Puerta abierta y lugar de espera. Abrigo frente a la intemperie
Guadalupe Grande Aguirre. Jarrón y tempestad; Ediciones La uÑaRoTa, 2022
![[Img #67186]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/01_2024/3083_5.jpg)
Escribir poesía y crear ha de ser una manifestación consciente de desobediencias, académica, léxica, gramatical, recorrer caminos incómodos, no pisados, echando mano de códigos útiles como instrumento,nunca como limitación o sujeción.
En una conversación en julio de 2016, publicada posteriormente en el diario digital Astorga Redacción el miércoles 10 de agosto, Guadalupe -Lupe- Grande Aguirre (1965-2021) explicaba que “Escribir poesía o pensar el mundo en términos poéticos es tener un pie puesto en el pasado, otro en el futuro y pensar que los códigos de circulación son solo eso…; …uno ha de inventar otras posibilidades para circular a través de la vida y de la historia, porque si no inventas esas otras posibilidades gramaticales, sintácticas y de comunicación, no nos vamos a mover nunca del lugar en el que nos han enterrado desde los pies hasta la ingle”. Y al abrir Jarrón y tempestad, poemario póstumo, desde el primer poema, breathless, un ciclón de palabras e imágenes, una avalancha de sensaciones, de miradas hacia una realidad diversa, envuelven al lector, abrumado, sin saber hacia dónde caminar, en qué voz detenerse, qué o a quién escuchar, en la gran confusión del gran ruido del gran despil- / farro de la gran miseria de la onmívora publicidad de / la trastienda infinita y la más infinita exhibición de lo / complejo simplificado…/…a desgana de lo amado a desgana de lo entre aquí / y ahora todo siempre allí… Asistimos al frustrante espectáculo cotidiano, estamos ante el retrato del ser humano acogotado en una sociedad que apenas le permite tomar aire para respirar, para reconocer el último horizonte despejado y libre con el que soñar, …qué bonito entenderlo todo ahora cuando el / ser del silencio reclama el pasaporte y el ser del hartaz- / go todo lo vomita porque estamos en el río incesante / los mares surfeantes las playas y sus pléyades vírgenes / contando mi sola historia de ser irreductible feliz en la / exhibición metafísica individualmente registrada foto- / grafiada tuiteada a las culturas sagaces y en ellas hemos / de turistear kingmente… Y conocedora de los peligros y puntos de naufragio, la voz de la poeta se alza para no perder la conciencia crítica ni la palabra y sus huellas; sabe de laberintos, de intemperies y abrigos, procura estar a la espera sin perder de vista el tránsito y la vida, las pérdidas. Nunca la duda ni el desconcierto provocarán la huida ni el silencio cómplice; será voz ante la mirada desviada hacia el poder de la apariencia.
![[Img #67185]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/01_2024/8489_1-lupe-grande-astures-022-copia.jpg)
Escribir, decía Flaubert, es una manera de vivir. Poema, escritura, vida. “…parte de mi vida es vivir para el poema, vivir hacia el poema y parte de la escritura es encontrar en el poema lo que no sé pensar de otra manera más que escribiendo poesía”, decía la poeta madrileña en la charla citada en líneas anteriores. Cada poema es un fragmento de tiempo soportado, de vida escrita, …no fuimos a esa guerra / no tuvimos que escondernos / nuestra buena suerte / nos permitió sentir una tristeza / para la que nuestros padres no carecieron de tiempo / ignoramos cómo aprendimos las historias que recordamos / pero a veces dejamos de pensar en ellas / y así es cuando me dices / que nunca habrá otra habitación vacía esperándonos (continuidad del contracielo /la cinta de moebius). Ni la tristeza ni el llanto servirán de redención o de consuelo, tan extenso es el páramo de lo sucedido. Tampoco estos tiempos de confusión histórica e indecencia ética borrarán el pasado ni los sueños que aún esperan en la sala de lo posible.
