Redacción
Lunes, 19 de Mayo de 2014
Flores cofrades a su majestad la Virgen
![[Img #9600]](upload/img/periodico/img_9600.jpg)
Las cofradías y las flores fueron las protagonistas de la ofrenda a la Virgen de la Majestad, una tradición mantenida por la Junta Profomento de la Semana Santa de Astorga. La procesión salía de la puerta del Ayuntamiento a las 11,30 horas acompañada por la Banda de Cornetas y Tambores del Bendito Cristo de los Afligidos. Después de recorrer el eje monumental de la ciudad, los cofrades con los estandartes y símbolos de sus hermandades llegaban al primer templo de la Diócesis para participar en la misa. El ofertorio fue el momento elegido para entregar los cestos florales que fueron colacados a los pies de la talla.
![[Img #9599]](upload/img/periodico/img_9599.jpg)
El vicario general de la Diócesis, Marcos Lobato, se encargó de oficiar la homilía. La Virgen de la Majestad es venerada por los astorganos desde el siglo XII. La imagen ya se encontraba en el ábside de la catedral anterior a la actual. Numerosos astorganos y cofrades participaron en la misa en la que dos niñas de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén leyeron un poema dedicado para la ocasión.
![[Img #9598]](upload/img/periodico/img_9598.jpg)
Las cofradías y las flores fueron las protagonistas de la ofrenda a la Virgen de la Majestad, una tradición mantenida por la Junta Profomento de la Semana Santa de Astorga. La procesión salía de la puerta del Ayuntamiento a las 11,30 horas acompañada por la Banda de Cornetas y Tambores del Bendito Cristo de los Afligidos. Después de recorrer el eje monumental de la ciudad, los cofrades con los estandartes y símbolos de sus hermandades llegaban al primer templo de la Diócesis para participar en la misa. El ofertorio fue el momento elegido para entregar los cestos florales que fueron colacados a los pies de la talla.
El vicario general de la Diócesis, Marcos Lobato, se encargó de oficiar la homilía. La Virgen de la Majestad es venerada por los astorganos desde el siglo XII. La imagen ya se encontraba en el ábside de la catedral anterior a la actual. Numerosos astorganos y cofrades participaron en la misa en la que dos niñas de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén leyeron un poema dedicado para la ocasión.
