Val de San Lorenzo: "La transparencia, Dios, la transparencia"
La Semana Santa de Val de San Lorenzo finalizó el Domingo de Resurección con la procesión del Encuentro. El pueblo entero acudió para ver la popular carrera de San Juan.
El reportaje fotográfico de Eloy Rubio Carro está acompañado por los poemas de María Sanz, Carlos Edmundo de Ory y Juan Ramón Jiménez.
![[Img #63107]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/1328_8-dsc_1929-copia.jpg)
Calle de la guadaña
Una verdad me sigue por la calle.
Casi roza su sombra con la mía.
Oigo cómo se enreda
entre las buganvillas, cómo gime
implorando el abrazo de las tapias
hasta caer inerte sobre el suelo.
Dios mío, si es posible,
pase de mí su rostro,
este encuentro con ella a vida o muerte,
la tristeza tan larga que me augura.
La calle se hace ahora más estrecha,
más húmeda y extraña. Continúan
goteando su livor las buganvillas.
Vuelvo la vista atrás. Allí está ella,
erigida en el tiempo, modelada
por caricias. La miro.
Es sólo mi reverso.
MARÍA SANZ
![[Img #63100]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/8973_1-dsc_1881-copia.jpg)
![[Img #63102]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/7203_2-dsc_1890-copia.jpg)
![[Img #63101]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/500_3-dsc_1894-copia.jpg)
Estar ungido por las lágrimas
Si salgo a solas tomo dos caminos:
mis piernas se odian, pero no mis manos.
Encerradas mis manos en mi alma
me postro de rodillas para no dividirme.
Dios es mi plato de arroz
y llaman a mi puerta
los portadores de noticias.
No abras, alma mía, a nadie abras.
Ni aunque te traigan manteles
y sin son sábanas tampoco.
Porque no tengo ni mesa ni cama.
Estoy royendo el hueso
de mi última comida.
Precedidos de perros
han venido los hombres
a buscar al derviche mendicante.
¡Vedme tan sólo por el ojo de la cerradura!
Y que ninguna mujer se asome.
Que soy yo por fin un feto.
¡Ah, mi cabeza minúscula comida por los vientos!
Mi cara refinada.
Mis manos nobles podridas de rezar.
Mi frente alta y furiosa.
Yo soy el mutilado sangriento de la noche.
Comprender a todos no es moral.
¡Ay del que toque mi cráneo!
¡Ay del que ponga cucharas en mi boca!
Todos se han ido ya
con sus perros y sus vasijas
y en los hilos de mis pelos
mis teléfonos me espantan.
CARLOS EDMUNDO DE ORY
![[Img #63103]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/8322_4-dsc_1908-copia.jpg)
![[Img #63104]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/669_5-dsc_1910-copia.jpg)
¿Por qué?
¿Por qué, Señor, tan duro es tu castigo?
¿Por qué, Señor, es el dolor tan fuerte?
¿De qué rencor antiguo es tu venganza?
¿Por qué, de pronto, el golpe que me hiere?
No eres justo, Señor, si me convocas
al llanto y a la pena solamente.
No me estreches el mundo. No arrebates
su goce de vivir. No te la lleves...
Mi madre para mí. La necesito.
No te la quiero dar. No la mereces.
ANA MARIA ROMERO YEBRA
![[Img #63105]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/6173_6-dsc_1921-copia.jpg)
![[Img #63106]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/3810_7-dsc_1923-copia.jpg)
![[Img #63108]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/3914_9-dsc_1943-copia.jpg)
La transparencia, Dios, la transparencia
Dios del venir, te siento entre mis manos;
aquí estás enredado conmigo, en lucha hermosa
de amor, lo mismo
que un fuego con su aire.
No eres mi redentor, ni eres mi ejemplo,
ni mi padre, ni mi hijo, ni mi hermano;
eres igual y uno, eres distinto y todo;
eres Dios de lo hermoso conseguido,
conciencia mía de lo hermoso.
Yo nada tengo que purgar.
Toda mi impedimenta
no es sino fundación para este hoy
en que, al fin, te deseo;
porque estás ya a mi lado,
en mi eléctrica zona,
como está en el amor el amor lleno.