“La memoria de los antepasados cercanos, la memoria de la especie, han sido brújula en mi vida. Y, sobre todo, la memoria de lo que la gran historia olvida”, destacaba la poeta en la charla reseñada. qué di / cen una bota un dien / te un anillo / un lazo un cordón tres mon / edas / un papelito con / una sola direc ción / todos los regalos del día / para ese solo día qué / dicen? (mecanismos de la entropía). La memoria, también a través de los objetos, habla, no es muda ni ciega, pero sí pilar fundamental, compromiso firme e inexpugnable en la vida, en los gestos, en la palabra de Guadalupe Grande. En Jarrón y tempestad memoria y memorias van entreveradas en los versos de tantos poemas; la maza del olvido no conseguirá colonizar territorios que no le pertenecen.
leones y jirafas, intenso poema, páginas de un ‘libro de familia’, este es el colegio donde ella aprendió a hablar francés en 1940 / y este es el convento donde le raparon el pelo dos años después / estas son las cabras que él cuidaba con su hermano / y esta es la guitarra que lo iba a sacar de la pobreza. Ahí, deshilachada, está la vida de Francisca Aguirre y de Félix Grande. –(Siempre que vuelvo a estos versos, no puedo olvidar una tarde tórrida de julio en Priego (Cuenca); charlaba con Paca Aguirre; la escuché durante horas. No cabe en ningún poema ni en libro alguno el trato que tuvieron que soportar ni la negación tan cruel del ser humano)--.él en el 40 tenía 3 / ella nació seis meses antes que la república / en el 39 le dijeron a ella que era masona / o judía o republicana /…/ la única hermana entre cinco hermanos moría / y el padre de ella es condenado ejecutado y no desaparece / deja tres hijas esposa algunos cuadros / así eran las películas entonces´. La memoria, con la palabra y su imagen, dan pervivencia a vida y vidas antes de que anochezca, antes del imposible rescate. Las heridas pueden ser restañadas; las pérdidas difícilmente podrán recuperar la certeza. En las cajas de la memoria siempre quedará espacio para cobijar los regresos.
En el poema las piedras, diario de horas rotas y discontinuas, se escucha al fondo el tiempo, siempre el tiempo que acompaña la voz de Félix Grande, “Todo se diluye / abandonado en el tiempo”, (Las piedras, Adonáis 1963); y son palabras de Guadalupe Grande, cumplen los árboles su edad exacta cumplen cien ve- / ces la edad de la nieve agregan un detalle al paisaje son / la edad de una lágrima…son los / datos y los nombres son la cuna de las fosas comunes / … son / la edad de mi padre que en esta hoja de olmo celebra / ya saben todos el qué .En los versos de la poeta no acampará el olvido, sí la memoria heredada, ya propia.
De gran belleza lírica la panetteria, poema epistolar en italiano, ‘enviado’ a su padre, mio caro babbo, sono venuta qua per dirti che ti amo /…/ …tua moglie, anche la mia / mamma, ancora ti ricorda bene, ogni giorno. e parla / conte, ogni giorno, come me. Poético el final de esta epistola filial …sono venuta qua per dirti che ho comprato una / panetteria per i tuo i libri. che il mio amore fa il pane. / e che probabilmente aspetto di vederti presto . ¿Voz profética o poética?
Aunque no en italiano, pero sí con semblante italiano, interesante animalario de giovanni di pietro bernardone, futuro Francisco de Asís y su devoción por los animales.
Profundo el contenido del poema, en francés, como manojo de recuerdos del poeta jugando con la canción que encabeza el final del título, monsieur don antonio machado sur le pont d’ avignon, canción tarareada mientras se aprendía francés.
Curioso los días de la felicidad /el poder de la voluntad / o de nuevo causas para la fuga; reúne a seres humanos con raras deformidades, como el síndrome de tetraamelia, entre otras, que sirvieron en muchos casos como diversión circense en territorio norteamericano o entretenimientode cortesanos y monarcas europeos.
