Roban por cuarta vez el cable de telefonía en Turienzo de los Caballeros
Con la puntualidad de un reloj, los ladrones han vuelto a robar el cable de telefonía en Turienzo de los Caballeros. Es la cuarta vez desde el mes de septiembre que lo sustraen. Esta vez los cacos se apoderaban del cableado mientras en España celebrábamos la llegada del año 2017.
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Los ladrones se han aficionado a robar alrededor de 1.000 metros de cable entre Santa Colomba de Somoza y Turienzo de los Caballeros, ocasionando problemas, entre otros servicios, a los usuarios de teleasistencia. Se trata del mismo punto donde actuaron a mediados de septiembre, también a mediados de octubre, a finales de noviembre y en el último día de diciembre.
Después del tercer robo, las fuentes consultadas por este periódico señalaban que la Guardia Civil seguía la pista de los posibles autores de estas sustracciones, pero a la vista de lo ocurrido esta Noche Vieja, los ladrones se les resisten a las fuerzas de seguridad.
Los ladrones aprovecharon la noche para actuar en esta zona rural aislada. El modus operandi de este tipo de delito consiste en trepar por los postes, cortar los cables con herramientas especiales y trocearlos en piezas pequeñas para que se puedan transportar en furgonetas. Una vez deshilados los cables, venden el cobre en chatarrerías, donde nadie pregunta la procedencia del material.
El tipo de cable robado es de cobre grueso que se vende al peso en las chatarrerías. Los ladrones saben que si lo entregan pelado, es decir, sin la envoltura de plástico, se los pagan al doble. El cable de telefonía tiene un importante valor en el mercado negro, porque el cobre es un metal estratégico que se paga a buen precio y cuya demanda ha vuelto a aumentar con el repunte de la economía.
Los ladrones se han aficionado a robar alrededor de 1.000 metros de cable entre Santa Colomba de Somoza y Turienzo de los Caballeros, ocasionando problemas, entre otros servicios, a los usuarios de teleasistencia. Se trata del mismo punto donde actuaron a mediados de septiembre, también a mediados de octubre, a finales de noviembre y en el último día de diciembre.
Después del tercer robo, las fuentes consultadas por este periódico señalaban que la Guardia Civil seguía la pista de los posibles autores de estas sustracciones, pero a la vista de lo ocurrido esta Noche Vieja, los ladrones se les resisten a las fuerzas de seguridad.
Los ladrones aprovecharon la noche para actuar en esta zona rural aislada. El modus operandi de este tipo de delito consiste en trepar por los postes, cortar los cables con herramientas especiales y trocearlos en piezas pequeñas para que se puedan transportar en furgonetas. Una vez deshilados los cables, venden el cobre en chatarrerías, donde nadie pregunta la procedencia del material.
El tipo de cable robado es de cobre grueso que se vende al peso en las chatarrerías. Los ladrones saben que si lo entregan pelado, es decir, sin la envoltura de plástico, se los pagan al doble. El cable de telefonía tiene un importante valor en el mercado negro, porque el cobre es un metal estratégico que se paga a buen precio y cuya demanda ha vuelto a aumentar con el repunte de la economía.