Tú, esencia, eres conciencia; mi conciencia,
y la de otro, la de todos,
con forma suma de conciencia;
que la esencia es lo sumo,
es la aforma suprema conseguible;
y tu esencia está en mí, como mi forma.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
El reportaje fotográfico de Eloy Rubio Carro está acompañado por los poemas de María Sanz, Carlos Edmundo de Ory y Juan Ramón Jiménez.
![[Img #63107]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/1328_8-dsc_1929-copia.jpg)
Calle de la guadaña
Una verdad me sigue por la calle.
Casi roza su sombra con la mía.
Oigo cómo se enreda
entre las buganvillas, cómo gime
implorando el abrazo de las tapias
hasta caer inerte sobre el suelo.
Dios mío, si es posible,
pase de mí su rostro,
este encuentro con ella a vida o muerte,
la tristeza tan larga que me augura.
La calle se hace ahora más estrecha,
más húmeda y extraña. Continúan
goteando su livor las buganvillas.
Vuelvo la vista atrás. Allí está ella,
erigida en el tiempo, modelada
por caricias. La miro.
Es sólo mi reverso.
MARÍA SANZ
![[Img #63100]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/8973_1-dsc_1881-copia.jpg)
![[Img #63102]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/7203_2-dsc_1890-copia.jpg)
![[Img #63101]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/500_3-dsc_1894-copia.jpg)
Estar ungido por las lágrimas
Si salgo a solas tomo dos caminos:
mis piernas se odian, pero no mis manos.
Encerradas mis manos en mi alma
me postro de rodillas para no dividirme.
Dios es mi plato de arroz
y llaman a mi puerta
los portadores de noticias.
No abras, alma mía, a nadie abras.
Ni aunque te traigan manteles
y sin son sábanas tampoco.
Porque no tengo ni mesa ni cama.
Estoy royendo el hueso
de mi última comida.
Precedidos de perros
han venido los hombres
a buscar al derviche mendicante.
¡Vedme tan sólo por el ojo de la cerradura!
Y que ninguna mujer se asome.
Que soy yo por fin un feto.
¡Ah, mi cabeza minúscula comida por los vientos!
Mi cara refinada.
Mis manos nobles podridas de rezar.
Mi frente alta y furiosa.
Yo soy el mutilado sangriento de la noche.
Comprender a todos no es moral.
¡Ay del que toque mi cráneo!
¡Ay del que ponga cucharas en mi boca!
Todos se han ido ya
con sus perros y sus vasijas
y en los hilos de mis pelos
mis teléfonos me espantan.
CARLOS EDMUNDO DE ORY
![[Img #63103]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/8322_4-dsc_1908-copia.jpg)
![[Img #63104]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/669_5-dsc_1910-copia.jpg)
¿Por qué?
¿Por qué, Señor, tan duro es tu castigo?
¿Por qué, Señor, es el dolor tan fuerte?
¿De qué rencor antiguo es tu venganza?
¿Por qué, de pronto, el golpe que me hiere?
No eres justo, Señor, si me convocas
al llanto y a la pena solamente.
No me estreches el mundo. No arrebates
su goce de vivir. No te la lleves...
Mi madre para mí. La necesito.
No te la quiero dar. No la mereces.
ANA MARIA ROMERO YEBRA
![[Img #63105]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/6173_6-dsc_1921-copia.jpg)
![[Img #63106]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/3810_7-dsc_1923-copia.jpg)
![[Img #63108]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2023/3914_9-dsc_1943-copia.jpg)
La transparencia, Dios, la transparencia
Dios del venir, te siento entre mis manos;
aquí estás enredado conmigo, en lucha hermosa
de amor, lo mismo
que un fuego con su aire.
No eres mi redentor, ni eres mi ejemplo,
ni mi padre, ni mi hijo, ni mi hermano;
eres igual y uno, eres distinto y todo;
eres Dios de lo hermoso conseguido,
conciencia mía de lo hermoso.
Yo nada tengo que purgar.
Toda mi impedimenta
no es sino fundación para este hoy
en que, al fin, te deseo;
porque estás ya a mi lado,
en mi eléctrica zona,
como está en el amor el amor lleno.
Tú, esencia, eres conciencia; mi conciencia,
y la de otro, la de todos,
con forma suma de conciencia;
que la esencia es lo sumo,
es la aforma suprema conseguible;
y tu esencia está en mí, como mi forma.
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ






