critique lo que cobraron los concejales socialistas en la anterior corporación -muchísimo menos que los nuevos salarios que se ha puesto el equipo de gobierno actual nada más llegar-. Su comentario no roza la indecencia. Es indecente.
Quién sí estuvo cobrando, siendo oposición y luchando contra Astorga, fue el sr. Pablo Peyuca que se embolsó la friolera de 41.664 euros de todos los astorganos y que ahora pretende cobrar aún más por no hacer nada. Bueno sí, difamar, malmeter, insinuar, sembrar sospechas. Porque “difamar”, sr. concejal, es “insultar a una persona de palabra, ofendiendo su fama y su honor, especialmente en público o en un medio público”, y también es desacreditar diciendo cosas contra su buena opinión y fama.
Astorga ha sido una de las ciudades de España con las cuentas más transparentes y saneadas, y eso parece molestar al sr. Peyuca que, en su propósito de querer dejar de ser oposición, está dispuesto a lo que sea, incluso a manchar la honorabilidad de los demás, sin escrúpulos, ni ética, ni conciencia. Y sin miedo a hacer el ridículo más espantoso.
El dinero asignado a la partida de representación, sr. Concejal, no era antes para la alcaldesa ni lo es ahora para el actual alcalde sr. García, sino para atender gastos de representación, en los que se han de incluir atenciones por eventos y otras actividades.
No debe sembrar la maledicencia cuando ni siquiera se ha molestado en mirar la documentación que ha tenido a su disposición, sr. concejal del PAL-ul. Se le dijo hace ya varios meses, cuando hizo una denuncia similar, que Astorga no se merece a quien la deshonra... y quien deshonre su nombre y su imagen no merece ser representante de los astorganos.




