Eloy Rubio Carro
Lunes, 30 de Agosto de 2021
ENTREVISTA / Javier Gutiérrez, director de cine y escritor

"Uno de los motivos por los que escribí 'Free Cinema' fue tratar de comprender un fenómeno como el Brexit"

El Festival de Cine de Astorga está dando sus primeros pasos cuando agosto dice adiós. Entre los actos que complementan la proyección de películas y cortometrajes, se encuentra la presentación del libro del astorgano Javier Gutiérrez, 'Free Cinema, una nueva mirada' de este lunes a las 19,30 horas en la sala de conferencias del Teatro Gullón.

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Eloy Rubio Carro: Vamos a hablar principalmente del llamado ‘Free Cinema’, pues está reciente la publicación de ‘Free Cinema, una nueva mirada’, por ediciones J. C. Clásicos, que ha recibido una buena acogida en el mundillo de la crítica cinematográfica. ¿Qué se ha dicho de tu libro?

 

Javier Gutíerrez (Saberius): Este libro estaba concebido para ser un libro de gran formato que iba a publicar la Filmoteca Española en colaboración también con J.C. Clásicos, y por tanto esta primera versión tenía una extensión de unas 800 páginas con más fotografías. Pero como Filmoteca Española finalmente ha restringido sus ediciones a publicaciones sobre cine español y como mucho sobre cine hispanoamericano, esta obra finalmente quedó fuera de sus expectativas. Entonces, con la ayuda del Ministerio de Cultura, la editorial J. C. Ediciones se lanzó en solitario y al final se quedó en éste de 270 páginas, de formato medio, y que por cierto es una edición muy cuidada.

 

Entre los comentarios destacaría el que para ‘Días de cine’ elaboró Gerardo Sánchez, su director. La revista 'Fotogramas' le concedió además cinco estrellas, la máxima calificación que puede dar, en su sección de recomendaciones sobre libros de cine, y recalcaba, además, la manera en la que diseccionaba todas las películas del movimiento británico, los documentales y las de ficción. Además, en el libro trato de ampliar un poco los límites del género y aparecen retratados los directores que formaron parte del mismo: Richardson, Reisz, Schlesinger, Lester y Anderson, pero también apunto a las producciones de otros con idénticos mimbres y lo amplío cronológicamente para poder incluir, por ejemplo, la trilogía de Lindsay Anderson.

 

 

¿Cuándo surge el ‘Free Cinema' en Gran Bretaña y cuáles son los precedentes cinematográficos de este nuevo modo de hacer cine?

 

Aquí tenemos que distinguir entre películas pioneras y antecedentes. Denomino  películas pioneras a las que por su originalidad admiraban todos los directores del ‘Free Cinema’, las películas favoritas del grupo y a las intentaban de alguna forma emular o homenajear. Voy a enumerarlas desde la más parecida al 'Free Cinema' a la menos afín.

 

La que mayores similitudes comparte es, curiosamente, la última que se rodó poco antes de que este movimiento se iniciara: ‘Hunted’, de 1952, que coincide con el momento en que se empieza a filmar el primer documental ‘Wakefield Express’, aunque se estrenara años más tarde; después ‘Siempre llueve en domingo’ del año 47, ‘El séptimo velo’ y ‘Al morir la noche’, ambas del 45. Suponía una nueva forma de enfocar los diferentes géneros que también se reproducirán en los subgéneros del ‘Free Cinema’: el cine negro en el caso de 'Hunted', el melodrama si nos referimos a ‘Siempre llueve en domingo’, el ‘El séptimo velo’ respecto al género psicológico y el género de terror en ‘Al morir la noche’.

