ENTREVISTA / CARMEN YÁÑEZ, poeta chilena
Carmen Yáñez: "Me gustaría ser esa voz que interprete el mundo de la mujer"
La poeta chilena Carmen Yáñez acudió este miércoles al IES Río Órbigo de Veguellina a contar y leer a los alumnos sus poemas. Recordó que el 8 de marzo es el Día de la Mujer Trabajadora y cual era el origen de esa efeméride del ocho de marzo. También les dijo que quedaba mucha labor por delante en pos de la igualdad y que no cejaran en ello.
A continuación leyó y comentó algunos de sus emocionados y emocionantes poemas
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Poeta chilena, exiliada en1981 en Suecia. Publica en Suecia ‘Cantos del camino’ (1982). Sus poemas han ido publicándose en diversas revistas suecas (Signos, Ada, Invandraden), alemanas (Viento sur). También ha publicado los trípticos ‘Al aire’ (1989) y ‘Remanso’ (1992)
En Italia ha editado más de seis libros de poesía, uno de los cuales es ‘Lentitud de los sueños’ también publicado en España es de 2009.
Su último libro publicado es ‘Migrazión’ (2016)
Eloy Rubio Carro: ¿Cómo se marca en su poesía el tránsito de su modo de vida en Chile a otro tan radicalmente diferente como el sueco?
Carmen Yáñez: Está muy marcado, todos los momentos de mi vida desde mi vida en mi Chile natal a mi exilio, en Argentina donde estuve seis meses, y más tarde a Suecia, donde pasé dieciséis años. Mi voz es ya en Suecia la de una emigrante, la de una exiliada.
Su poema ‘Mujer’ comienza: “Cuando diste, mujer: / siglos de luces / que no reflejaron las conciencias / tragadas por abismos de silencio. Reclama en él el reconocimiento del aporte de la mujer a la humanidad que, según su poema parece difícil de ser historiado si no es en la poesía, ya que se trataría de intangibles “Raíces para contener la tierra” (…) “Fértiles semillas de coraje / para un mundo habitado por la guerra. (...)
¿Cuentan sus poemas historias no registradas en los anales de la historia oficial?
No pretendo eso, pero de alguna manera siempre la poesía es la voz íntima del entorno, siempre estamos reflejando una parte de la historia. Y con respecto a la mujer sucede así, no se la ha reconocido, tenemos siempre que recordar que no se ha reconocido la labor de la mujer en muchos aspectos. Con respecto a la poesía, es eso de alguna manera lo que quiero hacer. Me gustaría ser esa voz que interprete el mundo de la mujer.
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Primo Levi integra como parte de su vida la experiencia de Auschwitz. No quiere el olvido. Incluso Imre Kertész recuerda momentos vividos en el campo de exterminio con añoranza ¿Le sucede algo parecido a usted con el dolor padecido en Villa Grimaldi?
Es extrañísima para mí la posición de Kertész, pues yo no añoro aquellos momentos. Son para mí momentos de terror, de mucho pánico, de temer también por mi vida, por la de mis compañeros… y del terror que estábamos viviendo en esa pesadilla que no terminaba nunca. Yo más bien añoro la situación por la cual yo fui secuestrada. Añoro aquellos momentos previos, porque son los mejores años de mi vida, años de lucha, de compromiso, de ilusión, de sueño. Entonces eso es lo que echo de menos, y después aquel Chile que dejé, que desapareció, que ya no está, que no existe.
Aquellos momentos tan duros no los añoro. No es que quiera olvidarlos, no los quiero olvidar porque ni olvido ni perdono, eso lo tengo muy claro.
Así como en el ser humano hay una presencia de lo ausente, cuanto menos en su memoria; parece que usted detecta una vía universal en la naturaleza, en el paisaje, que puede llevarle a revivir otro paisaje de otro momento de su vida, aunque sea por contraste. Un paisaje lleva a otro paisaje vivido. Pongo como ejemplo su poema ‘Migraciones’.
