"Hombres que se purificaban bajo las andas de la imagen de la Virgen Dolorosa"
En la tarde de este Domingo de Ramos, la Virgen de los Dolores ha salido en procesión desde la iglesia de San Bartolomé, como recordaba en su pregón del año 1992 el periodista Arturo Tejerina. La crónica de la procesión se complementa con un fragmento del libro 'Rey Jesús' de Robert Graves.
![[Img #42939]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/6253_199.jpg)
Fragmento del pregón de la Semana Santa 1992 de Arturo Tejerina
El mismo domingo por la tarde salía la Virgen de los Dolores de San Bartolomé, y esto quería decir que yo trabajaba. Empecé agarrando la capa de D. Ramón, aunque no crecí mucho, el siguiente paso fue un cirial, hasta que me dejaron llevar la Cruz en la procesión. La Virgen de los Dolores pesaba mucho, iba sobre los hombros de gente sencilla y humilde que eran braceros, hombres que se purificaban bajo las andas de la imagen de la Virgen Dolorosa que “terminada la Salve en la Plaza de San Bartolomé entrará en el templo, mirando al pueblo”, recordaba D. Marcelo en su Directorio para la Semana Santa en Astorga de 1965.
![[Img #42938]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/2439_202.jpg)
![[Img #42940]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/374_225.jpg)
Fragmento del libro 'Rey Jesús' de Robert Graves
Los hizo formar en columna fuera del cuartel, donde se había reunido una gran multitud silenciosa, formada sobre todo por mujeres; luego envió a algunos hombres al mando de un sargento a traer en un carro tres cruces del depósito. Mientras tanto, hizo sacar de sus celdas a Dysmas y Gestas que, con Jesús, debían encabezar la columna. Los dos fanáticos habían sido maltratados de modo repugnante: Dysmas había perdido varios dientes y Gestas la visión de un ojo.
El capitán colgó del cuello de los tres prisioneros las correspondientes declaraciones de crimen, y les hizo cargar al hombro los travesaños horizontales de sus cruces. El travesaño de una cruz es un madero de dos metros de largo que se ajusta a un rebajo hecho en la parte superior del pesado poste vertical; este último se lleva al lugar de la crucifixión en un carro, pero según una antigua costumbre el criminal debe transportar el madero horizontal. Jesús reconoció la madera: era terebinto, que ningún carpintero de Galilea usa jamás porque se considera de mal augurio, así como ocurre en Italia con la madera de álamo negro, por su conexión con la diosa de la muerte.
Se dio la orden de marcha. La procesión avanzó y llegó sin incidentes a la cercana puerta de Joppa. Jesús se apoyaba en un palo, pero como necesitaba ambas manos para mantener el travesaño en equilibrio sobre sus hombros, no podía seguir el paso. Cuando un sargento lo empujó para que se apresurara, perdió el equilibrio y cayó pesadamente; los soldados aullaron de risa. A causa de los latigazos estaba sin aliento y se incorporó con dificultad. Después de una segunda caída, el capitán intervino: detuvo a un vigoroso peregrino que estaba a punto de entrar en la ciudad y le ordenó que llevara el madero de Jesús.
![[Img #42937]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/4972_218.jpg)
![[Img #42941]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/1551_234.jpg)
Era un judío de Libia que había oído predicar a Jesús en Cafarnaum el año anterior y que hizo de necesidad virtud, diciendo al pueblo:
-Gentes de Jerusalén, me alegro de llevar la carga de este profeta verdadero. Que esto sirva para lavar el reproche que pronunció Nahum contra mi tierra nativa. Porque cuando llamó a Nínive ramera y reina de la brujería, dijo: «La tierra de Punt y los libios te han ayudado.» Aunque Punt sea mi madre y los libios mis hermanos, yo no soy un hombre indigno: no alabaré a una nueva Nínive que entrega a sus profetas para que sean crucificados por los inmundos infieles.
Como el capitán no entendía el arameo, nada dijo.
La procesión rodeó las murallas de la ciudad y giró hacia el noroeste, por el camino a nivel a la gruta de Jeremías, situada a unos tres cuartos de milla. Era un día caluroso y el camino estaba cubierto de polvo. Un grupo de peregrinos pascuales, conocidos como los Perezosos porque el cuerpo principal había llegado tres días antes, se acercaba desde el norte; cantaban de júbilo ante la vista de las torres y las murallas de Jerusalén, pero el salmo murió en sus labios cuando vieron la triste procesión. Todos guardaron silencio, volviendo el rostro mientras reos y soldados pasaban también silenciosamente a su lado.