![[Img #67187]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/01_2024/5996_6.jpg)
Como pequeñas piedras que señalan el camino, al final de algunas páginas, en letra muy reducida, silenciosos, como si no quisieran llamar la atención, están colocados nombres del mundo creativo, conocidos unos, silenciados otros, marco gavio apicio, sophi escholl, stefan zweig, rené char, pierre unik, pier paolo pasolini, inger chistensen, rené daumal, julio cortázar, marian nemoore, john coltrane, brad mehldau, enriqueta cisne leavitt… Serán buena compañía si se accede a conversar con ellos; merece la pena. Es un casi libro incorporado a modo de vademécum o prontuario.
Guadalupe Grande, además de poeta, era fotógrafa; realizaba collages, montajes, poesía visual. Queda muestra de ello en la portada, en las guardas y en dos poemas finales de este libro.
En Jarrón y tempestad aparecen inesperadamente imágenes que desvelan apariencias de la realidad oscura; están inmersas en sensibilidad emocional, unas señalando las heridas, hacia la esperanza apuntan otras, dando voz y la palabra a los desposeídos, a los olvidados y a cuantos aún sueñan. En ocasiones parecen entrecruzarse imágenes surgidas de ‘El grito’ de Edvard Munch con rostros y gestos de las pinturas negras de Goya. Enorme la sobrecarga humana que soportan estos poemas. En este libro, escribe Santos Domínguez, “la poesía se concibe como revelación de la conciencia y como construcción de la identidad”. Los poemas, sin duda, guardan aún otras miradas; cada lectura resulta nueva. El lector atento hallará rincones con destellos silenciosos.
Con lucidez, mirando hacia el futuro, apuntaba la poeta en la conversación recordada al comienzo de este texto, hemos de ser conscientes “de que atravesamos una época de clausura y que no hay nadie que haga los gestos necesarios para que cuando se cierre la puerta no se caiga la casa detrás”.No caerá la casa mientras haya lectores cómplices y Poetas que escriban, como Guadalupe Grande, Poesía.
In memorian en el tercer aniversario de la muerte de Guadalupe Grande Aguirre.
Guadalupe Grande Aguirre. Jarrón y tempestad; Ediciones La uÑaRoTa, 2022
Escribir poesía y crear ha de ser una manifestación consciente de desobediencias, académica, léxica, gramatical, recorrer caminos incómodos, no pisados, echando mano de códigos útiles como instrumento,nunca como limitación o sujeción.
En una conversación en julio de 2016, publicada posteriormente en el diario digital Astorga Redacción el miércoles 10 de agosto, Guadalupe -Lupe- Grande Aguirre (1965-2021) explicaba que “Escribir poesía o pensar el mundo en términos poéticos es tener un pie puesto en el pasado, otro en el futuro y pensar que los códigos de circulación son solo eso…; …uno ha de inventar otras posibilidades para circular a través de la vida y de la historia, porque si no inventas esas otras posibilidades gramaticales, sintácticas y de comunicación, no nos vamos a mover nunca del lugar en el que nos han enterrado desde los pies hasta la ingle”. Y al abrir Jarrón y tempestad, poemario póstumo, desde el primer poema, breathless, un ciclón de palabras e imágenes, una avalancha de sensaciones, de miradas hacia una realidad diversa, envuelven al lector, abrumado, sin saber hacia dónde caminar, en qué voz detenerse, qué o a quién escuchar, en la gran confusión del gran ruido del gran despil- / farro de la gran miseria de la onmívora publicidad de / la trastienda infinita y la más infinita exhibición de lo / complejo simplificado…/…a desgana de lo amado a desgana de lo entre aquí / y ahora todo siempre allí… Asistimos al frustrante espectáculo cotidiano, estamos ante el retrato del ser humano acogotado en una sociedad que apenas le permite tomar aire para respirar, para reconocer el último horizonte despejado y libre con el que soñar, …qué bonito entenderlo todo ahora cuando el / ser del silencio reclama el pasaporte y el ser del hartaz- / go todo lo vomita porque estamos en el río incesante / los mares surfeantes las playas y sus pléyades vírgenes / contando mi sola historia de ser irreductible feliz en la / exhibición metafísica individualmente registrada foto- / grafiada tuiteada a las culturas sagaces y en ellas hemos / de turistear kingmente… Y conocedora de los peligros y puntos de naufragio, la voz de la poeta se alza para no perder la conciencia crítica ni la palabra y sus huellas; sabe de laberintos, de intemperies y abrigos, procura estar a la espera sin perder de vista el tránsito y la vida, las pérdidas. Nunca la duda ni el desconcierto provocarán la huida ni el silencio cómplice; será voz ante la mirada desviada hacia el poder de la apariencia.
