Del artículo de costumbres como antecedente de la visión etnográfica
Con motivo de cumplirse el 2º centenario del nacimiento de Gil y Carrasco, la Asociación Cultural la Carballeda del Val de San Lorenzo invitó a José Luis Puerto para que mostrara su visión de Gil y Carrasco como pionero de los estudios de etnografía, que precisamente comenzarían con la publicación en el semanario pintoresco español de su artículo 'Los maragatos'.
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José Luis Puerto comenzó su conferencia detallando la peripecia vital y literaria de Gil y Carrasco, dividiéndola en seis etapas: la etapa berciana, la etapa astorgana, la vallisoletana donde realiza sus estudios de derecho, la etapa madrileña en la que cuenta con el padrinazgo de José de Espronceda, quien le facilita la publicación del poema ‘La gota de rocío’ que le abre las puertas del mundo literario madrileño, de ahí pasa al mundo político, donde conoce a González Bravo, que lo envía como diplomático a Berlín, a donde ya va enfermo de tuberculosis, enfermedad por aquel entonces incurable que lo llevaría a una muerte prematura en 1846.
Según Puerto, Gil y Carrasco ha sido un escritor que ha tenido la doble fortuna de que ser reivindicado por dos grandes literatos españoles contemporáneos, Azorín cuyo discurso de ingreso en la Real Academia Española de la Lengua ‘El paisaje de España visto por los españoles’ proporciona la visión del paisaje de El Bierzo a través de los ojos de Enrique Gil y Carrasco. “Le concede un elogio extraordinario, mentándolo como el primer escritor español que describe literariamente el paisaje”, señaló.
El otro escritor que hace un elogio de Gil y Carrasco es Luis Cernuda que “en el año 1959 escribió el ensayo ‘Gustavo Adolfo Becker y el poema en prosa en España’, en el que detecta que la poesía europea se ha ido "prosaizando al tiempo que la prosa se iba poetizando". El conferenciante detalló que Luis Cernuda dice en ese pequeño ensayo que la primera manifestación del poema en prosa en España se produce con las leyendas de Gustavo Adolfo Becker, pero Cernuda busca precedentes y los encuentra en el escritor heterodoxo abulense de Piedrahíta, José Somoza…y en Enrique Gil y Carrasco… "particularmente en las descripciones que hace del paisaje, esa suerte de ensoñaciones del paisaje berciano, todo ese tipo de interiorización de lo que es el paisaje, esa prosa vibrante que transforma el paisaje en una manifestación anímica, del estado de ánimo, del estado de alma del escritor".
![[Img #18895]](upload/img/periodico/img_18895.jpg)
Con respecto a la figura de Enrique Gil y Carrasco como folclorista dijo José Luis Puerto que junto con Mesonero Romanos, que editaba la revista ‘Semanario pintoresco español’ en la cual se publicaban artículos de costumbres, son los antecedentes españoles de los estudios de folclore. Detalló entonces el primer trabajo de tipo folclórico que publicó Enrique Gil y Carrasco en ‘El semanario pintoresco español’ con el título de ‘Los maragatos’.
En el 'Semanario' se ocupa de aspectos variados que José Luis Puerto analizó con detenimiento. Allí se alude a una obra perdida del Padre Martín Sarmiento, ‘Orígenes de la Maragatería’ (recientemente se ha descubierto parte de este manuscrito del padre Sarmiento y ya se ha ido desgranando en revistas), se proporcionan unas pinceladas geográficas de la localización de la Maragatería al tiempo que se añade una visión anímica del país de los maragatos: “El país es árido y triste en general”, habla también de sus cosechas reducidas, de las ocupaciones de hombres y de mujeres: “Los hombres buscan en la arriería lo que su ingrato suelo les rehúsa y durante su ausencia las mujeres corren con las faenas de la labranza”; también Enrique Gil divaga un poco en torno al nombre de Maragatería, pero a lo que dedicará mayor atención en su artículo es a la descripción de las bodas, se ocupará como no de la indumentaria, de la danza, del habitáculo con una visión poco amable; y ya por último proporciona una visión general de los maragatos: “Fisonomía áspera y desabrida, las comodidades de la vida son escasísimas y están en considerable desproporción con los capitales que los hijos han logrado adquirir a fuerza de laboriosidad”.