 

En cuanto a las antecesoras destacaría `Cumbres borrascosas’ 1939 de William Wyler, ‘La versión Browning’ basada en la obra de teatro de Terence Rattigan, o ‘La importancia de llamarse Ernesto’ basada en la obra de Wilde, o ‘Pigmalion’ basada en la obra de Bernard Shaw, todas ellas dirigidas por Anthony Asquith, y las de ‘Noel Coward’ del 42 , ‘La vida manda ‘del 44 con un punto de vista muy parecido a ‘Un marido de ida y vuelta’ de Jardiel Poncela, ‘El espíritu burlón’ o ‘Breve encuentro’ e incluso ‘Cadenas rotas’ de Oliver Twist, todas ellas firmadas por David Lean, y también no sólo ‘Servidumbre humana’, sino sobre todo ‘El filo de la navaja’, ambas adaptadas de las novelas de Somerset Maugham uno de los grandes del melodrama: Edmund Goulding.

 

Y junto a todos ellos, no podemos olvidar tampoco las películas dirigidas al alimón por el maravilloso tándem que formaban los directores Michael Powell y Emeric Pressburger, con geniales obras maestras como ‘Las zapatillas rojas’, basada en el cuento de Andersen, la basada en  los cuentos de Hoffmann, con título homónimo, o ‘Un paria de las islas’, una obra mutilada y casi olvidada en el tiempo.

 

El ‘Free Cinema’ surge con las primeras producciones documentales al lado del primer manifiesto publicado. Esta proyección tiene lugar en febrero de 1956 con tres documentales ‘Wakefield Express’ del 52, que curiosamente no pudo entrar en esta proyección, pero que resultó el modelo a partir del cual debían filmarse los siguientes. Los tres documentales que sí formaron parte serían ‘O Dreamland’ (1953) sobre el polémico parque de atracciones de Margate, que incluía espectáculos sobre la tortura y permitía la entrada menores. En el 56 Lorenza Mazzeti dirige ‘Together’ basándose en un relato corto de Denis Horne sobre una pareja de estibadores portuarios sordomudos, y en el mismo año también se produce, filma y exhibe ‘Momma Don't Allow’ de Karel Reisz y Tony Richardson. Todos sus realizadores firmarían el mencionado primer manifiesto en febrero de 1956, que sería el origen o punto de partida del 'Free Cinema'.

 

 

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En tu libro te detienes en sus relaciones con los escritores denominados "jóvenes airados": Osborne, Sillitoe, Waterhouse. De algunas de sus obras nacieron algunos guiones para sus películas. ¿Cuál era el denominador común que había entre ellos?

 

Todos ellos expresaban en sus obras la insatisfacción y la oposición directa al sistema social y político imperante y por tanto reaccionaban ante la mediocridad y la hipocresía de la clase media acomodada y de las clases altas, y en cómo reflejaban a sus ciudadanos en las novelas y en las películas en aquel momento. Representaban por tanto a toda esa generación de jóvenes descontentos, la mayoría entre 20 y 30 años, pero también arengaban a todos los intelectuales a que compartieran la misma frustración y reaccionaran así ante ella, y formalmente defendían la calidad literaria junto al realismo social de sus personajes y escenarios bajo la condición de mantener la objetividad en sus historias narradas. El nombre se lo puso un publicista que calificaba la obra de John Osborne ‘Mirando hacia atrás con ira’ como la más representativa del grupo en el que también destacarían Alan Sillitoe, cuyas novelas inspirarían gran parte del ‘Free Cinema’, Kingsley Amis, David Storey, John Braine, John Wain, Arnol Wesker, etc...

 

 

¿El documental fue su principal manera de darse a conocer? ¿Había influido la televisión en su forma de hacer documentales? Y parece ser que estos documentales no eran tan optimistas como los que se venían haciendo usualmente...

