Sergio Castrillo Franco
Miércoles, 22 de Julio de 2015

El entretenimiento audiovisual de las mascotas

Comenzamos con gran ilusión esta pequeña aventura literaria a bordo de Astorgaredaccion. La sugerente cabecera 'Más que Animales', que bautiza nuestra sección, promulga dos principios que serán nuestra guía.

El primero emocional, porque cualquiera que disfrute la compañía de un animal, tanto sea doméstico como un visitante silvestre, rápidamente entiende que la etiqueta de 'animal' es un pobre descriptivo desde el vulgar prisma humano. Pronto, tras el contacto habitual con ellos descubrimos a congéneres que sienten, padecen y entienden el mundo, de manera distinta a nosotros eso sí (aunque en algunos casos incluso más certera), y que en casi la mayoría de las ocasiones se convierten en un miembro más de nuestras familias dejando de ser solo 'animales'. A ellos dedicaremos todo tipo de consejos para mejorar su calidad de vida y su convivencia con nosotros.

El segundo principio es divulgativo, pues queremos acercar curiosidades y avances científicos en los campos de la medicina y las ciencias naturales traspasando conscientemente las fronteras del mundo animal. Intentaremos presentar de manera amena y sencilla el apasionante mundo de la ciencia librándolo de la tediosa parafernalia y el denso lastre de los datos y las citas del que pecamos los técnicos.

Dicho esto, y sin más preámbulo, esperamos haber trasmitido claramente el espíritu que nos lleva a escribir, que nos empuja a desterrar los miedos y lanzarnos a compartir con todos los lectores esas inquietudes que creemos dignas de alcanzar el máximo público posible.

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Arrancamos con una noticia que nos llega desde Estados Unidos, pues un equipo de investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad de Maryland ha descubierto como nuestros felinos domésticos reaccionan a ciertos estímulos sonoros. Para el estudio se compuso una música con base de ronroneo y otra con base de succión, y las melodías se desarrollaron una octava más alta que las voces humanas de manera semejante a las vocalizaciones naturales de los gatos.

 

Para el experimento se reprodujeron músicas humanas (como composiciones de Bach) sin observar ningún tipo de reacción por parte de los gatos. Pero cuando se reprodujeron las piezas especiales para gatos, ante la sorpresa de todos, los animales se acercaron a los altavoces efusivamente y comenzaron a rozar sus hocicos contra ellos. Los resultados indican que estas músicas podrían ser el comienzo de terapias auditivas para gatos, especialmente en colectividades para mitigar el estrés, como por ejemplo en centros de acogida o clínicas veterinarias.

 

No es el primer hito en el camino del entretenimiento audiovisual de las mascotas, pues en 2012 en California ya se había creado el canal DogTV, canal que ahora también se emite en Alemania. Según explica Nicholas Dodman (profesor de Veterinaria de la Universidad Tufts, Estados Unidos) no se trata de mantener a los perros durante horas atrapados frente al televisor sino de romper la monotonía de las mascotas durante la ausencia de los propietarios. La programación de este canal está especialmente diseñada para captar la atención de nuestros canes con imágenes de otros perros, naturaleza o pelotas en movimiento acompañadas de música relajante. Esta atención se logra gracias a las televisiones LCD, ya que en las televisiones clásicas los animales solo veían una secuencia de fotogramas y barras.

 

Los humanos en los albores de este siglo estamos comenzando a encontrar maneras más efectivas de comunicarnos con los animales domésticos, pero como siempre llegamos con retraso a la tarea del entendimiento. Los gatos silvestres adultos no maúllan, solamente las crías para reclamar la presencia de sus madres, la persistencia de esta comunicación en sus congéneres domésticos viene dada por el afán de reclamar la atención de los humanos, pues entre ellos no usan estos sonidos. Tampoco apenas ladran los lobos (ancestros directos de nuestros perros), únicamente como marcaje territorial ante manadas competidoras, esta vocalización fue desarrollada por los perros al ser de gran utilidad al hombre prehistórico como alerta en sus campamentos ante predadores o enemigos, y también para suplir la incapacidad humana de entender su lenguaje corporal. Ni que decir tiene, y menos aún para aquellos que disfruten de la compañía de un perro, que captan claramente los cambios en el tono de voz, los estados de ánimo, y los gestos como el señalar con un dedo.

 

Hoy por hoy se siguen descubriendo lenguajes con cierta complejidad dentro de algunas especies animales y sistemas de comunicación dignos de 'seres racionales', pero eso lo dejamos para siguientes publicaciones, hoy nos despedimos con una pregunta al aire a modo de reflexión. ¿Qué naturaleza intrínseca nos hará tan especiales que los animales hacen por comunicarse con nosotros y no somos capaces ni de entendernos con los de nuestra propia especie?

 

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