M.A. Reinares
Sábado, 11 de Julio de 2015

En la izquierda, "después de noviembre, todo cambiará para bien o para mal"

Manuel Monereo ha estado este viernes en Astorga para explicar qué está ocurriendo en la izquierda española desde que en 2011 el Movimiento de los Indignados (15M) evidenció que una parte de la sociedad está harta del sistema tradicional de partidos. Muy cercano a Julio Anguita, Monereo es un histórico del PCE y de la coalición de IU que en la actualidad trabaja para algutinar a la izquierda. Es una especie de eslabón entre Izquierda Unida y Podemos. Con conexión directa con Pablo Iglesias, Manuel Monereo es de los políticos que entendió que para seguir avanzando había que pasar del "no nos representan" del 15M al "nos representamos" del 24M visualizado en las candidaturas de los proyectos 'Barcelona en comú', liderado por Ada Colau, y 'Ahora Madrid' de Manuela Carmena.

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Desde su atalaya como observador atento de lo que está ocurriendo en la izquierda en España, ¿cree usted que el momento es apasionante?

 

Absolutamente. Nunca antes habíamos sido tan fuertes como ahora. Yo estoy alegrándome cada día que me levanto y me siento orgulloso de mi pueblo, eso lo puedo decir sin ningún problema. Me siento orgulloso de un pueblo que ha sido tantas veces derrotado, que ha tenido que sufrir políticos de toda especie, y que tenga la ilusión de cambiar el país en condiciones muy difíciles. Me siento orgulloso de vivir esta etapa histórica y por eso lucho y seguiré luchando por la unidad de las fuerzas democráticas y populares.

 

 

Ahí están todos los movimientos y los logros conseguidos por las 'mareas', ¿qué papel están jugando en este momento?

 

Hay mareas y mareas. Va a haber mareas que se van a convertir en fuerzas políticas, por ejemplo las gallegas, y hay otras que van a seguir siendo movimientos sociales de educación, de salud pública, de servicios públicos... Nosotros lo que vamos a tener que combinar es la lucha social con la capacidad de traducir esa lucha social y la alternativa política. La gente sabe perfectamente que en este momento de lo que se trata es construir una alternativa política al bipartidismo y sobre todo a la derecha económica que es la que aparece como la otra cara de la luna, es decir, en España sabemos mucho de corrupción pero nunca sabemos de corruptores y no habría corrupción si no hubiera corruptores, que son los poderes económicos porque son los que sacan beneficio económico de los políticos. ¿Cuántos corruptores tenemos en la cárcel? Ninguno. Los que financian ilegalmente al PP, los que iban a darle al señor Bárcenas ¿dónde están? ¿en la cárcel?

 

 

Usted ha venido a Astorga, una ciudad donde Izquierda Unida ha logrado representación municipal por primera vez desde la recuperación de la democracia. Sin embargo, es uno de los pocos municipios de España donde ha logrado entrar en los ayuntamientos. ¿Izquierda Unida está abocada a la disolución?

 

Yo creo que Izquierda Unida está abocada a la superación, no a la disolución, es a la construcción de una alternativa que vaya más allá de las fuerzas políticas existentes. Eso se puede hacer de muchas fórmulas: federación de organizaciones, proceso constituyente de una nueva formación política, etc., etc. Lo que todos sabemos hoy es que todos juntos son insuficientes, tienen que ser más.

 

 

Seguro que entre las últimas llamadas registradas en su teléfono se encuentra la de Pablo Iglesias porque usted no esconde su estrecha relación con Podemos.

 

Pues no. Se puede decir que llevo año y medio escuchando en mi organización que soy 'podemista', cuando no traidor. Eso pasa en las mejores familias y por tanto de lo que se trata ahora es de unir, de luchar por la unidad, de conseguir las más altas cotas de unidad y de convertir que esa unida no sea solo presentando juntos listas electorales, sino que sea un mensaje de cariño y afecto a las poblaciones y que la población sea capaz de autorganizarse y de trabajar. Hay un filósofo marxista que se llama Ernest Bloch, que era el teórico del pensamiento utópico, que decía: "lo todavía no cociente", lo todavía no existente. Los políticos grandes son aquellos que prevén el futuro sobre lo existente y yo quisiera ser ahora un hombre que sobre lo existente previera lo que va a suceder en unos meses. Después de noviembre todo cambiará para bien o para mal.

 

 

El motivo de su estancia en Astorga ha sido para hablar de la unidad de la izquierda, lo que usted denomina unidad popular, como desafío y como alternativa.