Escribir, decía Flaubert, es una manera de vivir. Poema, escritura, vida. “…parte de mi vida es vivir para el poema, vivir hacia el poema y parte de la escritura es encontrar en el poema lo que no sé pensar de otra manera más que escribiendo poesía”, decía la poeta madrileña en la charla citada en líneas anteriores. Cada poema es un fragmento de tiempo soportado, de vida escrita, …no fuimos a esa guerra / no tuvimos que escondernos / nuestra buena suerte / nos permitió sentir una tristeza / para la que nuestros padres no carecieron de tiempo / ignoramos cómo aprendimos las historias que recordamos / pero a veces dejamos de pensar en ellas / y así es cuando me dices / que nunca habrá otra habitación vacía esperándonos (continuidad del contracielo /la cinta de moebius). Ni la tristeza ni el llanto servirán de redención o de consuelo, tan extenso es el páramo de lo sucedido. Tampoco estos tiempos de confusión histórica e indecencia ética borrarán el pasado ni los sueños que aún esperan en la sala de lo posible.
“La memoria de los antepasados cercanos, la memoria de la especie, han sido brújula en mi vida. Y, sobre todo, la memoria de lo que la gran historia olvida”, destacaba la poeta en la charla reseñada. qué di / cen una bota un dien / te un anillo / un lazo un cordón tres mon / edas / un papelito con / una sola direc ción / todos los regalos del día / para ese solo día qué / dicen? (mecanismos de la entropía). La memoria, también a través de los objetos, habla, no es muda ni ciega, pero sí pilar fundamental, compromiso firme e inexpugnable en la vida, en los gestos, en la palabra de Guadalupe Grande. En Jarrón y tempestad memoria y memorias van entreveradas en los versos de tantos poemas; la maza del olvido no conseguirá colonizar territorios que no le pertenecen.
leones y jirafas, intenso poema, páginas de un ‘libro de familia’, este es el colegio donde ella aprendió a hablar francés en 1940 / y este es el convento donde le raparon el pelo dos años después / estas son las cabras que él cuidaba con su hermano / y esta es la guitarra que lo iba a sacar de la pobreza. Ahí, deshilachada, está la vida de Francisca Aguirre y de Félix Grande. –(Siempre que vuelvo a estos versos, no puedo olvidar una tarde tórrida de julio en Priego (Cuenca); charlaba con Paca Aguirre; la escuché durante horas. No cabe en ningún poema ni en libro alguno el trato que tuvieron que soportar ni la negación tan cruel del ser humano)--.él en el 40 tenía 3 / ella nació seis meses antes que la república / en el 39 le dijeron a ella que era masona / o judía o republicana /…/ la única hermana entre cinco hermanos moría / y el padre de ella es condenado ejecutado y no desaparece / deja tres hijas esposa algunos cuadros / así eran las películas entonces´. La memoria, con la palabra y su imagen, dan pervivencia a vida y vidas antes de que anochezca, antes del imposible rescate. Las heridas pueden ser restañadas; las pérdidas difícilmente podrán recuperar la certeza. En las cajas de la memoria siempre quedará espacio para cobijar los regresos.