 

Respecto a las influencias del mundo televisivo hay una conexión nítida, casi íntima. Entre el año 1947 y el 1957 el número de receptores de televisión paso de 16000 a 7100000. Y sin embargo el número de espectadores en las salas de cine había descendido de 1462 millones a 915 millones, casi a la mitad. Las soluciones que trataban de paliar la voraz eclosión del mundo televisivo que estaba derivando en el cierre de las salas de cine, fueron muy eclécticas: por una parte los realizadores apostaron por una renovación de los géneros tradicionales, por ejemplo, decidieron actualizar el cine de terror con Christopher Lee, que le daba un aspecto más sexy y gótico al vampiro tradicional, pero después se modificaría igualmente la forma de producir las películas, con equipos más reducidos y ligeros, más dinámicos, que recuerdan mucho a los programas de televisión que siguen a sus entrevistados por las ciudades, en el caso del cine a sus actores que encarnarían, a partir de entonces, a tipos corrientes y con argumentos más apegados a la realidad. Es decir, la televisión se adelanta sin duda al retrato social propugnado por el ‘Cine Free’ con sus cuestionarios y encuestas a la población que se hacían en directo, y este tipo de programas propiciaban también la salida de unidades móviles a las que imitarían los cineastas ‘Free’ en su forma de filmar y producir. En una película cómo ‘Darling’ de Schlesinger, por ejemplo, se retratan todas esas encuestas por medio de un personaje que es crítico cultural para un programa de televisión, al que da vida Dirk Bogarde, el actor fetiche de Joseph Losey, un director al que, por cierto, siempre se le asoció con el ‘Free Cinema’...

 

Por tanto, el punto de unión radicaba principalmente en ese alejamiento de toda coacción formal o política de las grandes producciones americanas sobre el país británico, o en las mismas coproducciones británicas, gracias incluso a un inesperado apoyo del Instituto Británico del Cine, algo que les cayó como maná del cielo, como el posterior patrocinio de Ford en algunos documentales, y por otra parte, al retratar las realidades sociales, huían de toda falsedad o manipulación en la actuación, en los subrayados musicales o en el montaje, y de aquella forma, en ocasiones, resultaban más duros y amargos porque retrataban directamente las realidades que estaban viviendo, tal y como las experimentaban sus protagonistas...

 

 

La austeridad, la seriedad moral y una cierta restricción estética parecen características del ‘Free Cinema’ pero, aunque con matices, la parodia y el surrealismo también forma parte de algunas de sus películas ¿no?

 

Sus primeras películas muestran un realismo quizás exacerbado: 'This Sporting Life' (aquí traducida como "El ingenuo salvaje") de Lindsay Anderson, por ejemplo, o 'Mirando hacia atrás con ira' muestran existencias amargas, y sin embargo esto va dando paso, poco a poco, al género paródico, sobre todo a partir de la película de ‘Tom Jones’ que ya se basaba en una parodia de Henry Felding sobre las novelas que hacía ese otro Richardson de la novela sentimental en el siglo XVIII. Las parodias cervantinas que reinventa el propio Fielding le inspiran tanto a Richardson que, con las dificultades que tiene toda película histórica, consigue llegar al gran público, haciendo la primera producción del ‘Free Cinema’ que conquista amplias audiencias, y que además consigue nominaciones a los Óscar.

 

Y después le sigue  'Billy el embustero", que inaugura la línea del pop-art y del ‘Swinging London’ que caracterizadas al mismo tiempo por su humor disparatado dentro de un surrealismo capaz de desatar delirios y fantasías de la juventud más frustrada y a la vez con mayores aspiraciones o sueños de grandeza pocas veces consumados en el escenario de una realidad provinciana. Por lo tanto, se veían abocados a montarse una realidad paralela como el país imaginario de Ambrosia en ‘Billy Liar’ y que prefiguraría el personaje de Malcolm McDowell en ‘If’, de Lindsay Anderson en el 68; pero también aparece en películas como ‘El Knack’ que consigue la primera ‘Palma de oro’ para una producción ‘Free’, o las películas que Richard Lester realiza con los Beatles: `Qué noche la de aquel día’ o 'Help,'. Esta línea reaparecerá asimismo en ‘Morgan, un caso clínico’ de Karel Reisz, narrada desde el punto de vista quien padece una esquizofrenia que se agrava junto a patologías cada vez más delirantes que son recreadas mediante un personal microcosmos o mundo paralelo y barroco, de imaginación desbordante y profusa fantasía que alude a la iconografía del cine político de Eisenstein y al pastiche de los géneros cinematográficos durante el estado de euforia del personaje en su trastorno maníaco- depresivo. Y la parodia también reaparecerá más adelante, en la mencionada ‘Darling’, respecto a la prensa amarilla y a quienes se complacían en ser retratados por ésta.