 

He venido a decir que nuestro país, nuestro Estado, vive en una situación de emergencia social, política y cultural, estamos en un proceso de involución social que incluye una desintegración política y cultural del país. El ejemplo de lo que está pasando en Grecia dice muy bien qué tipo de países somos los del sur, somos paísees endeudados, en manos de los acreedores que lo que desean es cobrar e imponer un modelo que signifique malestar social general, precarización de las relaciones laborales y bajos salarios, en un modelo productivo que vuelve al turismo y al ladrillo como única posiblidad de crear empleo. Ante eso, ¿qué se puede hacer? Lo que estamos proponiendo desde hace tiempo algunos de nosotros, con mayor o menor éxito, es lo que llamamos la estrategia de unidad popular, que no es principalmente una estrategia electoral, aunque sería bueno que fuese acompañada de la unidad electoral de las fuerzas que queremos cambio.

 

 

Una unidad que se está haciendo y que tendrá su próximo examen en las elecciones generales del otoño, después de ponerla en práctica en los pasados comicios municipales con proyectos como 'Ahora Madrid'.

 

Cuando antes los partidos llegaban al gobierno, éste tenía poder y lo usaba, ahora cuando los partidos llegan al gobierno se dan cuenta de que el poder que tiene el gobierno es muy poco. Si no tiene a la población y a la opinión pública movilizada y organizada, lo que puede hacer el gobierno no es demasiado porque está atado de pies y manos por los gobiernos anteriores y por las políticas de la Unión Europea. Esto que digo casi nadie lo dice, pero es la clave del futuro del país. Ahora estamos en campaña, el PP está haciendo su conferencia política y considera que el problema más grave de España es el populismo, es decir Podemos y la izquierda, y que de nuevo viene el discurso del miedo, de que hay salida a la crisis y que ellos son esa salida. Por decirlo en plata: el país no necesita cambiar, el cambio es el PP. Eso es lo que van a vender a partir de ahora, poniendo a trabajar a las cloacas del Estado, a los medios afines, irán apareciendo dossieres de todo, de los concejales de Madrid, de Barcelona... porque la derecha lo que no va a hacer es perder estas elecciones cueste lo que cueste. Y en esa estamos.

 

Mientras que antes se podía decir que las grandes organizaciones obreras, los partidos llegaban a un gobierno y podían hacer políticas de izquierda, como había políticas de derecha, había diferencias, se podían hacer cosas y la gente sabía que había dos modelos de sociedad, ahora lo único que vota la gente es el modelo que impone la Troika. Entonces, si queremos hacer una política contra la Troika tenemos que defender los intereses populares y solamente lo podemos hacer logrando que la gente se movilice, se organice.

 

 

En el proceso de unidad popular, ¿qué papel juega Izquierda Unida?

 

Izquierda Unida llega tarde, muy tarde a este proceso pero debe jugar un papel importante, ¿por qué?, no lo digo partidistamente, porque sin el potencial político de cuadros de organización que tiene IU difícilmente se puede construir una alternativa en el país. Lo diré con mucha humildad, Izquierda Unida es necesaria para este país. Ya he dicho que llegamos tarde, que deberíamos haber hecho hace ocho meses, mucho tiempo atrás, esta ofensiva que ahora Alberto Garzón está haciendo. Hemos llegado tarde pero más vale tarde que nunca.

 

 

Este es un momento histórico donde a las personas de izquierda les cuesta encontrar los referentes y las claves para entender lo que ocurre. ¿Dónde están?

 

Existen dos modelos posibles de país, uno es el que quiere la derecha, es un modelo de subalternidad política que nos conduce a un subdesarrollo económico y social y a una sociedad basada en la precariedad y la desigualdad, y hay otro modelo posible de hombres y mujeres libres e iguales, un país que le dé futuro a las nuevas generaciones y que garantice los derechos humanos. Ahí está la gran línea de bifurcación entre los dos modelos de sociedad, lo que deberíamos promover los hombres y mujeres de buena fe es que los que luchamos por modelo de sociedad alternativo que al final significará, no me cabe ninguna duda, abrir un proceso constituyente en el país, somos los que debemos exigir esfuerzos por la unidad, intentar conseguirla de aquí a noviembre y si no es posible, evitar que nuestras luchas cainitas acaben dándole la victoria a la derecha. Por tanto, tenemos que seguir avanzando porque la unidad popular es un proceso histórico, no es un proceso electoral que tardará años en hacerse, porque entre cosas no depende de las fuerzas políticas, depende de la sociedad, de que quiera ser protagonista del cambio. Ese es el problema de fondo.

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