A uno se le queda cara de tonto cuando lee ciertas cosas, como la historia protagonizada por la Diputación de León y la Junta de Castilla y León con el tema de los bomberos.
Maragatería necesita un servicio contra incendios digno y profesional, llevamos más de una década sufriendo graves incendios y nadie ha movido ficha.... hasta ayer. ¿Qué nos proponen? bomberos voluntarios que en palabras del presidente de la Diputación hacen la misma función pero sin cobrar -o cobrando menos porque aunque son voluntarios se llevan su paga-.
Esto no es serio, ¿qué pasaría si decidieran formar a voluntarios para dar clases en colegios, poner vacunas, vigilar las calles o dirigir el tráfico? El señor Marcos Martínez debería pedir disculpas de inmediato, de un plumazo ha rebajado la profesión de bombero a la altura del betún, unos señores que pasan unas pruebas durísimas y que se forman durante años para ejercer una profesión dignísima, de riesgo y esencial para la ciudadanía.
La Mancomunidad de la Cepeda ha dejado muy claro que se opone al bochornoso plan de la Diputación, ¡bravo!, lo preocupante y lo triste es que los políticos astorganos no se unan a esa reivindicación. Astorga no merece un servicio contra incendios de tercera, debemos exigir profesionalidad y seriedad en todos los servicios públicos básicos porque nuestra seguridad va en ello. Y no, no me pongan de excusa a la crisis, ¿cuánto vale una vida? ¿y un negocio arruinado? ¿y una de tantas familias que lo han perdido todo? pregúntenselo a ellos. Por una vez, seamos serios.
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