Redacción
Sábado, 23 de Agosto de 2014

Un recorrido epistolar por la amistad entre Gullón y Panero

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Ricardo Gullón y Leopoldo Panero mantuvieron una relación epistolar con cierta intensidad entre 1946 y 1960. Los detalles de esas conversaciones fueron desvelados por Juan José Alonso Perandones en la conferencia de la Cátedra Leopoldo Panero, con asistencia de público hasta la bandera, unas 100 personas.

 

Se conocen 12 cartas enviadas por esos años. Diez fueron escritas por Ricardo Gullón y dos por Leopoldo Panero. Las misivas de Gullón son agrupadas por Perandones en tres períodos, las enviadas desde Santander, en total cinco escritas entre 1946 y 1953, un segundo período con dos cartas de 1957 y 1958, y el tercer período con tres remitidas desde Puerto Rico en el año 1959. De Leopoldo Panero tan solo se conservan dos cartas mecanografiadas enviadas al crítico astorgano, una de 1958 y otra no fechada, pero datable en los primeros años de la década de los 60, y enviadas ambas desde Madrid.

 

El profesor de Literatura considera que estos manuscritos son una continuidad del relato de Gullón, ‘La juventud de Leopoldo Panero’, pues la amistad, cuestiones de parentesco y esencialmente creatividad y afición literaria se manifiestan en ambas escrituras, la epistolar y la memorística.

 

Las primeras cartas de 1946 a 1953 corresponden a la estancia de Gullón en Santander, los dos cursos siguientes los pasó en Puerto Rico, luego en el 57 y 58 regresó a Santander donde ejercía de teniente fiscal desde 1941, además de ser animador y partícipe de la vida cultural de esa ciudad.

 

En las tres cartas que se conservan de 1946 abunda la familiaridad y la literatura. Leopoldo es nombrado ‘Lector Bibliotecario del Instituto de España’, dependiente de la embajada en Londres. Ricardo Gullón confía que en la capital británica Leopoldo consiga divulgar su último libro: ‘Novelistas ingleses contemporáneos’. Llega a solicitarle que le acerque el libro a alguno de los autores ingleses que aún continuaban vivos en Londres, en especial a Charles Morgan y Rosamond Lehmann, así como a la viuda de Lawrence. También menciona los problemas con que se encuentra en su elaboración de la biografía de Enrique Gil y Carrasco, ‘Cisne sin lago’, y de la inclusión de alguno de los poemas de Leopoldo en la revista santanderina ´Proel’.

 

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La penúltima carta de Gullón de la época santanderina, la cuarta que conservamos, del 19 de marzo de 1947, versa sobre la intención del crítico literario de pasar tres meses en la capital británica con el fin de mejorar su inglés.

 

La quinta y última carta de esta primera etapa está fechada el 27 de junio de 1953: la dificultad de conseguir el pasaporte, lo ajustado del tiempo para poder acudir al congreso de poesía de Salamanca, la mención del ‘Canto personal’ y la visita al Caribe de la ‘Bienal Hispanoamericana de arte’, son los asuntos que trata. En cuanto al ‘Canto personal’, Ricardo Gullón responde tímidamente a las peticiones críticas de Panero sobre ese libro.

 

Ricardo Gullón residirá de nuevo en Santander por los años 1957 y 58, poseemos dos cartas de esta segunda etapa, la del 30 de septiembre de 1957 y la del 20 de febrero de 1958. La relación literaria sigue viva pero ahora centrada en Galdós y en Juan Ramón Jiménez. Agradecimiento a la crítica de Leopoldo al estudio sobre Galdós realizado por Ricardo Gullón. En la carta del 58, elogia el comentario de Leopoldo que lleva por título ‘El soneto como libertad’, a propósito de la edición realizada por Gullón de los sonetos espirituales de Juan Ramón.

 

Las tres últimas cartas de Ricardo Gullón a Panero son de 1959 y fueron enviadas desde Puerto Rico a Madrid. El tema esencial de estas cartas será el de Juan Ramón Jiménez, que antes de morir había expresado el deseo de que fuera Gullón quien ordenara sus papeles. Agradece a Leopoldo su crítica del libro ‘Conversaciones con Juan Ramón Jiménez’. Le manifiesta el hallazgo de unos papeles donde Juan Ramón expresa su voluntad terminante de ser enterrado en Puerto Rico.

 

En cuanto a las dos cartas de Panero a Gullón, una de ellas fechada en el verano de 1962, cuando fallece Leopoldo y enviada a la universidad de Texas en Austín, residencia de Gullón. Panero concede autorización para que se incluyan sus poemas de tema astorgano ‘Epitafio a Dolores’, ‘Adolescente en sombra’ y el poema ‘Escrito a cada instante’, en la ‘Antología de la poesía española contemporánea’ que Gullón preparaba para la Universidad de Texas. La otra carta se refiere a las gestiones que a través de amigos Leopoldo realiza en favor de Gullón en el Ministerio de Justicia, probablemente para la obtención de un nuevo permiso personal para su actividad literaria etc.

 

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