Miguel García Bañales
Jueves, 22 de Mayo de 2014

Cabañas, Eugenio Curiel no era masón, ni peligroso, ni cometía irregularidades

José Cabañas afirma en un artículo reciente que Eugenio Curiel Curiel era masón,  “peligrosísimo y cuyos informes allí también son pésimos” (según los sublevados) y que El Combate le denuncia por irregularidades en el Instituto: la primera  como veremos no es cierta y las dos insinuaciones siguientes tampoco, por lo que parece que merecen una aclaración.

 

Sobre si era masón

Parece que se parte de un artículo de Diario de León de fecha  2004 en el que se da una referencia de un informe de un falangista de Valladolid que cita como sospechosos (no da certeza) de ser masones a Moisés Panero y Eugenio Curiel (dice Enrique). También se cita a varios más, Francisco Molina, Vicente Pérez Crespo, M. Carro y Manuel Carro Cordero: de todos en la documentación que yo tengo no aparece referencia ninguna a que fueran masones. He pedido reiteradamente este informe al archivo y no aparece, curiosamente en la documentación referente a Moisés y a Eugenio, tampoco aparece ninguna referencia a este informe (es muy extraño que no esté), por lo tanto me referiré al artículo de periódico.

 

Como vimos en mi artículo sobre 'La Masonería en Astorga 1933-1936', Eugenio Curiel no está relacionado porque no está documentado y no hay ninguna referencia de que fuera masón, ni siquiera de que se le acusara por otros masones "retractados” de esto. No es que sea trascendente que fuera masón, pero por si quedara algo de “peyorativo” en serlo por la extrema difamación y persecución por parte de los sublevados, con el nivel de información que tenemos hoy sobre el tema, lo normal sería que fuera intrascendente, pero siempre hay alguno para el que no lo es. Tampoco aparece Eugenio en el informe que hace el Gobernador Civil de León sobre los masones  de la provincia (este es de dudosa veracidad, pues incluye a Moisés Panero que se puede certificar que no lo era), que por cierto también lo he pedido reiteradamente y tampoco lo encuentran, por lo que utilizo la referencia bibliográfica que dice ser una copia literal. El único que estuvo sometido al Tribunal de la Represión de la Masonería y el Comunismo fue el hermano de Eugenio, Luis, y no por ser masón, del cual conocemos sus antecedentes comunistas antes de 1931 y que derivó a un centro izquierda en el tránsito republicano: este expediente será archivado sin responsabilidad. Para que veamos de que van estos temas, hace unos años me dirigí al Sr. Benimelli, máxima autoridad sobre la masonería en España y jefe de un gabinete sobre el tema en la Universidad de Zaragoza. Al preguntarle por qué decía que el general Toribio Martínez Cabrera era masón cuando estaba acreditado que no lo era, me contestó, “que se copiaban unos a otros”. Al preguntarle si él también copiaba, me dijo que sí. Hoy para decir rigurosamente que una persona era masón, tiene que haber un expediente en Salamanca: esto lo certificaba con rotundidad el director del Archivo en el momento (Sr. Jaramillo, era el que más sabía de estos temas en España). Antes de publicar este artículo sobre Eugenio, me dirigí nuevamente al archivo de Salamanca, ya que siempre aparecen referencias nuevas, solicitando las referencias masónicas de Eugenio Curiel, el resultado fue negativo, pero sí estaba el de Luis que como dije resultó archivado. En fin, menos copiar y más documentar. Además el artículo del Diario de León posee un error muy grave ya que a Eugenio Curiel le llama Enrique Curiel (Enrique nació en 1947). Además la opinión de un falangista de Valladolid, con lo extremistas que eran y el sentimiento represivo a todo lo que oliera a republicano, descarta la veracidad de la información.

 

Sobre “peligrosísimo y cuyos informes allí también son pésimos (según los sublevados)”

Esto también parte del citado artículo del Diario de León. Por lo anterior, lo voy a comparar con las manifestaciones que hacen sobre Eugenio en su expediente de depuración los representantes sociales, eclesiásticos y policiales de Astorga: Acción Católica, Párroco, Presidente de la Asociación de Padres de Familia, Guardia Civi,  Policía… de Astorga.

Acción Católica: de escasa capacidad. Hombre de izquierdas con actividad destacada antes de llegar a Astorga. Persona de gran ligereza y no acudía a la Iglesia. Afiliado a Izquierda Republicana (IR).

Párroco: de ideas marxistas, leía El Socialista y Claridad. Se afilió a IR. Propagandista. Se mostró más comedido.

Luque: ideas izquierdistas, de IR, simpatizaba con el Frente Popular, al cual hizo propaganda en las pasadas elecciones.

José María Goy: poco capacitado. Mitinesco aún en la cátedra. De ideas muy extremistas en Valladolid, según dicen. Trabajó en las elecciones por I.R. Últimamente más moderado y callado.

Guardia Civil: en lo social nada se sabe. En lo profesional traslucía el ideal izquierdista. En la política muy izquierdista.

Inspector jefe de la policía: buena conducta particular y profesional. Afiliado a Izquierda republicana. Entusiasta del Frente Popular, hizo propaganda en las pasadas elecciones.

Eulogio, nuevo director del Instituto: profesionalmente poco serio y poco capacitado. No hay malas referencias sociales. Afiliado  a I.R., militante activo, trabajó en este sentido en las pasadas elecciones.