 

 

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Esta nueva manera de filmar posee un ideario que difunden en determinadas revistas. ¿Qué peculiaridades tenían? ¿Hay un aire de época en esas revistas si las comparamos con 'Cahiers du cinema' u otras contemporáneas?

 

El medio de difusión que tenían eran las revistas ‘Sequence’ y 'Sight and Sound', cuyos guionistas y escritores cinematográficos eran Gavin Lambert, Penelope Houston y Peter Erikson junto a cineastas que formarían parte del ‘Free Cinema’: Anderson, Richardson, Reisz, que fueron directores de la revista hasta 1952 y que además apoyarían las tesis a favor de ese cine comprometido con las realidades sociales, estilísticamente libre, con una nueva estética exenta de artificios y una tendencia orientada a la consecución de la manifestación artística más completa, es decir, la que puede ofrecer una gama completa en la revisión de casi todos los géneros y que, sin perder de vista los preceptos más exigentes del cine documental de calidad, acogen sin ambages las metáforas visuales de un nuevo realismo poético alejado de las exhibiciones pomposas de los modelos de género importados por Hollywood.

 

 

En 1957 el ‘Comité del Free Cinema’ pública su ideario. Cito: "Mirar Gran Bretaña con honestidad y afecto, paladear sus peculiaridades, atacar sus injusticias, amar a su gente y servirse del cine para definir sus lealtades, rechazos y aspiraciones".¿No corre por aquí un cierto aire Brexit, aunque impregnado de tufillos laboristas. Un tanto contradictorio todo esto, no te parece?

 

Me parece interesante esa apreciación porque precisamente uno de los motivos que me impulsaron a escribir el libro fue el hecho mismo de tratar de comprender primero la posibilidad, después la necesidad y finalmente la existencia de un fenómeno como el Brexit...

 

 

¿Podemos llegar a la comprensión del Brexit a partir del cine?

 

Por lo menos, si no de una manera definitiva, puede ayudar bastante... Pero su comprensión, debido a todas sus contradicciones, tampoco evita el rechazo frontal del mismo. Las paradojas del Brexit las estamos comprobando hoy mismo con la necesidad que tienen de emplear a distribuidores de entre los presidiarios porque ya no disponen de la mano de obra económica que suponían los inmigrantes en el país...

 

Con respecto al pasaje que mencionas, creo que debemos comprenderlo en su contexto cinematográfico, en el que los nuevos cineastas añoraban una visión de Gran Bretaña diferente a la que acostumbraba a prodigar el mundo de Hollywood con sus simplistas películas de aventuras colonialistas... Y es que Rudyard Kipling fue un escritor incontestable pero también hizo mucho daño... Por eso surgió una película como 'If' de Anderson, que en el libro analizo junto al poema de Kipling que muchos escolares leían en las mismas aulas en las que comenzaban a recibir castigos físicos que hasta el momento se habían silenciado... También estaban cansados de sus melodramas estereotipados e incluso absurdos desde su propio planteamiento...

 

Por lo tanto, este grupo reclamaba una visión del país más honesta y afectuosa hacia sus propios ciudadanos, retratando su verdadera idiosincrasia, con todas sus contradicciones incluidas, y poniendo en entredicho sus injusticias nacidas de las revoluciones industriales, y que ya habían sido denunciadas por Chalres Dickens, por ejemplo, que consiguió mejoras sociales inimaginables para la época que derivarían en la prohibición del empleo infantil, y esta nueva generación abogaba por una forma de hacer cine que fuera más afín a su prójimo. En concreto, el párrafo que mencionas, creo que alude más a la esa necesidad de una nueva cinematografía que revolucionaría no sólo el cine británico y, tras la eclosión de grupos como los Beatles, también el panorama musical internacional.