“La melancolía es el estado del alma del artista”, algo como esto dijo Lampedusa. Algo así sucede en el proceso de la nostalgia, que no es tristeza; es nostalgia. Un modo de ver la vida, un modo de rescatar la poesía, de sacarla de donde no existe, pero lo principal es que la poesía es mi modo de retratar el sentimiento.
La melancolía puede producir estados de satisfacción.
¿Porque no?, tanto la melancolía como la alegría, cómo lo lúdico...
Esa comunicación que permanece invisible parece accesible a una visión poética (Me refiero a su poema, “Leyendo a R. Richtar”) ¿Es el poema un modo especial de acceso a ciertas verdades incomunicables o inaccesibles de otra manera?
Sí, podemos ahondar en los sentimientos. Sí, se puede llegar a escudriñar en los sentimientos y buscar donde había sombra, encontrar la luz o en esa luz dar con la la sombra. Es el retrato del sentimiento del ser humano.
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Teniendo en cuenta su experiencia vital, que marca mucho, no sé si estará de acuerdo con aquella frase de Pessoa que dice que “el poeta es un fingidor”, es decir que habría poetas que cuando poetizan no muestran su yo real, sino que adoptan un yo fingido, un ‘yo poético’ que se le llama. ¿Hay diferencias entre usted como persona que expresa sentimientos y lo que muestran sus poemas? ¿Puede darse esa diferencia?
Yo entiendo que en algunos casos, en algunos poetas se puede dar ese papel de fingidor. Es el caso del poeta que ejerce su oficio, para cuyo desempeño necesita encontrar algún ‘leitmotiv’ con el que poder trabajar. No es este mi caso, pues yo trabajo solamente cuando lo siento, cuando siento la necesidad del poema y cuando hay un motivo. No me invento, toda mi poesía es subjetiva. No la encuentro fuera, está dentro de mí.
Usted aborda en numerosos poemas los sentimientos del regreso a los lugares de la memoria. Afloran la tristeza, el dolor, pero también la añoranza. No debe resultar fácil recordar un tiempo con sentimientos tan encontrados.
Agregar, pues ya hemos hablado de ello, que esos sentimientos que se contradicen uno con otro, es lo que existe en mí cuándo recuerdo mi vida pasada, la vida que perdí. Se trata de un sentimiento de amor/odio hacia mi país, hacia las cosas que cambiaron y que yo no quise que cambiaran, o que me arrebataron. Todo esto está reflejado en mis poemas, porque soy muy crítica con la sociedad; no la miro con benevolencia, sino que permanezco muy crítica vaya donde vaya.
![[Img #35321]](upload/img/periodico/img_35321.jpg)
¿Es el amor la salvación de la continua herida? ¿De qué amor habla como vía de perdón?
Hablo, en mi poema 'Génova', del amor entre los seres humanos, del amor fraternal. Tengo que buscar conciliaciones, ser capaz de conciliar, de ser tolerante. Esas son mis prioridades: la tolerancia, la sensatez en muchas cosas... ese es el amor que busco.
Pero no solo el pasado, sino también el futuro se impregna de este paseo por la patria de origen. Su país permanece en usted, pero en los últimos tiempos ha sufrido cambios ¿Cuál es su visión sobre la política y la sociedad actual de Chile?
Yo veo a Chile como un retroceso, es un país que no es ya el país de los chilenos, no porque haya cambiado debido a los nuevos tiempos... Lo veo en un tremendo retroceso hacia el pasado, cada vez más. Ha habido cambios tremendamente grandes y beneficiosas para Chile, pero en este momento empieza ya a retroceder, tragado por un mundo neoliberal. Lo veo casi como un punto en la bandera norteamericana, un punto más, solo un punto, porque se parece mucho.
¿ Y la sociedad, la gente?