En el poema las piedras, diario de horas rotas y discontinuas, se escucha al fondo el tiempo, siempre el tiempo que acompaña la voz de Félix Grande, “Todo se diluye / abandonado en el tiempo”, (Las piedras, Adonáis 1963); y son palabras de Guadalupe Grande, cumplen los árboles su edad exacta cumplen cien ve- / ces la edad de la nieve agregan un detalle al paisaje son / la edad de una lágrima…son los / datos y los nombres son la cuna de las fosas comunes / … son / la edad de mi padre que en esta hoja de olmo celebra / ya saben todos el qué .En los versos de la poeta no acampará el olvido, sí la memoria heredada, ya propia.
De gran belleza lírica la panetteria, poema epistolar en italiano, ‘enviado’ a su padre, mio caro babbo, sono venuta qua per dirti che ti amo /…/ …tua moglie, anche la mia / mamma, ancora ti ricorda bene, ogni giorno. e parla / conte, ogni giorno, come me. Poético el final de esta epistola filial …sono venuta qua per dirti che ho comprato una / panetteria per i tuo i libri. che il mio amore fa il pane. / e che probabilmente aspetto di vederti presto . ¿Voz profética o poética?
Aunque no en italiano, pero sí con semblante italiano, interesante animalario de giovanni di pietro bernardone, futuro Francisco de Asís y su devoción por los animales.
Profundo el contenido del poema, en francés, como manojo de recuerdos del poeta jugando con la canción que encabeza el final del título, monsieur don antonio machado sur le pont d’ avignon, canción tarareada mientras se aprendía francés.
Curioso los días de la felicidad /el poder de la voluntad / o de nuevo causas para la fuga; reúne a seres humanos con raras deformidades, como el síndrome de tetraamelia, entre otras, que sirvieron en muchos casos como diversión circense en territorio norteamericano o entretenimientode cortesanos y monarcas europeos.
Como pequeñas piedras que señalan el camino, al final de algunas páginas, en letra muy reducida, silenciosos, como si no quisieran llamar la atención, están colocados nombres del mundo creativo, conocidos unos, silenciados otros, marco gavio apicio, sophi escholl, stefan zweig, rené char, pierre unik, pier paolo pasolini, inger chistensen, rené daumal, julio cortázar, marian nemoore, john coltrane, brad mehldau, enriqueta cisne leavitt… Serán buena compañía si se accede a conversar con ellos; merece la pena. Es un casi libro incorporado a modo de vademécum o prontuario.
Guadalupe Grande, además de poeta, era fotógrafa; realizaba collages, montajes, poesía visual. Queda muestra de ello en la portada, en las guardas y en dos poemas finales de este libro.
En Jarrón y tempestad aparecen inesperadamente imágenes que desvelan apariencias de la realidad oscura; están inmersas en sensibilidad emocional, unas señalando las heridas, hacia la esperanza apuntan otras, dando voz y la palabra a los desposeídos, a los olvidados y a cuantos aún sueñan. En ocasiones parecen entrecruzarse imágenes surgidas de ‘El grito’ de Edvard Munch con rostros y gestos de las pinturas negras de Goya. Enorme la sobrecarga humana que soportan estos poemas. En este libro, escribe Santos Domínguez, “la poesía se concibe como revelación de la conciencia y como construcción de la identidad”. Los poemas, sin duda, guardan aún otras miradas; cada lectura resulta nueva. El lector atento hallará rincones con destellos silenciosos.
Con lucidez, mirando hacia el futuro, apuntaba la poeta en la conversación recordada al comienzo de este texto, hemos de ser conscientes “de que atravesamos una época de clausura y que no hay nadie que haga los gestos necesarios para que cuando se cierre la puerta no se caiga la casa detrás”.No caerá la casa mientras haya lectores cómplices y Poetas que escriban, como Guadalupe Grande, Poesía.
In memorian en el tercer aniversario de la muerte de Guadalupe Grande Aguirre.