 

Es cierto que, tiempo después, ha ido conformando, modelando una personalidad muy peculiar, que tras la tormenta del 'Free Cinema' llegó el látigo de la Dama de Hierro y comenzaron a protagonizar insólitos vaivenes políticos y sociales, incluidos los de su eterno conflicto con Irlanda del Norte en Belfast, hasta que llegó la tregua, de sus rencillas históricas con Escocia, hasta la necesidad de un nuevo referendum, de su paradójica relación con Gales, curiosamente de donde surgieron buena parte de los mejores actores del país (Richard Burton, Anthony Hopkins, etc...).

 

Desde el mismo momento en el que se volvió a arrojar luz sobre las diferencias que convivían en un país tan complejo, lograron enfocar mejor sus cualidades y, por tanto, terminar de definirlo como un país poliédrico y multicultural... En ese sentido, en mi humilde opinión, creo que el Brexit trata de homogeneizar y unificar más que mantener esa hermosa riqueza que habita en la diversidad...

 

 

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Pero, en última instancia, detrás de todas esas diferencias que pueda haber de percepción de la realidad, de soportar la realidad de diferente manera, lo que parece que puede haber detrás es algo común cronificado que no se puede poner en entredicho, ¿no? Esto sucede hoy en día, también cuando precisamente la propia realidad lo pone en cuestión, incluso te lleva a desconfiar de todo lo que puede haber detrás...

 

Sí, precisamente por eso aparece como algo contradictorio en sí mismo. Llega un momento en el que, dentro del propio país, y precisamente por la entrada en el Brexit, cada colectividad o grupo social reclama cada vez más parte de su propia independencia, como pasó en su momento con Escocia, que ha estado tanto tiempo fuera y dentro de Gran Bretaña a la vez, o con Irlanda, que después de haber conquistado su independencia para la región del sur se encontraría inmersa en disputas recrudecidas por la lucha armada y la existencia tanto del IRA como de la policía y el ejército británicos, como denunció Ken Loach en 'Agenda Oculta'.

 

Creo que el Brexit nace de ese sentimiento de querer unificar más que unir, de una vez por todas, a un gigante como Gran Bretaña, cuyo atractivo reside precisamente en la variedad infinita de sus habitantes y de sus personalidades. Y, sin embargo, fíjate lo que se ha conseguido: que Escocia quiera un nuevo referéndum, porque desea estar dentro de Europa, y que en Irlanda se hayan reabierto algunas heridas de su pasado. O sea que, en algunos casos, ha conseguido que sus habitantes se encuentren más divididos y separados que nunca...

 

 

Otras curiosidades de sus proclamas que previamente habían publicado en ‘Sequence’, antes incluso del primer manifiesto de 1956, fueron las que aparecían en los siguientes enunciados: "Ninguna película puede ser demasiado personal" o "En nuestra actitud hay una creencia implícita en la libertad". ¿Es difícil entender la libertad sin el punto de vista, y como se entendería esa libertad por encima de lo personal?

 

Recuerdan a las proclamas que igualmente acompañaron a los inicios del cine en la Unión Soviética, durante las primeras filmaciones de Eisenstein, ‘El acorazado Potemkin’, ‘Octubre’, ‘La huelga’, declarando que el cine debía entenderse como un arte colectivo. Y lo propugnaba el legendario Eisenstein, nada menos que uno de los directores más personales que ha transitado por la Historia del Cine...