 

Cuando dicen que tenía poca capacidad con el brillante expediente académico y lo bien que lo hizo en el Instituto, no le queda a uno más que sonreir, a pesar del dramatismo del tema.

 

Parece evidente que hay una confusión con su hermano Luis en alguna apreciación, aunque el extremismo y el miedo de alguno de estos informantes les hace derivar a una valoración acorde con lo que se quiere obtener. Eugenio en Valladolid lo único sobrasaliente que hizo, que pudiera motivar la persecución, es el informe sobre el alumbrado que ahorraba la mitad del presupuesto y del cual se lucraban seguramente la empresa concesionaria y los que le habían concedido tal privilegio.

 

En ningún momento se expresa que fuera peligrosísimo, es más incluso el que habla de sus antecedentes en Valladolid, dirá que está más comedido: el párroco dirá más moderado y callado. Hay que hacer notar que los informes de la Guardia Civil, que estaba muy radicalizada en Astorga y hacía unos informes durísimos, jamás habla de su peligrosidad. Voy a poner un ejemplo de una de las personas citadas en el texto, Manuel Carro Cordero. Éste, socialista e industrial, tenía una tienda de comestibles en Viforcos. Escribía en el periódico El Combate con el seudónimo de el 'Víbora' y fue concejal del Ayuntamiento de Astorga. Por lo que conozco de Astorga  parece una persona inocua en cuanto agresividad en el momento de la sublevación. A los pocos días del inicio de ésta, fueron a buscarlo a Viforcos cinco falangistas y al no encontrarlo, ya que estaba en Astorga, hicieron un simulacro de fusilamiento con su sobrina delante de su padre para que les dijera donde estaba: al negarse, le dijeron a ésta que en cuanto le encontraran lo matarían.  El informe que hace la Guardia Civil dirá: era malísimo, enemigo de las fuerzas del orden. Manuel fue fusilado en León el 3 de marzo de 1938, simplemente por defender sus ideas socialistas y hacer propaganda del Frente Popular.

 

El informe más veraz, que deduzco de otros expedientes, es el del inspector jefe Calvo, que dirá buena conducta particular y profesional.

 

Creo que a la vista de lo anterior eso de “peligrosísimo y cuyos informes allí también son pésimos (según los sublevados)”, es falso, primero por el contenido y segundo por que lo dice un solo sublevado y seguramente no encontrando otro motivo para poder perseguirlo.

 

Sobre las irregularidades del Instituto

Cuando se dice algo así, seguramente lo primero que piensa el lector es que es un tema tan actual como la corrupción, ya que el significado tiene dos acepciones, y porque no se definen las irregularidades.

 

La polémica con El Combate se produce a principios de mayo de 1934, que ya sabemos que el Partido Socialista está muy radicalizado (ver “Nos sublevamos porque venía el fascismo”, hice este artículo, así como otros, para que el lector no experto pudiera tener un sentido general de los acontecimientos). El periódico El Combate pasa de ser de la izquierdas republicanas a ser socialista en junio de 1932, ya que traslada en ese momento su sede de Pío Gullón a Manuel Gullón, es decir a la Casa del Pueblo.  En esa fecha el periódico mete una cita en la que insinúa que la “urraca ferroviaria” (persona de derechas) manda en el Instituto (fotografía 1), por lo que tanto Eugenio como Pontones se dan de baja del periódico (fotografía 2), lo cual anuncia El Combate en la siguiente publicación, era semanal. Este periódico en esta última publicación también añadirá que un profesor no pasa lista a los alumnos (fotografía 3) y que una profesora se ausenta para ir a una misa (fotografía 4): las críticas son tan pueriles como injustas. En fin, estas son las irregularidades de Eugenio al frente del Instituto. Se deduce claramente que Eugenio no se dejó manipular, ni por los de un lado, ni por los del otro: el que duda de esto, lo conoció poco.

 

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La poca agresividad de Eugenio se siente en Astorga porque nadie, de los que tienen referencias, habla mal de él. Prácticamente es un desconocido, si fuera tan peligroso hubiera permanecido en la memoria.  Siendo de fuera y muerto con Bernardo Blanco, el sacerdote, rápidamente le hubieran injuriado echándole la culpa de la muerte de Bernardo, como pasó con Cortés que, al ser el Alcalde Miguel Carro tan querido en la ciudad y ante el clamor de la injusticia, los sublevados se inventaron lo de cargarle a Cortés la culpa de la muerte del Alcalde, ya que, al ser Cortés de fuera, era muy fácil convertirlo en chivo expiatorio para justificar esa muerte: no sólo le trataron de cargar ésta sino también alguna más, como la del niño, cuando es técnicamente imposible que fuera desde el Ayuntamiento donde estaba Cortés.

 

El artículo de Cabañas es inoportuno, mal documentado e injusto. Me imagino que será un error,  si es así rectificar es de sabios. Discúlpame que te responda, pero creo que está claro que esto no podía dejarlo así y menos en este momento.

 

He hecho muchos personajes de la Guerra Civil que fueron fusilados o asesinados, desde generales y almirantes hasta soldados y marineros, además de muchos civiles, creo que estoy en condiciones  de decir y debo decir que, aunque la mayoría de los que hago son excepcionales, Eugenio Curiel es de los personajes más puros que he encontrado, solamente el almirante Azarola, reconocido en Ferrol y dignificado con una plaza, se aproxima o se parece mucho a él.

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