De todo ello leyó José Luis puerto los fragmentos pertinentes del escrito de Enrique Gil y Carrasco sobre los maragatos
José Luis Puerto comenzó su conferencia detallando la peripecia vital y literaria de Gil y Carrasco, dividiéndola en seis etapas: la etapa berciana, la etapa astorgana, la vallisoletana donde realiza sus estudios de derecho, la etapa madrileña en la que cuenta con el padrinazgo de José de Espronceda, quien le facilita la publicación del poema ‘La gota de rocío’ que le abre las puertas del mundo literario madrileño, de ahí pasa al mundo político, donde conoce a González Bravo, que lo envía como diplomático a Berlín, a donde ya va enfermo de tuberculosis, enfermedad por aquel entonces incurable que lo llevaría a una muerte prematura en 1846.
Según Puerto, Gil y Carrasco ha sido un escritor que ha tenido la doble fortuna de que ser reivindicado por dos grandes literatos españoles contemporáneos, Azorín cuyo discurso de ingreso en la Real Academia Española de la Lengua ‘El paisaje de España visto por los españoles’ proporciona la visión del paisaje de El Bierzo a través de los ojos de Enrique Gil y Carrasco. “Le concede un elogio extraordinario, mentándolo como el primer escritor español que describe literariamente el paisaje”, señaló.
El otro escritor que hace un elogio de Gil y Carrasco es Luis Cernuda que “en el año 1959 escribió el ensayo ‘Gustavo Adolfo Becker y el poema en prosa en España’, en el que detecta que la poesía europea se ha ido "prosaizando al tiempo que la prosa se iba poetizando". El conferenciante detalló que Luis Cernuda dice en ese pequeño ensayo que la primera manifestación del poema en prosa en España se produce con las leyendas de Gustavo Adolfo Becker, pero Cernuda busca precedentes y los encuentra en el escritor heterodoxo abulense de Piedrahíta, José Somoza…y en Enrique Gil y Carrasco… "particularmente en las descripciones que hace del paisaje, esa suerte de ensoñaciones del paisaje berciano, todo ese tipo de interiorización de lo que es el paisaje, esa prosa vibrante que transforma el paisaje en una manifestación anímica, del estado de ánimo, del estado de alma del escritor".
Con respecto a la figura de Enrique Gil y Carrasco como folclorista dijo José Luis Puerto que junto con Mesonero Romanos, que editaba la revista ‘Semanario pintoresco español’ en la cual se publicaban artículos de costumbres, son los antecedentes españoles de los estudios de folclore. Detalló entonces el primer trabajo de tipo folclórico que publicó Enrique Gil y Carrasco en ‘El semanario pintoresco español’ con el título de ‘Los maragatos’.
En el 'Semanario' se ocupa de aspectos variados que José Luis Puerto analizó con detenimiento. Allí se alude a una obra perdida del Padre Martín Sarmiento, ‘Orígenes de la Maragatería’ (recientemente se ha descubierto parte de este manuscrito del padre Sarmiento y ya se ha ido desgranando en revistas), se proporcionan unas pinceladas geográficas de la localización de la Maragatería al tiempo que se añade una visión anímica del país de los maragatos: “El país es árido y triste en general”, habla también de sus cosechas reducidas, de las ocupaciones de hombres y de mujeres: “Los hombres buscan en la arriería lo que su ingrato suelo les rehúsa y durante su ausencia las mujeres corren con las faenas de la labranza”; también Enrique Gil divaga un poco en torno al nombre de Maragatería, pero a lo que dedicará mayor atención en su artículo es a la descripción de las bodas, se ocupará como no de la indumentaria, de la danza, del habitáculo con una visión poco amable; y ya por último proporciona una visión general de los maragatos: “Fisonomía áspera y desabrida, las comodidades de la vida son escasísimas y están en considerable desproporción con los capitales que los hijos han logrado adquirir a fuerza de laboriosidad”.
De todo ello leyó José Luis puerto los fragmentos pertinentes del escrito de Enrique Gil y Carrasco sobre los maragatos