La sociedad sin poder generalizar, permanece indolente. Las nuevas generaciones están como adormecidas. No debo generalizar, pues hay una parte de la sociedad que sí responde, que todavía se cuestiona y está haciendo cosas para mejorar la vida; pero hay una gran parte que vive como en un sueño. Tengo la sensación de que nos ganaron, una sensación negativa.
A continuación leyó y comentó algunos de sus emocionados y emocionantes poemas
Poeta chilena, exiliada en1981 en Suecia. Publica en Suecia ‘Cantos del camino’ (1982). Sus poemas han ido publicándose en diversas revistas suecas (Signos, Ada, Invandraden), alemanas (Viento sur). También ha publicado los trípticos ‘Al aire’ (1989) y ‘Remanso’ (1992)
En Italia ha editado más de seis libros de poesía, uno de los cuales es ‘Lentitud de los sueños’ también publicado en España es de 2009.
Su último libro publicado es ‘Migrazión’ (2016)
Eloy Rubio Carro: ¿Cómo se marca en su poesía el tránsito de su modo de vida en Chile a otro tan radicalmente diferente como el sueco?
Carmen Yáñez: Está muy marcado, todos los momentos de mi vida desde mi vida en mi Chile natal a mi exilio, en Argentina donde estuve seis meses, y más tarde a Suecia, donde pasé dieciséis años. Mi voz es ya en Suecia la de una emigrante, la de una exiliada.
Su poema ‘Mujer’ comienza: “Cuando diste, mujer: / siglos de luces / que no reflejaron las conciencias / tragadas por abismos de silencio. Reclama en él el reconocimiento del aporte de la mujer a la humanidad que, según su poema parece difícil de ser historiado si no es en la poesía, ya que se trataría de intangibles “Raíces para contener la tierra” (…) “Fértiles semillas de coraje / para un mundo habitado por la guerra. (...)
¿Cuentan sus poemas historias no registradas en los anales de la historia oficial?
No pretendo eso, pero de alguna manera siempre la poesía es la voz íntima del entorno, siempre estamos reflejando una parte de la historia. Y con respecto a la mujer sucede así, no se la ha reconocido, tenemos siempre que recordar que no se ha reconocido la labor de la mujer en muchos aspectos. Con respecto a la poesía, es eso de alguna manera lo que quiero hacer. Me gustaría ser esa voz que interprete el mundo de la mujer.
Primo Levi integra como parte de su vida la experiencia de Auschwitz. No quiere el olvido. Incluso Imre Kertész recuerda momentos vividos en el campo de exterminio con añoranza ¿Le sucede algo parecido a usted con el dolor padecido en Villa Grimaldi?
Es extrañísima para mí la posición de Kertész, pues yo no añoro aquellos momentos. Son para mí momentos de terror, de mucho pánico, de temer también por mi vida, por la de mis compañeros… y del terror que estábamos viviendo en esa pesadilla que no terminaba nunca. Yo más bien añoro la situación por la cual yo fui secuestrada. Añoro aquellos momentos previos, porque son los mejores años de mi vida, años de lucha, de compromiso, de ilusión, de sueño. Entonces eso es lo que echo de menos, y después aquel Chile que dejé, que desapareció, que ya no está, que no existe.
Aquellos momentos tan duros no los añoro. No es que quiera olvidarlos, no los quiero olvidar porque ni olvido ni perdono, eso lo tengo muy claro.
Así como en el ser humano hay una presencia de lo ausente, cuanto menos en su memoria; parece que usted detecta una vía universal en la naturaleza, en el paisaje, que puede llevarle a revivir otro paisaje de otro momento de su vida, aunque sea por contraste. Un paisaje lleva a otro paisaje vivido. Pongo como ejemplo su poema ‘Migraciones’.