Cuando aparecieron a la vista la gruta y la alta palmera de Jeremías, se oyó, atrás, un brusco llanto femenino. Las noticias del arresto de Jesús habían corrido velozmente por la ciudad; y aunque pocos de sus seguidores varones habían osado unirse a la procesión, allí estaban Juana y Susana, y María, la madre de Jesús, apoyada en el brazo de Shelom, la partera; y María, su reina, con su hermana Marta y su abuela María, la esposa de Cleofás, y María la Peluquera, con un grupo de mujeres rechabitas.
![[Img #42942]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/387_298.jpg)
![[Img #42944]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/3030_319.jpg)
Jesús se volvió y dijo, jadeante:
-Llorad por vosotras mismas, no por mí. El día de la ira se aproxima; y en él se considerará bendita aquella que no haya parido ni amamantado hijos que perezcan bajo la furia del cielo; y con una sola voz las hijas de Jerusalén clamarán porque las montañas caigan y las sepulten. Porque, si se despoja al árbol verde, ¿qué se le hará al seco?
Este proverbio evoca la veneración religiosa que se tiene en Palestina a ciertos árboles antiguos, por lo general las palmeras y los terebintos, a cuya sombra descansaban los patriarcas y los profetas. Aunque de todos los demás se cortan ramas para leña, a éstos la gente no los toca. Sus copas son altas y verdes, aun en el desierto, al lado de los caminos más transitados, en tanto que los demás árboles están secos y despojados de hojas y ramas. Jesús quería decir: "Si se crucifica incluso a los profetas, ¿qué destino puede guardar a la gente común?"
![[Img #42943]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/2011_327.jpg)
Más allá de la gruta se erguía la pequeña elevación en forma de cráneo llamada Gólgota, donde en los tiempos antiguos se cumplían las sentencias de lapidación y donde ahora los romanos crucificaban a los prisioneros políticos en una plataforma situada en la cumbre. Dominaba el camino principal del norte hacia Jerusalén, y no sólo debía su nombre de sierra de la Calavera a su configuración, sino a una leyenda: cuando el rey David trasladó su capital de Hebrón a Jerusalén, sacó la calavera de Adán de la caverna de Machpelah y la sepultó en el Gólgota como un talismán protector de la ciudad. Esta leyenda no debe tomarse a la ligera, porque la cabeza del rey Euristeo, brazo derecho de Hércules, estaba enterrada en un paso, cerca de Atenas, para proteger al Ática contra las invasiones; y se hallan muchos otros ejemplos de la misma costumbre en la historia de Grecia y Roma. Jesús había profetizado la verdad cuando dijo a Tomás que su viaje terminaría donde había terminado el de Adán.
![[Img #42939]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/6253_199.jpg)
Fragmento del pregón de la Semana Santa 1992 de Arturo Tejerina
El mismo domingo por la tarde salía la Virgen de los Dolores de San Bartolomé, y esto quería decir que yo trabajaba. Empecé agarrando la capa de D. Ramón, aunque no crecí mucho, el siguiente paso fue un cirial, hasta que me dejaron llevar la Cruz en la procesión. La Virgen de los Dolores pesaba mucho, iba sobre los hombros de gente sencilla y humilde que eran braceros, hombres que se purificaban bajo las andas de la imagen de la Virgen Dolorosa que “terminada la Salve en la Plaza de San Bartolomé entrará en el templo, mirando al pueblo”, recordaba D. Marcelo en su Directorio para la Semana Santa en Astorga de 1965.
![[Img #42938]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/2439_202.jpg)
![[Img #42940]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/374_225.jpg)
Fragmento del libro 'Rey Jesús' de Robert Graves
Los hizo formar en columna fuera del cuartel, donde se había reunido una gran multitud silenciosa, formada sobre todo por mujeres; luego envió a algunos hombres al mando de un sargento a traer en un carro tres cruces del depósito. Mientras tanto, hizo sacar de sus celdas a Dysmas y Gestas que, con Jesús, debían encabezar la columna. Los dos fanáticos habían sido maltratados de modo repugnante: Dysmas había perdido varios dientes y Gestas la visión de un ojo.
El capitán colgó del cuello de los tres prisioneros las correspondientes declaraciones de crimen, y les hizo cargar al hombro los travesaños horizontales de sus cruces. El travesaño de una cruz es un madero de dos metros de largo que se ajusta a un rebajo hecho en la parte superior del pesado poste vertical; este último se lleva al lugar de la crucifixión en un carro, pero según una antigua costumbre el criminal debe transportar el madero horizontal. Jesús reconoció la madera: era terebinto, que ningún carpintero de Galilea usa jamás porque se considera de mal augurio, así como ocurre en Italia con la madera de álamo negro, por su conexión con la diosa de la muerte.
Se dio la orden de marcha. La procesión avanzó y llegó sin incidentes a la cercana puerta de Joppa. Jesús se apoyaba en un palo, pero como necesitaba ambas manos para mantener el travesaño en equilibrio sobre sus hombros, no podía seguir el paso. Cuando un sargento lo empujó para que se apresurara, perdió el equilibrio y cayó pesadamente; los soldados aullaron de risa. A causa de los latigazos estaba sin aliento y se incorporó con dificultad. Después de una segunda caída, el capitán intervino: detuvo a un vigoroso peregrino que estaba a punto de entrar en la ciudad y le ordenó que llevara el madero de Jesús.
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![[Img #42941]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/1551_234.jpg)
Era un judío de Libia que había oído predicar a Jesús en Cafarnaum el año anterior y que hizo de necesidad virtud, diciendo al pueblo:
-Gentes de Jerusalén, me alegro de llevar la carga de este profeta verdadero. Que esto sirva para lavar el reproche que pronunció Nahum contra mi tierra nativa. Porque cuando llamó a Nínive ramera y reina de la brujería, dijo: «La tierra de Punt y los libios te han ayudado.» Aunque Punt sea mi madre y los libios mis hermanos, yo no soy un hombre indigno: no alabaré a una nueva Nínive que entrega a sus profetas para que sean crucificados por los inmundos infieles.
Como el capitán no entendía el arameo, nada dijo.
La procesión rodeó las murallas de la ciudad y giró hacia el noroeste, por el camino a nivel a la gruta de Jeremías, situada a unos tres cuartos de milla. Era un día caluroso y el camino estaba cubierto de polvo. Un grupo de peregrinos pascuales, conocidos como los Perezosos porque el cuerpo principal había llegado tres días antes, se acercaba desde el norte; cantaban de júbilo ante la vista de las torres y las murallas de Jerusalén, pero el salmo murió en sus labios cuando vieron la triste procesión. Todos guardaron silencio, volviendo el rostro mientras reos y soldados pasaban también silenciosamente a su lado.
Cuando aparecieron a la vista la gruta y la alta palmera de Jeremías, se oyó, atrás, un brusco llanto femenino. Las noticias del arresto de Jesús habían corrido velozmente por la ciudad; y aunque pocos de sus seguidores varones habían osado unirse a la procesión, allí estaban Juana y Susana, y María, la madre de Jesús, apoyada en el brazo de Shelom, la partera; y María, su reina, con su hermana Marta y su abuela María, la esposa de Cleofás, y María la Peluquera, con un grupo de mujeres rechabitas.
![[Img #42944]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/3030_319.jpg)
Jesús se volvió y dijo, jadeante:
-Llorad por vosotras mismas, no por mí. El día de la ira se aproxima; y en él se considerará bendita aquella que no haya parido ni amamantado hijos que perezcan bajo la furia del cielo; y con una sola voz las hijas de Jerusalén clamarán porque las montañas caigan y las sepulten. Porque, si se despoja al árbol verde, ¿qué se le hará al seco?
Este proverbio evoca la veneración religiosa que se tiene en Palestina a ciertos árboles antiguos, por lo general las palmeras y los terebintos, a cuya sombra descansaban los patriarcas y los profetas. Aunque de todos los demás se cortan ramas para leña, a éstos la gente no los toca. Sus copas son altas y verdes, aun en el desierto, al lado de los caminos más transitados, en tanto que los demás árboles están secos y despojados de hojas y ramas. Jesús quería decir: "Si se crucifica incluso a los profetas, ¿qué destino puede guardar a la gente común?"
![[Img #42943]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2019/2011_327.jpg)
Más allá de la gruta se erguía la pequeña elevación en forma de cráneo llamada Gólgota, donde en los tiempos antiguos se cumplían las sentencias de lapidación y donde ahora los romanos crucificaban a los prisioneros políticos en una plataforma situada en la cumbre. Dominaba el camino principal del norte hacia Jerusalén, y no sólo debía su nombre de sierra de la Calavera a su configuración, sino a una leyenda: cuando el rey David trasladó su capital de Hebrón a Jerusalén, sacó la calavera de Adán de la caverna de Machpelah y la sepultó en el Gólgota como un talismán protector de la ciudad. Esta leyenda no debe tomarse a la ligera, porque la cabeza del rey Euristeo, brazo derecho de Hércules, estaba enterrada en un paso, cerca de Atenas, para proteger al Ática contra las invasiones; y se hallan muchos otros ejemplos de la misma costumbre en la historia de Grecia y Roma. Jesús había profetizado la verdad cuando dijo a Tomás que su viaje terminaría donde había terminado el de Adán.