 

En el caso específico de las proclamas del ‘Free Cinema’ pienso que cuando destacan que una película no puede ser demasiado personal se refieren sobre todo a a sus primeros documentales, porque se hallaban convencidos de que la objetividad debía primar por encima del montaje, capaz de manipular el mensaje final, por eso excluían todo juego de prestidigitador que pudiera existir con los planos filmados. De la misma forma, decidieron evitar las bandas sonoras y grababan las películas con sonido directo, poco susceptible de artificios ajenos al devenir de los propios acontecimientos que trataban de reflejar...

 

Sin embargo sí podía aparecer música de ambiente, o la que en el momento se estuviera interpretando, como en "Momma, Don't Allow".

 

 

¿Sería como un intento de huir de la emoción?

 

De la emoción impropia del acontecimiento que se filmaba, es decir, ajena a su propia naturaleza, de la emoción amplificada, artificial... Las imágenes, anécdotas y avatares ya de por sí resultaban muy emocionantes... Porque creían que el hecho mismo de apelar a las propias emociones terminaría manipulando los sentimientos del espectador. En los documentales trataban solamente de retratar lo que contemplaban, aunque también pudieran filmar el parque de atracciones de Margate en ‘Dreamland’ y al mismo tiempo existiera una crítica implícita en el hecho de que se permitiera a menores de edad el acceso porque había espectáculos sobre la tortura. Además de no poseer banda sonora tampoco incluían voz en off, porque podía implicar nuevos subrayados (de opinión, de juicio, mediante un tono determinado, etc...). Pero cuando comienzan a realizar las películas de ficción, cada autor termina caracterizado por su estilo...

 

 

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Sobre los estilos musicales que utilizan, el jazz se lleva la palma. ¿Cómo se explica esto? Más tarde hicieron películas con y para la música pop. ¿Es porque se produjo un encuentro o porque tenían una desconocida raíz común?

 

En el caso de estos géneros musicales yo creo que se trata más bien de una cuestión cronológica. El jazz dominaba la escena durante los años 40 y 50, como pasaba también con muchas de las películas de la ‘Nouvelle Vague’ que utilizan fragmentos del jazz tanto en su música diegética como extra-diegética, sincrónica o diacrónica. Sin embargo, la música pop aparece precisamente con el `Swinging London’ junto a grupos como The Beatles y luego aparece incluso el punk. Pero los más famosos fueron los Beatles que además inauguran ese subgénero del ‘Swinging London’ que es un subgénero del ‘Free Cinema’, caracterizado sobre todo por las películas de Richard Lester. Las raíces comunes cada vez son más palmarias entre el jazz y el pop entre cuyos géneros claramente prevalecen una serie de ritmos de base, estrofas o punteados, que muchas veces se retoman en el pop. La enorme cantidad de fusiones que ha habido entre ambos géneros a lo largo de la Historia de la Música es un síntoma inequívoco de estas raíces comunes.

 

 

El lenguaje cinematográfico de algunas de estas películas, como viene sucediendo en otras muchas expresiones artísticas, resulta con frecuencia poco correcto políticamente. Pones el ejemplo de ‘Gumshoe’ (1971) de Stephen Frears ¿Es una traba a la expresión de lo real la exigencia de corrección política en las artes?

 

Yo creo que no siempre resulta una cortapisa o un obstáculo para su adecuada expresión. Cuando entre la política y la sociedad o entre los políticos y los ciudadanos han existido sentimientos de afinidad como ocurrió con Kennedy, por ejemplo, parecía existir un cierto consenso entre la sociedad y el mundo político o en las versiones oficiales que se daban de la historia y todo esto se extendía al mundo de las artes. Eso propició su inclusión en las instituciones, pero cuando ese contrato social se traicionaba como  en el caso de Nixon, la incorrección política empezó a dominar totalmente el panorama artístico. Hoy en día se entiende el término "políticamente incorrecto" con innumerables variantes que llegan incluso a identificarlo con expresiones más allá de la contracultura con las que inicialmente se hallaba emparentado.