“La melancolía es el estado del alma del artista”, algo como esto dijo Lampedusa. Algo así sucede en el proceso de la nostalgia, que no es tristeza; es nostalgia. Un modo de ver la vida, un modo de rescatar la poesía, de sacarla de donde no existe, pero lo principal es que la poesía es mi modo de retratar el sentimiento.
La melancolía puede producir estados de satisfacción.
¿Porque no?, tanto la melancolía como la alegría, cómo lo lúdico...
Esa comunicación que permanece invisible parece accesible a una visión poética (Me refiero a su poema, “Leyendo a R. Richtar”) ¿Es el poema un modo especial de acceso a ciertas verdades incomunicables o inaccesibles de otra manera?
Sí, podemos ahondar en los sentimientos. Sí, se puede llegar a escudriñar en los sentimientos y buscar donde había sombra, encontrar la luz o en esa luz dar con la la sombra. Es el retrato del sentimiento del ser humano.
Teniendo en cuenta su experiencia vital, que marca mucho, no sé si estará de acuerdo con aquella frase de Pessoa que dice que “el poeta es un fingidor”, es decir que habría poetas que cuando poetizan no muestran su yo real, sino que adoptan un yo fingido, un ‘yo poético’ que se le llama. ¿Hay diferencias entre usted como persona que expresa sentimientos y lo que muestran sus poemas? ¿Puede darse esa diferencia?
Yo entiendo que en algunos casos, en algunos poetas se puede dar ese papel de fingidor. Es el caso del poeta que ejerce su oficio, para cuyo desempeño necesita encontrar algún ‘leitmotiv’ con el que poder trabajar. No es este mi caso, pues yo trabajo solamente cuando lo siento, cuando siento la necesidad del poema y cuando hay un motivo. No me invento, toda mi poesía es subjetiva. No la encuentro fuera, está dentro de mí.
Usted aborda en numerosos poemas los sentimientos del regreso a los lugares de la memoria. Afloran la tristeza, el dolor, pero también la añoranza. No debe resultar fácil recordar un tiempo con sentimientos tan encontrados.
Agregar, pues ya hemos hablado de ello, que esos sentimientos que se contradicen uno con otro, es lo que existe en mí cuándo recuerdo mi vida pasada, la vida que perdí. Se trata de un sentimiento de amor/odio hacia mi país, hacia las cosas que cambiaron y que yo no quise que cambiaran, o que me arrebataron. Todo esto está reflejado en mis poemas, porque soy muy crítica con la sociedad; no la miro con benevolencia, sino que permanezco muy crítica vaya donde vaya.
¿Es el amor la salvación de la continua herida? ¿De qué amor habla como vía de perdón?
Hablo, en mi poema 'Génova', del amor entre los seres humanos, del amor fraternal. Tengo que buscar conciliaciones, ser capaz de conciliar, de ser tolerante. Esas son mis prioridades: la tolerancia, la sensatez en muchas cosas... ese es el amor que busco.
Pero no solo el pasado, sino también el futuro se impregna de este paseo por la patria de origen. Su país permanece en usted, pero en los últimos tiempos ha sufrido cambios ¿Cuál es su visión sobre la política y la sociedad actual de Chile?
Yo veo a Chile como un retroceso, es un país que no es ya el país de los chilenos, no porque haya cambiado debido a los nuevos tiempos... Lo veo en un tremendo retroceso hacia el pasado, cada vez más. Ha habido cambios tremendamente grandes y beneficiosas para Chile, pero en este momento empieza ya a retroceder, tragado por un mundo neoliberal. Lo veo casi como un punto en la bandera norteamericana, un punto más, solo un punto, porque se parece mucho.
¿ Y la sociedad, la gente?
La sociedad sin poder generalizar, permanece indolente. Las nuevas generaciones están como adormecidas. No debo generalizar, pues hay una parte de la sociedad que sí responde, que todavía se cuestiona y está haciendo cosas para mejorar la vida; pero hay una gran parte que vive como en un sueño. Tengo la sensación de que nos ganaron, una sensación negativa.