 

En el caso de Gran Bretaña, podemos hablar de un antes y después a partir del ‘Free Cinema’. Muchos críticos apuntan hacia la desaparición del movimiento considerando a ‘If’ como la película que supuso su 'canto del cisne', donde lo delirante se lleva hacia límites de revolución total, incluyendo la revolución armada, algo que parece traspasar la propia realidad de las aulas británicas que trata de retratar. Sin embargo gana la Palma de Oro en Cannes y yo creo que esto tiene mucho que ver con los movimientos revolucionarios estudiantiles de mayo del 68 que trataban de descollar de una forma aún más evidente. Pero a partir de entonces se originan una serie de acontecimientos como la guerra del Vietnam que en el fondo es como la guinda de todo el conflicto de Corea que venía coleando, y que provoca toda una carnicería entre los jóvenes que se habían alistado algunos por necesidad y otros por el eco de falsas promesas... La juventud se enfurece aún más y la película emblemática pasaría a ser ‘If’, pero también inspiraría la adaptación de otras como 'La naranja mecánica', u 'Oh, hombre afortunado!', interpretadas por el mismo Malcolm McDowell... La contracultura de los setenta se vuelve, entonces, aún más diletante... Los Rolling Stones se imponen... Al grito de ‘Satisfaction’.

 

 

No sé si entiendes la pregunta en el sentido en que yo la hago. Yo lo que quería decirte es que últimamente la incorrección política referida a las artes se convierte en censura y prohíbe taxativamente ciertos contenidos. Y en España tenemos unos cuantos ejemplos de los últimos tiempos. El que me viene ahora a la cabeza es el de un grupo de títeres que representaba a unos manifestantes que decían ‘gora ETA’, y solo por poner este grito en la boca de unos muñecos tuvieron enormes problemas con la justicia. Este tipo de censura o autocensura ¿puede ser qué termine dañando a la expresión artística o no?

 

Considero que mientras que no exista una clara apología a favor del terrorismo, del asesinato o de la aniquilación de seres humanos en todas sus manifestaciones, no debería existir tal prohibición... No debemos olvidar, en este punto, otro tipo de censuras, como la de la taquilla, la de los distribuidores especuladores, la de los exhibidores que sólo entienden el cine como negocio, la del cine comercial, cuyos tentáculos impide que auténticas joyas del cine independiente, o del cine de arte y ensayo, puedan estrenarse, o las condenan a sesiones muy difíciles desde el día de su estreno, o reducen su vida cinematográfica, etc...

 

 

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Además de tus eruditas entrevistas a directores de cine, has realizado cortos de diversos géneros cinematográficos como por ejemplo ‘Días de vino y maría’ (2001), ‘El habitáculo desocupado’ (1998) o ‘Su propio reflejo’ (1997), así como unos cuantos documentales y largometrajes, de entre los cuales el más conocido es ‘Tras la verdad sobre Kike’. Tienes publicada una novela como ‘Sociedad limitada’, que forma parte de una ‘Trilogía social’, y pendientes de publicación otras de ciencia-ficción y de novela negra. Pero no vamos a hablar en esta entrevista de esto. Lo que sí quiero que me digas es si tu futuro estará orientado hacia la ficción cinematográfica o por el contrario el éxito de este libro te encaminará hacia los estudios y ensayos de cine.

 

El Festival Luna de Cortos está preparando una retrospectiva completa tanto de mis cortometrajes como de los largometrajes, y los proyectos de libros sobre cine están ahí. Acabábamos de ensayar el último proyecto de largometraje cuando sobrevino la pandemia y nos vimos obligados a suspenderlo... El futuro, por tanto, es impredecible... Tengo múltiples proyectos y tan sólo queda esperar a que se den las condiciones favorables, el contexto propicio, y el interés por parte de productoras o editores de llevarlos a buen puerto... Y, de momento, moviendo esta última obra sobre del ‘Free Cinema’ por todos los eventos y festivales que la requieran... El próximo será la Feria del Libro de Madrid, que este año se celebrará en septiembre, debido a los cambios provocados por la pandemia... 

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